La sombra de este poema
-------Piensa en ella----------
Veo una montaña coronada por el sol
Sangre que corre bajo tu piel
El hueco que deja nuestro libro
Gonzalo Villar creando nueva poesía.
La sombra de este poema
-------Piensa en ella----------
Veo una montaña coronada por el sol
Sangre que corre bajo tu piel
El hueco que deja nuestro libro
Las cifras de mi cuerpo están cansadas
Apenas sostienen mi espalda
La mirada que envío a los cielos
La trama azul de mis besos
Daniela bajo una noche estrellada
Fuma y bebe champaña
Sacude el Cerro Placeres desde su cabellera
Dice y repite "gracias"
Mira a su nieta sostener la primavera
Amo racimos de invierno
Relatos de muertos
La isla en que juegan los sueños
Amo cada espacio de Valparaíso
Arreboles que brinca a su cabeza
Con carbón escribí mis sueños
Dibujé así una bahía, barcos y Carola sonriendo
Algunas lágrimas creciendo en las mejillas
Un batido muy tibio
La tetera cantando sus vapores
Hoy fue un buen día
He visto a mi hija reír
He sentido el sol en mi rostro
Besé la piernas de mi esposa
Fui abrazado por la luz
La muerte intentaba separar a mis padres
y ella cantaba "Ne me quitte pas"
Lo hacía desde su cama en la clínica
Como profundo ruego a las estrellas
Y nuestra bella y alegre Alicita
lo ha conseguido
se mantiene pura en los ojos de mi padre
vuelve a escribirse en cada despertar
La llamamos aurora y alegría
Con emoción cantaba mi madre
Maestra en los tonos del francés
En su universo cruzaban imágenes
Intimidad de la unión
Aquella vibración de su voz
Que antes y ahora prevalece
Quiero mi alma serena
Su música marcando este viaje
Un lucero escribiendo mis sueños
Caminos que enseña la luz
Mi esposa bailó
Saltó y cruzó entre las estrellas
Un millón de personas observó su apoteosis
Fantasmas llegaron a observar su gracia
La delicada forma en que cayó del cielo
Apoyada en los hombros de un rayo
Sonriente y feliz con sus nuevas orquídeas
No acepto el rocío ni la primavera
Tampoco las gestiones de la muerte
El rubor de la infancia
Nuestro poema blanco sobre Los Andes
Todo lo repudio en este instante
No porque hayas muerto Camila
Lo hago por tu sufrimiento
La cadena de ausencias que dejas en el mundo
Tanto vacío en el abrazo
El esfuerzo de ser madre desde la luz
Nadie aquí se llama Gonzulvo
Gonzalastro
Leontino González el Gonzalor
Nadie muere ente paréntesis
Ni orina dos veces en el mismo río
Ni ensucia su sombra al pasar por la luz
Nadie ha visto parir a letra B
Ni ha pronunciado hechicerías de muertos
Ni vuelve desnudo a caminar sobre las cenizas del mundo
Isidora corre libre por mi alma
Reside allí su sonrisa
Amplitud de su conciencia
Las tardes en que busca mi abrazo
Ricardo
Cumming Dunn[1]
Su fantasma
recorre patios silentes de “Los Padres
Franceses”
Su hogar en
Victoria 303
Oriente de
la “Logia Aurora”
Sus
prósperos negocios en el puerto
Aquel
perfume hogareño del pan batido
Sesiones
secretas del “Comité Revolucionario”[2]
Flujo de
jóvenes hacia las fuerzas alzadas
Consejo de
Guerra en Valparaíso
Viento que
inunda Playa Ancha y su barrio de muerte
1891
Transporte
“Imperial”
Torpederas
“Lynch” y “Condell”
Últimas
defensas de Balmaceda en el mar
Naves
esperando a la sublevada Escuadra
Desde
Iquique llega la orden de hundirlas
Ricardo reparte
una fortuna en sobornos
Canastas
con pan esconden la dinamita
y van rumbo
a las naves
El puerto
está a punto de estallar
Pero uno de
los conjurados retrocede y confiesa
La trama de
batalla ha sido descubierta
Pronto el Ejército
apresa a los implicados
Un súbdito del Imperio Austríaco:
Nicolás Politeo, proveedor marítimo
más un contacto al interior de las naves
Pío Sepúlveda Castillo, mozo del Transporte Imperial
Un cuarto implicado se colgó en su camarote[3]
La huella del dinero mostró el camino a Ricardo
Pero nuestro hermano supo guardar silencio
Ningún otro miembro del Comité fue apresado
Una semana duró el proceso a los tres cautivos
Clemencia fue pedida y rechazada
Nuestra Cárcel Pública los vio caer fusilados
Al corazón apuntaron las armas
Julio 12 de 1891
[1] La brevedad de “consejo de guerra” y su “confesión
espontánea” son indiciarios del atropello de su derecho al debido proceso.
[2] La riqueza del salitre está en la raíz de las guerras
de 1879 y 1891 y en una serie de matanzas obreras. En 1891, la Armada, adhiriendo al bando del
Congreso, se hizo fuerte en la zona Salitrera y desde allí formó un ejército
excelentemente equipado, invadió el centro del país y derrotó al ejército
regular. La costumbre de los presidentes en ordena imponer al sucesor mediante
la intervención electoral y el fraude, jugó un relevante en el conflicto. La oposición a Balmaceda era muy amplia, pues
unía fuerzas de izquierda, centro y derecha, desde el quinceañero Luis Emilio
Recabarren, pasando por gran parte de radicales y liberales, más la plenitud de
los conservadores. La matanza de Lo Cañas, en la actual comuna de La Florida,
en que el Ejército regular abatió a 84 jóvenes montoneros y el feroz
encarnizamiento de las fuerzas del Congreso contra los derrotados en Concón y
Placilla, son las barbaridades más recordadas de aquella guerra civil.
[3] El Contramaestre del
Transporte Imperial
El viento lleva en sus manos:
nuestro libro de primaveras
cinco nombres de Zeus
una cigüeña dorada
cierta plaza perfumada de luz
El borde costero está repleto de piedras ovaladas
Las expulsó el océano desde su vientre
Son inmensos bloques de piedra golpeados por el Océano
Partido en piedras que gastadas por el agua
se tornan redondas
diminutos mundos expulsados del azul
entes que las olas arrojan a otra vida
Imagino el ritual de “Los Cullulfes”
Pequeñas linternas
Cascos- Herramientas
Tumbas en subterra
Agua filtrada desde el océano
Hermandad de oprimidos
Respeto/Libre Pensamiento
Vivir un poema al interior de la mina
Asumir las vivencias del obrero
Veo el aprendizaje de la unión
Trabajo en conjunto
Abrazo a los ancestros
Surgir desde las grietas
Retornar hacia el cielo estrellado
Un ser de luz cuida de los suyos
Guarda el secreto del lazo
Abre el camino de retorno
Vive en el corazón de su hermano
Tiempo después:
Estudiar y construir la historia
El MIR desde el minuto uno
Insigne cuadro de combate
Ya no basta con persuadir
En el camino han muerto tantos
Cuba y la Cárcel, sus estaciones de viaje
En el Pedagógico:
Alegría vital de Lumi Videla
Su inteligencia de primavera
Respirar los avances obreros
Fecundar un hijo
Cocinar tortillas de cebolla
Romeo y Julieta en “Nueva La Habana”
Tras aquel martes, el hacer clandestino
No asilarse
Pacto de silencio:
Aguantar una aurora y un crepúsculo
Dar tiempo a que los nexos se oculten
No perder dos donde se ha perdido a uno
Y, sin embargo, no pudo dejarla
Quiso sustituirla en los infiernos
Caer combatiendo para liberarla
Beber con ella el cáliz
Así, esperó a la DINA en casa
Fue baleado y torturado
Fugazmente estuvo cerca de Lumi
Desapareció para vivir en su pueblo
La Corte Suprema condenó a Juan Manuel Guillermo Contreras Sepúlveda; Miguel
Krassnoff Martchenko y Ciro Torré Sáez como autores del delito de secuestro calificado
de nuestro querido hermano Sergio Pérez Molina. Rol 925-09
La imagen de Agustín en manos de su madre |
El corazón
esencial de Agustín
palpita
al lado del mío
Puedo
sentir la música de su alma
Aquel
gran galpón en la Escuela de Artes y Oficios
Patria del Arte Operativo
En mi visión hay mañanas nubladas de La Serena
El indignado
océano de Constitución
Pan
con palta y té en casa de Martín Faunes
Cordón
Industrial de Cerrillos
Invierno
de 1973
Nuestra
vieja República en el fin de su historia
Busco a Agustín en medio de la noche
y silbo
las notas de nuestro himno
Él enciende
la primera luz
Y el
sol nos canta su palabra
Entre
el follaje logro distinguir su rostro
y persisto
en el hilo del rito
Enciendo
entonces la segunda luz
y cien
rostros hermanos se acercan cantando
Los hijos de Agustín encienden la tercera luz
y en
nuestro círculo
los
planos se abrazan
El anillo
vuelve a la mano de Agustín
Un rayo
cae sobre La Torre
El amor
disuelve nuestra pena
Recuerdo el uno de enero de 1975
Ventanales del Liceo 3 de Hombres
Una cascada de luces marcando el año
Ese verano en que aprendí a nadar
y mi hermano era sometido a suplicios
otro desaparecido desde Villa Grimaldi
otra estrella instalada en nuestro cielo interior
Versión tras conversar con Marín Faunes:
El
corazón esencial de Agustín
palpita
al lado del mío
Puedo
sentir la música de su alma
Aquel
gran galpón en la Escuela de Artes y Oficios
Patria
del Arte Operativo
En
mi visión hay mañanas nubladas de La Serena
Su
Liceo de Hombres
Jornadas
extensas en el Clan Ermitaños[1]
Nuestro
hermano aprendió a forjar los metales
El
invierno de 1973
Conlleva
un océano indignado en Constitución
Pan
con palta y té en casa de Martín Faunes
Cordón
Industrial de Cerrillos
Nuestra
vieja República en el fin de su historia
Busco
a Agustín en medio de la noche
y
silbo las notas de nuestro himno
Él
enciende la primera luz
Y
el sol nos canta su palabra
Entre
el follaje logro distinguir su rostro
y
persisto en el hilo del rito
Enciendo
entonces la segunda luz
y
cien rostros hermanos se acercan cantando
Los
hijos de Agustín encienden el tercer cirio
y
en nuestro círculo
los
planos se abrazan
El
anillo vuelve a la mano de Agustín
Un
rayo cae sobre La Torre
El
amor disuelve nuestra pena
Recuerdo
el uno de enero de 1975
Ventanales
del Liceo 3 de Hombres
Una
cascada de luces marcando el año
Ese
verano en que aprendí a nadar
Mientras
mi hermano era sometido a suplicios
otro
desaparecido desde Villa Grimaldi
otra
estrella instalada en nuestro cielo interior
En el centro del Espíritu
Hay siempre una sala de ajedrez
Allí juega la lluvia contra el horizonte
Shostakóvich ensaya a un costado
Jaime piensa en la décima jugada que viene
Hay rayos de luz que caminan en silencio
Prokófiev vuelve a vencer a Capablanca
Algunos días
Regresa a caminar por Limache
Escucha Radio Latina
Alza su bandera roja sobre la CCU[1]
Forja portales en la planta abandonada
Escribe memorias del futuro
Mientras viajo en tren
suelo abrazarlo al cruzar por Belloto
O cuando percibimos arrastrarse
bajo la tierra aquel gusano de fuego
El oxidado fantasma del Buque Maipo
Último espacio en que fue visto con vida
12 de septiembre
Efectivos de Carabineros y la Armada
Arrestan a una docena de obreros en la Planta
de Limache
Los marinos se enfocan en Jaime
Esa misma tarde lo llevan a su Base Aeronaval
Boca abajo
Los prisioneros fueron tendidos sobre la pista
de aterrizaje
y soportaron un furioso interrogatorio
Golpes de culatas y
Saltos sobre sus cuerpos
Al sacarlos de la pista
Jaime ya no podía caminar
y faltaba aún el paso por la picana eléctrica
desnudez de su cuerpo
golpes por el simple placer de golpear
13 de septiembre
Sus captores lo trasladan al mentado Maipo
de la Compañía Sudamericana de Vapores
Allí, el arquitecto Wladimir Morales lo observó
demolido
Abrigado apenas por la belleza de su vida
Sol fecundo de Limache
Las obras que construyó su alegría
26 de septiembre
Un testigo observó su cadáver en la Morgue[2]
Nunca más hubo noticias de sus restos
Su familia todavía espera
La Corte Suprema condenó a Patricio Maximiliano
Horacio Valentín Villalobos Lobos, Pedro Pablo Arancibia Solar, Jaime Miguel
Urdangarín Romero, Germán Valdivia Keller, Guillermo Ignacio Vidal Hurtado y
Sergio Iván Mendoza Rojas, como autores
del delito de secuestro calificado de Jaime Aldoney Vargas. Rol N° 4915-09.
El terror expulsó a
Juan Cameron de Valparaíso
Lo empujó hacia el
castillo de Hamlet
Aquella aurora boreal
Esos marcados solsticios
La sabrosa mesa de
François-Marie Arouet
Irónico flautista
En su cuaderno de
notas se llevó nuestra ciudad
Crecieron allí sus
ascensores
La noche del American Bar
Nuestros esteros
subterráneos
Aquellas galletas de
sus fábricas
Gestas deportivas en
el viejo Mackay
Ahora irradia su luz
en Plaza Aníbal Pinto
Vuela magnético sobre
el Café Cinema
Irrumpe en los
grabados de su esposa
Contempla el siglo
desde su alto volantín
Espera en la tempestad
sus aplausos
Nuestro hermano de
Valdivia[1]
José Camilo Henríquez
González
Sacerdote y Fraile de
la Buena Muerte
Estudia y vive en Lima
desde sus quince años
Allí está siendo
interrogado por la inquisición
Ha leído “Emilio” y
“Cándido”
Predica el contrato
social
Hay sospechas de su
unión a los obreros de paz
Aprende con cada golpe
una lección de libertad
Encendida la primavera
de 1810
Unió su lámpara a
nuestra aurora
Retornó a Chile
y aguijoneando a los
patriotas
exclamó: ¡Hasta cuando
pensáis!, ¡Resolved![2]
Coherente, no vaciló
en tomar un palo
y encabezar la
muchedumbre
que ayudó al Batallón
de Granaderos
a repeler el Motín de
Figueroa
aquel uno de abril de
1811
Ese año
redactó la proclama de
Quirino Lemáchez
había que marcar
nuestro rumbo
fijar bandera de
combate
recalcar que no somos
esclavos
que tenemos derecho a
libertad y alegría
a una Constitución que
nos proteja
y defienda la majestad
de nuestro pueblo
Su sermón con ocasión
de la apertura
del Primer Congreso
Nacional
selló la unión entre
Democracia y Derechos Humanos:
«Existe una justicia
inmutable e inmortal
anterior a todos los
imperios;
y los oráculos de esta
justicia
promulgados por la
razón
y escritos en los
corazones humanos,
revisten de derechos
eternos»
Pronto la guerra se
llevó a su propio hermano
en las trincheras de
Rancagua
y él buscó refugio en
Mendoza
Dejando atrás su
“Aurora de Chile”
Su cargo de Diputado
El luto de su familia
Años después regresó
para hacerse cargo de
la Biblioteca Nacional
impulsar las luces
lautarinas
ser el espíritu de la
Logia Aurora
Presidir el Senado de
la República
Se describió a sí
mismo como
fraile, brujo, masón y
carrerista
Doña Trinidad Gana lo
acompañó en su existencia
Recibió su herencia
Conservó sus secretos