Hay un lobo caminando en mi alma
Bajo estrellas enciende mi fuego
Habla despacio
Reza
Medita
Llora, antes de entregar su corazón
Hay un lobo caminando en mi alma
Bajo estrellas enciende mi fuego
Habla despacio
Reza
Medita
Llora, antes de entregar su corazón
Ronny caminó desde su infancia
fue desde Iquique hasta Londres
Vivió empeñado en comprender al mar
Abrazar a sus hijos
Jugar con sus hermanas
Herir la brisa celeste con su sonrisa
Saludar a la Luna con su copa roja
Mirar la realidad desde el amor.
Ellas vestían colores fuertes
Sus corazones eran posesión del volcán
El agua las llamaba desde El Lago
Examinaba su memorias
Sus deseos desnudos
El libro en que se escribe el destino
La madre de Juan
nos ha guiado en el Teatro del Lago
Ella preside el Volcán Osorno
Elige los vestidos de la noche
Cuida las verdades del cielo
Entrega a cada artista
una corona de estrellas
*
Recibió a Yuko Sano
con un abrazo de primavera
Observó el corazón del oboe
El alma de los violines
La alta rectitud del clarinete
*
En el anfiteatro
Bendita habitación de luz
Recogió rayos del sol
y la mirada blanca del volcán
Dejando que su energía vibrara
Hasta envolverse en el crisol del verano
Al ritmo de cuerdas y maderas
Isidora conversó con Yuko Sano
Hablaron de nerviosismo y concentración
Sentido del deber
La serpiente que rodea el escenario
Nuestra herencia de belleza
La paz escrita sobre pentagramas
Comencé a buscar a Isolda
La encontré en su barco de muerte
La bebí en sus filtros
Hembra golpeada por miradas
Estrellas del destino
La luna dormida en su frente
Sentí el poder del Llanquihue
Su agua hecha de piedras
Formada por miradas de Luna
Lágrimas del bosque
Poemas hundidos por el trabajo del hombre
Hoy la luna tiene su rostro de enero
Resplandece
Escupe su magia
Extiende sus manos de fuego
Ganar belleza exterior carece de sentido
Es luz que se apaga y consume
No importa si es antorcha,
cabo de vela o poderosa hoguera
Pronto es lumbre, ceniza
Apenas huella del bosque verdadero.
Pero esa, la que brilla en tu sombra
Esa que alza y conserva la justicia
Ella perdura como estrella
Preside los cielos
Enamora al tiempo
Une a los que buscan
Abre puertas y ventanas del Uno.
Y esa, la que brilla en tu sombra
Causa resplandor en tu rostro
Enseña a tus manos la música
Gobierna los pasos de la danza
Es aurora nocturna
Imán de amores
Química en la raíz del Uno.
Borré algunas letras de destino
Bastó dejar carne y alcohol
Volar desnudo entre las nubes
Cenar con cantantes y actrices
Tía Panchi se seca los pies
Atrapa el cielo con sus canas
Prueba michelada
Helado de chocolate
Cine de mujeres en tarde de sol
De repente se baña en pelotas
Anota en su libreta
Ofrece te y pastelito
Llenamos la mañana con música y luz
Café en la hora 9
Todo lavado y cama hecha
Nuestro sol abriendo el camino
Mi cuerpo cruzando las aguas
Once con te en bolsitas
Panchita erguida sobre su fe.
En camisa azul encontré mi alma
Un poema roto en la ciudad
Tiempo desgarrado
El invierno derramado en las estrellas
Escribo mi alma en paredes del hospital
En papeles de otoño
y en el agua que ahora falta en el cielo
La escribo mientras busco a mi hija
Mientras duermo
Mientras vuelvo a pensar
¿Iremos al cine Carola?
Habrá nueces y mazapán
Tu perfume
El libro de alegrías que surge de tus ojos
Mi trabajo es dibujar en el aire
trazar líneas de mi azul
expresar la música
volver a piel los sentimientos
dejar anudado el abrazo
Oscar está de cumpleaños
Nuestro maestro merece un día de sol
Me impacta su conciencia tan libre
Cierto empuje de su alma
Ojos de su nieta elevando su luz
Inquietud de quien lleva la antorcha
El llamado y el deber de enseñar
Me detengo a soñar el sol
Él me responde con un baño de luz
Venerable grito atómico
La estrella en su fiesta de verano
No le digas algo al tiempo
No hables con el árbol
Ni con la espada
Habla en cambio con tu madre
Abraza a tus abuelos
Regresa a la mesa familiar
Piezas de cristal que sostenían los servicios
La alfombra del living
La plantas
Figuras de yeso mirando desde los muros
La aurora ha llegado tarde
El lucero viene joven y enamorado
Persiste el domingo con sus rosarios
El beso de la montaña calva
Las siglas y el monto de esta venganza