Erré al borra la primavera
No basta con el verano para disfrutar el sol
Hay que verlo niño creciendo entre la ramas
Miles de azahares respirando
Límpida noticia del silencia
Gonzalo Villar creando nueva poesía.
Erré al borra la primavera
No basta con el verano para disfrutar el sol
Hay que verlo niño creciendo entre la ramas
Miles de azahares respirando
Límpida noticia del silencia
Conservo en mi alma un cincel
Enfoco en su hierro mi juicio
Porto un gran mazo, unión de todas mis fuerzas
y una lámpara con que abro horizontes
Subo y desciendo los montes
Comparto mi luz en la noche
Llevo el compás unido a mi conciencia
Con la escuadra examino mis acciones
para revisar los planos
mejorar la obrar
transformar la tierra
Voy de Quilpué hacia Recreo
La luna vuela a mis espaldas
Cargo fuego y el viento
Trabajos de Paulina
Guerra y sus horrores
Medianoche en mis silencios
No te olvides Gonzalo
No dejes los platos colgados del viento
Las ollas volcadas en el alma
Las tazas escondidas tras la puerta
Inundado de agua y mate
Alimentado por seis balas
Hijo adelantado del viento
Marido digno/ Mejor amante
Presidente filósofo
Prófugo de Punta Carretas
Diógenes al mando de la primavera
Tupamaro en su volkswagen de de piedra
Hombre en busca de su madre
.
Derrotado muchas veces y jamás vencido
Herido en su cuerpo y en su alma
Torturado hasta los dientes
Conciencia que no odia
Ser erguido desde el amor
Espíritu que brilla en el silencio
Rehén en manos de criminales
Hombre que galopa hacia adentro
Sabio que cuidó a su niño
Su espíritu cultivó las flores
.
¿De qué poema escapaste viejo lindo?
Tu vida es un milagro
en el trajín de las monedas que ahoga la política
porque pobres son los que quieren más
.
Estoico te llamaste a ti mismo
y volviste a nacer en cada reja
en cada sala de suplicios
en cada intento de la noche por devorar las estrellas
Menuda primavera la que grita el silencio
Agua rompiendo la montaña
Sinfonía del verde
Verdad de las flores y la empanada
Para Cecilia bosques de Normandía
Mi campana de oro
Trigo que crece en el viento
El aula en que duerme la aurora
Cien vinos de Chile
La copa en que bebe el amor
*
Para ella la tregua del tiempo
Nuestro templo de copihues
La sombra que busca al Canelo
La Patria que grita al despertar
*
Para Ceci el fulgor de los nombres
Aquella paz de los sabios
Presencia de un puma
El cielo con abrigo de algodón
Sobre el escenario María
Niños bañados de aurora
Nieve de siglos
Viejas canciones de montaña
El Ser y la gracia de Nueva York
El otoño nos presta sol
Resplandece en los caminos de Chile
Conduce a la paz
Justo hacia el nombre de la luz
La lluvia bañó a Isidora
Soltó sobre ella los poderes del cielo
Qué poema secará su rostro?
Dónde buscará el fuego?
Quién la abrigará de azul?
Ella se ha sentado en mi sillón
Camila me cuenta su vida entre sueños
Beatriz fuma
Fabiana nos mira en silencio
Imagina Gonzalo que puedes rescatar lo olvidado
Bucear en lo borrado
Como lo hace un experto digital
Imagínate en un mueso de tu alma
Observando el claustro de tu madre
Tu bañera celeste
Los resquicios en la habitación de tus abuelos
Dónde se han ido mis recuerdos?
Aquella piel que olvidé
Aquellos viajes diluidos
Tantos cielos que cruzaron mis ojos
Me enamoran los ojos de Carola
Su kuchen de peras
La forma en que busca mi tibieza
El verde con que canta su mirada
Llevo en mis manos una carta de Isidora
Palabras de mi madre
Un broche de plata que dice "Gonzalito"
Las piedras que busqué en el Jordán
El lenguaje es verdad antes de caer en el mundo
Lo es como marca en la tierra
Serpiente que forma palabras
Voz hundida en el viento
Las obreras van en marcha
Horadan el viento
Eligen la aurora
Van pariendo el mundo
Cierran los ojos del tiempo
Campanas marcan el tono de mi cuerpo
Vencen las pelusas del ombligo
Las corazas de este cráneo
La memoria de mi piel
Memory of Bells
Bells mark the tone of my body
The fluff on my navel conquers
The armor of this skull
The memory of my skin
Erinnerung an Glocken
Glocken markieren den Ton meines Körpers
Bauchnabelflaum ist besiegt
Die Brustpanzer dieses Schädels
Die Erinnerung an meine Haut
Mémoire des cloches
Les cloches marquent le ton de mon corps
Le duvet du nombril est vaincu
Les cuirasses de ce crâne
Le souvenir de ma peau
Voy asido a los brazos del tiempo
Lo veo surgir en el rostro de mi hija
La muerte de tantos
Los rincones de este puerto
S'accrochant aux bras du temps
Je m'accroche aux bras du temps
Je le vois apparaître sur le visage de ma fille
La mort de tant de personnes
Les coins de ce port
Clinging to the arms of time
I am clinging to the arms of time
I see it emerge in my daughter's face
The death of so many
The corners of this port
An den Armen der Zeit festhalten
Ich klammere mich an die Arme der Zeit
Ich sehe es auf dem Gesicht meiner Tochter
Der Tod so vieler
Die Ecken dieses Hafens
Sigo siendo tu mejor invento
Temblor de canto
Desayuno urgente
La piel que busca tus silencios
Me sigue el sol
Elige mi ropa de fiesta
Anuda mis corbatas
Borra mi tumba
Cierra mis ojos al dormir
No creas Gonzalo en lo que dice la muerte
En caricias del Puma
El agua que corre hacia el invierno
La tregua que firman los silencios
Alguien se ha llevado mi sangre
11 kilos de mi cuerpo
Cierto cansancio de mi espalda
Mi alma reclamando desde el centro
Pienso en los limones que comerá mi nuevo yo
El cielo que tragarán sus pulmones
Aquella raíz azul en que dormirá mi silencio
la tormenta se acerca
Las armas se cargas
Sigue lloviendo sobre sobre mi nombre
Puedo afirmar que eres hermosa
y danzas desnuda en mis sueños
Hembra con aroma a ciruelas
Carola de Recreo
Vigorosa flamenca
Perfecta rabí de Recreo
Hoy murió Francisco
El que pensó en los pobres
e instaló duchas en San Pedro
Francisco lavó los pies del mundo
Tendió sus manos a los diferentes
Abrió ventanas a las mujeres
No temió seguir a Cristo
El párrafo tiembla al entrar al cuaderno.
Ignora qué vendrá después
Una respuesta de tormenta
o por
Ese largo y agobiante silencio
El cielo está pintado de bruma
Está habitado por bocinas de barcos
Los motores insisten en sus ruido
Apenas hablan las aves
Zarpan metales hacia el norte
Lo que me espanta es el silencio
Monedas sobre párpados helados
La mandíbula sujeta con agujas
El frío al interior de las maderas
Aquel ruido de las tablas al cerrarse para siempre