Bendito Seas,Señor.
Tú eres mi talento y mi don
Así cumplo aquí tu llamado
Para servir a tu pueblo
A los niños que son tu presencia
A la vida en que habla tu luz.
Así es la oración de Yolanda, nuestra hermana.
Y cada día es testimonio de su alegría.
Su espíritu discutiendo con la muerte.
Enseñando.
Llevando su fuerza a nuestro lazo.
Pero la hirieron para robarla
Necios. Sólo necesitaban pedir.
Aceptar el fuego que une.
El abrazo que entrega la paz.
Apártense ahora. No hay odio.
No regresaremos su espada con otra espada.
Volcaremos al amor nuestra fiereza.
Seremos escuela y primavera.
Ciudad de hermanos.
Tierra en que crece la unión.
Y regresará nuestra hermana.
Nuevos niños recibirán su entrega.
Estrecharé su mano en el lazo.
Seremos el mundo que avanza.
Tus triunfos son nuestros triunfos.
La herida en tu cuerpo vuela feroz hasta mi alma.
Y estamos contigo en horizontes.
Abriendo para ti la puerta.
Uniéndonos a ti en lo alto.
Sintiendo de ti el perfume.
Nuestra hermana querida y sabia.