25 de diciembre de 2024

Miguel Enríquez Espinosa





 Recuerdo mi infancia en Concepción

Juegos con Marco y Edgardo, mis hermanos

La dulzura de Inés,  aquella luz de mi sonrisa[1]

El amor gigante de nuestra madre

Mi padre empujando libertades

 

Nuestro hogar fue un claustro de libros y música

Largas conversaciones

Anécdotas de mis tíos parlamentarios[2]

Vivencias de la Armada

Historias de hospital

Vibraciones emanadas del templo

Una luz de bondad en aquel hogar del sur

A nuestro Jardín del Pensamiento

Llegaba la juventud del sur

En mi gran cuarto de soltero

Celebramos el 26 de julio

Soñamos la insurrección de los humildes

La hora final del reformismo

pues Cuba brillaba en las almas

y no había tiempo para otro Catapilco

Otro bailarín González Videla

Otro engaño, acuerdo, retroceso

 

¡Que bellos almuerzos en casa!

Ferradita, Bauchi, Luciano y toda mi familia

Mi padre moderaba con mallete invisible

Marco abría ventanas a la historia

Un río de humanidad inundaba la mesa

 

En aquella inundación

me aferré a la emoción de ser en el prójimo

y busqué en el amor sus consecuencias

Así, lágrimas de otros corrieron por mis mejillas

El dolor de mi pueblo hirió los pilares de mi alma

Temblé a los pies del Lucero

Y en mi Alto Corazón

Sentí el deber del sacrificio

 

Mucho antes de los veinte años

Me uní a Sierra Maestra y Espartaco[3]

Desde allí construimos el Movimiento Socialista Revolucionario

En 1965, anhelos y el coraje del pueblo fundaron el MIR

Clotario Blest bendijo el momento

Una rosa nació en cada jardín de América

Nuestros cuadros ya se formaban en Cuba

 

Tras ello, convertimos el discurso en realidad

Creamos territorios insurrectos

Asaltamos bancos y robamos mercaderías

Repartimos alimentos

Otorgamos poder al que siempre estuvo indefenso

 

Con fuego y tortura pagamos nuestra osadía

Combatimos el Golpe de Estado

Estuvimos en el infierno

En nuestras almas resistió la aurora

Ascendimos la montaña sin tiempo

Volcamos nuestro viaje en la Luz

 

Calle Santa Fe, 5 de octubre de 1975

Nuestro hogar está rodeado

Somos cuatro resistiendo

Buscando cobertura de fuego y huir por los techos

Nos atacan con granadas y balas trazadoras

Carmen cae herida por esquirlas de granada[4]

Munición de guerra me arranca la existencia

 

Mientras caigo, veo a mi padre

Jaime Galté y José Miguel Carrera

Con sus manos forman un triángulo de luz

Protegen a Carmen y al niño que lleva en su centro

Yo cruzo la noche estrellada

Regresa la música de mi viejo hogar

Un alma serena me invita a caminar sobre el viento



[1] Su hermana, Inés Enríquez Espinoza

[2] Inés y Humberto Enríquez

[3] Núcleos socialistas de Concepción, marcadamente impulsores de la insurrección armada.

[4] Carmen Castillo Echeverría, pareja de Miguel.

24 de diciembre de 2024

Alfonso Gamboa Farías Clanista asesinado por la Caravana de la Muerte en Copiapó

 

En acto reparatorio, se aprecia al  presidente Boric y al que por sus rasgos es  Alfonso Gamboa,                                                            hijo de nuestro hermano asesinado.


Nuestro hermano fue normalista

Enseñaba en las aulas y en Radio Atacama

Su voz recorría desiertos

Faenas mineras

Caminos repletos de cobre

Copiapó, ciudad amada por la Luz

 

Su pensamiento y cultura

eran esperados en los hogares del norte

Ayudaba a escudriñar el fondo de las noticias

Aplicaba el libre examen

Nuestra búsqueda de la verdad

Una amplia extensión de la armonía

 

Los hermanos de la radio formaron el clan Cristales[1]

En su leyenda, una gema espiritual instalada en las alturas

aglutina energías

y envía su Alto Amor a nuestro pueblo

 

Tras el golpe, la radio fue invadida y clausurada

Pronto, los militares buscaron el cristal

Aquella joya mágica de la radio

Por la fuerza arrancaron de Alfonso la pieza material

-ya inutilizada por seguridad-

Pero nunca lograron llevarse la verdadera

La Gran Luz que hermana corazones

La que hace de nuestro hogar el hogar del Alfonso

De su pena, nuestra pena

De su coraje, un motivo para nuestro orgullo

 

Ese martes, nadie grabó las últimas palabras de Alfonso en la radio, pero ellas circulan en la memoria de Copiapó y se entregan como un rito de honor y homenaje:

 

“Señores auditores: en estos momentos el gobierno democrático de nuestro presidente Salvador Allende está siendo sobrepasado por el poder militar. Hacemos un llamado a todos quienes tienen espíritu democrático para apelar al razonamiento y hacer que todo vuelva a la normalidad. No podemos permitir que se destruya lo que se ha erigido en favor del pueblo”

 

Tras el brillo digno de su voz

vino la prisión

Caravana de la Muerte

aquella noche de corvos en Cuesta Cardones

nuestra luz no se extingue

simplemente, se hace eterna

 



[1] Un cristal era la pieza clave del sistema de transmisión

23 de diciembre de 2024

Claudio Contreras Hernández Clanista detenido desaparecido

 



Como el mago del tarot

nuestro hermano “Coco” era malabarista

Alegre adolescente Ovallino

Buscador de luz

Devorador de fuego

Hijo de Alicia, maestra normalista

Hombre feliz sobre la cuerda floja

 

Claudio fue obrero esencial

en el espacio ancestral de los Los Mitayos[1]

Constructor Civil y estudiante de ingeniería

Magnífica estrella en el “Circo Minero”

Cuadro brillante del MIR

 

 

Coco, Zorro y el Guatón Peña

Conformaron los “Three cool cats”

Pequeña pandilla lúdica de La Serena

Guardianes de la aurora

Todos apresados en dictadura

 

Claudio fue demolido a golpes

Colgado hasta romperle el brazo izquierdo

Sometido a los voltios de la parrilla

Desaparecido desde Villa Grimaldi

Avistado por última vez en enero 25 de 1974

 

Cierro los ojos

y lo veo pasar sobre mi cabeza

percibo su abrazo con Martín Faunes

la fuerza que respira en su nombre

el himno que canta en las estrellas

 

 

 

 

 

El año 2014, la Sala Penal de la Corte Suprema dictó condena por el secuestro calificado de Claudio Contreras Hernández, ilícito perpetrado a partir del 7 de enero de 1975, en Santiago.

En el fallo se condenó a Manuel Contreras SepúlvedaRolf Wenderoth PozoFernando Lauriani MaturanaGerardo Godoy García Marcelo Moren Brito, a penas de 15 años de presidio.

 



[1]  Claudio se inició hacia 1968 en el Clan Los Mitayos de La Serena.


Federico Álvarez Santibáñez Clanista oriundo de Vicuña Asesinado bajo tortura

 


Federico viaja a Vicuña en el tren Elquino

Allí se besa con muchachas de faldas cortas

Asume el magnetismo del valle

Piensa en congresos de la FLECH

y aquellas sesiones sagradas en su clan “Los Gnomos”

 

Nuestro hermano estudia

Conoce el alma de Julio Cortázar

Frecuenta senderos de Marx

Secretos de la razón práctica

Aquellas campanas de guerra

que también conmovieron a Lumi Videla

 

Volvamos al tren

Elementales lo observan desde el cielo

Cruzan como viento tormentoso

Rayo cordillerano

Poema nocturno del sol

 

Todos lo quieren en el Reino de la Muerte

Todos, salvo la primavera

Aquella alma del Liceo de La Serena

La noche de Santiago que lo anhela en su vientre

y Anita que sueña un hijo suyo[1]

 

Agosto de 1979

Nuestro hermano es arrestado mientras reparte panfletos en la esquina de Manuel Rodríguez y Compañía

Ferozmente lo torturan en un subterráneo del Cuartel Borgoño

El Vicario de la Solidaridad

levantó su voz por nuestro hermano educador

En cambio, un ser vestido de Sarastro

solo se ocupó de sus ritos

 

En horas y días de agonía

Su tórax fue demolido en la tortura

Varias costillas fueron rotas

Sus pulmones se rasgaron hasta romperse

Hombres que decían ser médicos apoyaban los tormentos

 

El Fiscal Militar 

presionado por valientes abogados

ordenó conducirlo hasta la Cárcel

Desde allí pasó a la Posta

Murió el 20 de agosto en cuidados intensivos

El reloj marcaba: 23.55

 

En su funeral:

Todas las flores de aquel invierno

buscaron un lugar sobre su féretro

policías secretos robaron aquel cofre con su cuerpo

para llevarlo a empujones a la Gran Sombra

y entonces nuestro círculo hizo su labor

la energía del bien acunó su destino

“ni un solo pétalo cayó hacia los suelos” [2]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Conforme a la sentencia de la Corte Suprema, Federico Álvarez Santibáñez fue detenido el 14 de agosto de 1979 cuando distribuía panfletos contra la dictadura. Posteriormente fue entregado a la CNI, cuyos agentes lo torturaron durante cinco días, hasta que fue llevado a una fiscalía militar, a la que ingresó en estado agónico. Durante este tiempo, Álvarez fue revisado por tres médicos de la CNI, quienes en sus informes acreditaban el buen estado de salud de la víctima.

 

Por su asesinato fueron condenados los agentes de la CNI Julio Fernando Salazar Lantery,  Carlos Arturo Durán Low, Jorge Claudio Andrade Gómez, Jorge Octavio Vargas Bories, todos a 10 años y un día como autores del homicidio calificado de la víctima. El médico Manfredo Enrique Jurgensen Caesar fue condenado a la pena de 8 años de presidio mayor en su grado medio, como autor de homicidio calificado de Álvarez Santibáñez, prno que no cumplió, pues murió prófugo en Argentina. El médico Luis Alberto Lozada Fuenzalida fue condenado a 2 años de remisión condicional de la pena como encubridor.

 

 

 

 



[1] Ana Marín, su compañera.

[2] Basado en el testimonio de su amigo personal, nuestro hermano Martín Faunes Amigo

22 de diciembre de 2024

Jaime Sierra Castillo, clanista asesinado

 

 


Once años después de su iniciación en “Chañares”[1]

nuestro hermano fue asesinado con corvos y bayonetas

La Caravana de la Muerte lo marcó como objetivo

Lo decía una lista con su nombre subrayado

Barbarie militar sobre Radio Atacama

 

Su voz en el dial era la de nuestro Chile que caía

Ese país altivo que jamás bajó la mirada

Ese que se negó a vivir de rodillas

Ese que cantó, marchó y combatió las huelgas patronales

 

Nuestro hermano cayó junto a doce hijos de nuestro pueblo

y mientras su cuerpo era atravesado por metales

evocó a sus hijas

lanzó su mirada verde hacia lo eterno

y gritó “Hermano Alfonso Gamboa, nos vemos en las estrellas”[2]

 

Entonces: el desierto devoró su alegría

Sus 27 años de ternura

y su largo romance con nuestro pueblo

 

Todo lo devoró, salvo su fuego

Ese que sigue encendido

en el Amor de esta Patria

y en el aire de Copiapó

que cada día pronuncia su nombre



[1]  Jaime se inició en el Clan Chañares y fue fundador del Clan Cristales

[2] Iniciado en el  Clan Cristales y Director de Radio Atacama


21 de diciembre de 2024

Lumi Videla Moya : Asesinada, esposa de clanista

 




Debo decir que soy hija de las estrellas

Maestra como mi madre y mis abuelas

Ñuñoína como libro de primavera

Americana por esencia

Mujer, mucho más allá de mi cuerpo

 

Ejerciendo mis derechos

presidí mi propia iniciación

Unida a los niños de mi alma

y a Lautaro, mi hermano

subimos al techo de mi hogar

Allí nos embriagamos de aurora

Nos cruzó el poema del cielo

Fuimos Cordillera y Patria

Inscribimos nuestro Ser en el Uno

y en nuestras copas de oro

recibimos, dichosos, la Luz

 

Mi padre me enseñó las montañas

El canto de los bosques

Los misterios antiguos de la vertiente

Aquella sutil presencia del águila

Las huellas del puma en el camino

 

En casa de mi abuelo estaban los libros

Aventuras/Sueños/ Pensamientos

Ríos de humanidad en mi conciencia

La vida expresada en palabras

 

En el Darío Salas me abrazaron sus maestros

Observé una extensa libertad en sus conciencias

Seguí sus pasos en el Pedagógico

Estudié el pensamiento de los griegos

Nuestro universo dialéctico/Los fantasmas de Marx

El anillo en la mano de Simone de Beauvoir

 

Junto con estudiar: enseñaba

Ayudé a fundar “Nueva La Habana

El Cordón Industrial Vicuña Mackenna

Escuelas de cuadros en el MIR

En paralelo: amé Sergio

Fui ternura y alimento de nuestro hijo

Vida y amor en los trabajos de nuestro pueblo

Por 26 años fui feliz sobre la tierra

 

Fui delatada por Marcia Merino

Secuestrada, estuve seis semanas bajo tortura

hasta morir en pleno suplicio

Domingo 3 de noviembre, 1974

Tú tenías seis años y cuatro mi hermoso Dago[1]

 

José Domingo Cañas 1367

Entre celdas y vendas, sentí pasar el espíritu de Sergio

Sufrí lo que sufrió Chile, mis hermanos, mis maestros

Mi cuerpo fue lanzado a la Embajada de Italia

Mi espíritu regresó a las estrellas

La aurora me nombra cada mañana

 

 

La Corte Suprema condenó por el asesinato de Lumi Videla Montoya a Sergio Pérez Molina, Manuel Contreras; Miguel Krassnoff; Cristoph Willike, Francisco Ferrer, Marcelo Morén Brito y Basclay Zapata Reyes. Rol 925-09

 

 

 



[1] Referencia a su hijo  Dago Pérez Videla, nacido el 19 de enero de 1970.

20 de diciembre de 2024

El color azul pegado a mi frente

 

Tengo el color azul pegado a mi frente

Un fragmento de cielo ha caído sobre mí

Un rayo de canciones futuras

El precio de la lluvia que vuelve

19 de diciembre de 2024

Octavio Julio Boettiger Vera Clanista detenido desaparecido


 

 



 

17 de enero de 1976

Antonio Varas y Providencia

Allí detuvieron a nuestro hermano

Su luz fue arrastrada a Villa Grimaldi

Una lágrima para Jaime Solari Saavedra

 

Muy golpeado, fue conducido hasta “La Torre”

“La Parrilla” invadió sus energías

Un médico asistió a los torturadores

Extremaron la picana y el horror

Octavio se elevó a otra Luz

 

Mientras ascendía

Octavio repetía un nombre: “Andrea” (su hija)

y viajaba abrigado por su mirada

consolado por la presencia de su espíritu

heredando a nuestro mundo su Amor

 

 

 

 

 

La Corte Suprema condenó a Ricardo Lawrence Mires, Juan Manuel Guillermo Contreras Sepúlveda, Carlos José Leonardo López Tapia y Rolf Wenderoth Pozo por el secuestro calificado de nuestro hermano Octavio. Rol 1066-2014.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] Iniciado el 3 de septiembre de 1967 en el Clan Quanta.

[2] Bajo tortura fue obligado a identificarlo y durante el juicio relató los hechos ocurridos

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