Mi esposa viaja en sueños
canta con ángeles
conversa con su madre
lee novelas del futuro
observa los fuegos del Volcán
Mi esposa viaja en sueños
canta con ángeles
conversa con su madre
lee novelas del futuro
observa los fuegos del Volcán
Un poema de nombres se
levanta desde la tierra
y tú despiertas con cada
palabra
agradeces la mesa de tus
padres
juegas
aprendes la danza que trazan
las estrellas
Estudias y haces de la
excelencia tu sello
Llenas con tu alegría el
silencio
Lideras energías del bosque
Enseñas a volar
Borras el miedo de tantos
Abrazas para nutrir de esperanza
La ciudad va aprendiendo
tu nombre
“Berenice defendió a sus
colegas”
“La Escuela Colombia es un
modelo para Chile”
“Me sentí respetada en su
escuela”
“La patria es mejor con su
luz”
Raúl Antivilo Espinoza
es humilde, honesto,
sereno
Percibe el silencio azul
de las cosas
Hace del respeto su
emblema
Alumbra laberintos de Aduana
Es triunfo y tragedia de
nuestro pueblo
Lo indigna el abuso y la
prepotencia
Tantos saqueos de esta
tierra
Ruidos que embrutecen
Zarpazos, malabares y
engaños de la ambición
En su alma mesurada
late el rostro de su nieta
vibran olas de Caleta
Abarca
Su mirada lo empuja a la
belleza
Su intuición es la Luz
Su meta diaria: la
justicia
Son felices mis ojos que buscan los tuyos
Mis manos que desean tu piel
Es feliz boca que ama pronunciar tu nombre
y mi espíritu que se alza para pensar en ti
Con mi boca he raído tu nombre
El delicado tul de de tos rezos
Tus pezones, patria dulce de vida
Tu sombra, que cae derramada sobre día.
El cielo se mueve en mi alma
Susurra su aurora
Cruza entre nubes
Se lanza colorido hacia mi noche
Amada:
Yo soy los ojos que te miran
El hombre que hoy no te toca
La ciudad
de la que sólo te llegan noticias
Estoy en Café Box
Espíritu transparente de Quilpué
Hogar de la naranja
Ruta material de la Paz
...
Muy cerca, Florencia y Bruselas
El tigre y su fuerza
Aquel Balneario al que marcho
La alegría musical de Ivan Joui
...
En este lugar que fue ruinas
Batalla el café y la pizza
Melodías que conversan
Laberinto de aromas
Vecino acontecer del monte
Isaac no la nombra, salvo al dedicarle el libro
Ese sol inmenso no cabe en un nombre
Ni en la tarde del primer beso
Ni en los ojos de Alejandro
Ni en la piel tibia de Eloísa
En sus poemas
ríos de sutil intimidad
sereno amor
persistencia en la ternura
candelabros en cena de aniversario
Son cuarenta años
y podrían ser mil
dos seres abrazados en la luz
seres radiantes de cariño
un bosque de rosas
al que llamamos Amor.
En la puerta de mi alma: una estrella
El rayo libre de tus ojos
Tanta vida que arrebaté a la muerte
Mi hija cantando y creciendo
En la puerta de mi alma un poema
El río que nace en tu boca
Alegrías que entregué a mis hermanos
La dicha de mi hija en el verano
Somos el Alma del Mundo
Llamas del mismo fuego
Nudos del mismo telar
La Alta Luz que se extiende
Viento que gira y gira
en eternidad
Mi alma está en la esquina norte de la primavera
A un lado el diluvio
En mi alma diez silencios
Cien procesos cruzan rasantes
Isidora despierta
La guerra multiplica los muertos
He pensado en las piedras
El alma que viaja en las nubes
Nuestro salario de miedo
Trabajos del sol en mis sueños
La noche cayendo sobre mi cuerpo
Mis abuelos la abrazaron primero
Eliana Venegas presentó a mis padres
Su hija ofició mi boda
Nuestros caminos se cruzan en el laberinto
En su casa: piano y mil alegrías
Chile enamorado de su futuro
Ideas fluyen en su mesa
El destino abre otra puerta en México
Mucho antes: la muerte atacó su dicha
Eliana parió primaveras
Enseñó a leer y la lengua de Montaigne
Creció hermosa como las flores del bosque/La abrigó el cariño
Tiene el alma colmada de estrellas
Enhorabuena Pelele Tenerife Toldo
Preeminencia Calígrafo Craso Sopaipilla
La nariz de un párrafo Herencia Codorniz
Ciruela
El ciruelo del barranco
fue concebido para la navidad
derrama sus caldos ácidos sobre diciembre
es azúcar rojiza
caldo de verano
la vida en el paladar
Estuve con Alejandro en Jerusalén
Recibimos luz en la explanada de las mezquitas
Vimos al sol resplandecer
en la Cúpula de Bronce
Visitamos el muro que sobrevivió al templo
Allí nuestros espíritus profundos se abrazaron
Luego volamos sobre el
Jardín de los Olivos
En la cercana Belén
su robusta voz de Maestro
formaba ríos de aguas
azules
y la gente bebía su alegría
su actitud de respeto
las canciones que aprendió de su madre
En la montaña junto al Mar de Galilea
Conversamos sobre “Abnegación”
Su viaje de cien años
La clave de “Bienaventurados los pobres”
Desapego/Deja todo
El camello que no cabe en la aguja
Tiempo y lugar sagrado para la Luz
Trafún, Complejo Maderero Panguipulli
10 de octubre, 1973
Isis muestra su rostro entero en los cielos
Cientos de soldados persiguen a Bernarda
Condenada a muerte por Consejo de Guerra
Ella dispara desde su ira
Recuerda a Claudia, su hija
Su escuela rural en Puerto Fuy
El asalto al Retén de Neltume
Las municiones escasean
Hay perros y helicópteros
que buscan su nombre
Se esfuerza en morir combatiendo
Herida por una rosa de fuego
Su espíritu la ve caer al río Toltén
Aguas sagradas la reciben
La disuelven
Desaparece y se hace eterna
Junto a Isidora
lo observamos enseñar con su guitarra
Realizar el incendio de las manos
Atacar el bordón en varios puntos
Herir el sentido con dardos de alegría
Impedir el paso de la hora
Impregnar su pulso de emoción
Previamente nos mostró Florencia
Llevó nuestra mirada a cuerdas y maderas
Magia de la tiorba[1] en la Ciaccona
Ajabeba en Campos de Marte
Atabales presidiendo desfiles
El Dulcémele alegrando la paz
Guía en el país de la música
Su arte es Geometría y Equilibrio
Tallado del aire/Hermandad con el silencio
Contracción del tiempo
Mutación de la luz en sonido
[1] La tiorba es un laúd grande; ciaccona una danza
barroca, ajabeba una proto flauta traversa; atabales unos timbales y dulcémele
es un predecesor del piano.