Estuve durmiendo sobre mi nombre
Luego desperté sobre cajas de manzanas
Frutas rojas mordidas por el tiempo
Sitio donde nacen las tormentas
Huerto de higueras
Edén entre verbos y verdades
Estuve durmiendo sobre mi nombre
Luego desperté sobre cajas de manzanas
Frutas rojas mordidas por el tiempo
Sitio donde nacen las tormentas
Huerto de higueras
Edén entre verbos y verdades
En nuestra cocina
Ella escribió su Uberkuchen
El yogur le dio la fuerza de Dios
la almendras fueron su esencia
y mi alma fue su destino
El tiempo regresa y me corrige
Viene y muerde mi oreja
Escribe a la izquierda de mi espíritu
Explica mis tropiezos
Avanza a trancos y me mira en el rostro de la Luna
Pensar Alemania
Sus almas de luz y música
Su unidad en lo diverso
Esos monstruos internos
El lenguaje, los dialectos
Obuses y genios esparcidos por la tierra
¿Qué recuerdas del tiempo?
- Tengo me memorias de algo azul
- Vuelo de aves sobre el mar
La sombra y noche como ausencias de luz
A la izquierda de tu nombre
En el engaño del sur
Bajo tu cuerpo
En el límite de esta puerta
Al Este y al Oeste de tu sol
Miras en el puerta que abriste en mis ojos
Vienes mamá
Tocas con mis manos
Aprendes con mi nombre
Cruzas y regresas en mi piel
Lo que pasa en mi alma
pasa en todo los cielos
hay aquí rubor de crepúsculo
primera estrella
trabajos del viento sobre los sueños
Estoy encerrado en el cielo
Casi en la puerta del Imperio
Casi en brazos de mi madre
Justo en un himno de luz
Juzga con razón iluminada
con amor aclarando tu mente
con temple y visión muy tranquila
siempre con reglas de igualdad
escuchando, observando,
regresando varias veces a los hechos
imbuido de humor, de prudencia, de tristeza
Juzga bajo el peso del futuro
hazlo con memoria y con trabajo
examen riguroso de las piezas
sin prejuicios
sin premura
con el alma empapada de belleza
Estoy de vuelta en mi nombre
Justo hoy
Antes de nacer en las manos de mi hija
Antes de mirar al cielo
y escribir futuros que ya se acercan
La niña
Sobre su cabeza lleva el sol
Una diadema de estrellas
Notas musicales
el aliento y los signos de Dios
Ningún día vale la pena
si está vació de abrazos
si falta el sol
o Isidora declina en su luz
Llegó el color rosado
La sonrisa querida
Esas manos fresquitas
Nuestra cantante
Mi pequeña hermana del mar
Todos aprendemos a morir
Unos con arte
Otros entre balas y armaduras
Los menos allá en la noche estrellada
Nunca creciste corazón
Llevas el mismo cielo que a tus quince años
Guirnaldas en tu cabello
Ese anhelo nacido anoche
La misma fuerza, el afán de hoy
Combato las reglas de mi alma
Aquella de dormir y despertar
La de buscar el sol
La de escuchar antes de hablar
Esa de secar mis lágrimas antes de salir a la calle
No hables Chelsea
No infectes más la herida
No rompas la tregua del silencio
No intentes escapar de tu conciencia