El día está herido de estrellas
Tiene la impronta de tu partida
Quedó limpio de tristezas
Vacío ya de tu alegría
El día está herido de estrellas
Tiene la impronta de tu partida
Quedó limpio de tristezas
Vacío ya de tu alegría
Gastón ha heredado las estrellas
Nuestra bruma sobre estas olas
Manchas de vino blanco
Peldaños sobre rayos de luna
Rayos y cantos de los dioses
Los rostros que escribió sobre el silencio.
Gastón se queda en el sueño
y escucha un último gol en Playa Ancha
su bola roja ha besado a la blanca
Vence su potra en el Sporting
Todo a ganador
Llegan los ojos de Roselba
Pronto cruzamos la puerta de la aurora.
Al fin de cada siglo
Un idioma que duerme
Sus palabras en olvido
Sus poemas se detienen
En esta noche
Una pieza secreta
La vida que borra su libro
Los tambores del miedo
La aurora atada y herida
Las estrellas dibujaron mi alma
No quedé una obra perfecta
Pero algo de brillo tengo
Me conmuevo
Entrego mi luz con alegría
Lo que demora mi estrella es despejar los cielos
La premura que lleva mi nombre
El largo declinar de la tarde
El hastío de cruzar hora tras hora
La proeza de vencer los minutos
El asedio al día y al mes
Lo que tardo en despertar
Benditas las sombras que serán derribadas por la luz
Sobre ellas anidará la aurora
El sol las abrazará con dulzura
Y tras el crepúsculo volverán a resurgir
Soy en tu ser la lumbre
Árbol que cuida tu nombre
Ramaje de luna
Palabra que el sol pronuncia
Elegí el sabor de la Luna
Tu cielo colmado de estrellas
Mi plomada
Granadas que devoran los pueblos
La espada que defiende la paz
Extiendo mis manos por las calles de Recreo hasta llegar a su rostro
Recojo la tibieza de tus mejillas
Mil estrellas me llevan hacia ti
Y te alcanzo en la vereda
En la escala
Cerca de Calle Pedro Montt
En el aire, mientras el cielo se puebla de volantines
Ella viste de verde
Recibe a las fuerzas de abril
Sabe de canciones y kuchenes
Tiene su mirada sobre las olas del mar
El Rito fue escrito en los cielos
Lo murmuran estrellas
Lo conserva el silencio
Tiene un árbol de vida
y un sendero de luz.
Quien salva una vida
salva al mundo entero
Quien escribe un libro
despliega la rosa eterna sobre el talmud
El Uno sonríe porque tu libro es todos los libros
pizarra en que murmuran estrellas
rayo unido a la corona del Sol
regazo en que despierta el silencio
dos columnas a la entrada del templo.
N. es línea y esencia
canción que sueña
signo que respira
boca del viento
hada cocinando el resplandor
rocío sobre el Árbol de la Vida.
Ella dormitaba y tuvo que despertar
Un mago la invadió con bofetadas místicas
Era Hans Sachs
Maestro Cantor de Nuremberg
Era Bach con su coro de Leipzig
Tal vez Karl Marx con su fantasma de fiesta por Europa
Seguro Heinrich Heine
quien llegó como un cisne al lago interior de Natalia.
Y ahora todo es ilusión
Indudablemente "Un Curso de Milagros"
Aquella Tempestad de Próspero
Pequeña cárcel de Segismundo
El libro de los muertos
Nuestros Desaparecidos
Hiroshima
Tus manos sobre la plancha caliente
No, no comparto esa verdad de Dios.
Pero ella conoció la música
Se dejó elevar por sus manos de aire
Se hundió desnuda en aguas nocturnas
Fue madera de violines
Tempos, silencios, melodías
Aquel oleaje efímero e infinito
Y Natalia encontró la ventana
Cumpliendo su destino:
Con sus propios ojos miró a Dios
Con sus manos culminó su obra
y al salir del templo
dejó encendida la luz.
Ocurre que su padre, el fuego
la llamó Esperanza
libro de sueños
alma que cruza los meses de lluvia
Varsovia
Buin
Pisagua
escape de Hanna Arendt hacia el sol.
Escucho ahora tu corazón
Hay lápices y tinta en su interior
Amigas eternas como razones
Naranjos que plantaron tus abuelos
Columnas firmadas por el viento
Un bosque de peonías
La carta VI
Aquella que te cuesta escoger
He visto heridas bajo tu piel
Aquellas lunas que gobiernan tu horizonte
El incendio en tu memoria
La torre cayendo destrozada
El sonido de la flauta al amanecer.
Quien salva una vida
salva al mundo entero
y ocurre que tu libro - Natalia-
ahora respira y llora
Bebe leche de diez pezones tuyos
Le crece una boca para hablarnos
Unas manos para hacer ronda
Una espada de oro, para defender la Luz.
El otoño dice muchas cosas
Dice por ejemplo
Isidora es una rosa que canta
El océano es agua que canta
Hay espíritu en la letras
Escucho la vendimia sobre la tierra
Hoy voy a meditar sobre Jerusalén
Seguir mi ruta interior hacia ella
Cruzar sus laberintos
Entregar mi luz a la paz
Me gusta que volvamos a abrazarnos
Que sepamos ser uno
Fuegos de la misma conciencia
Luces del mismo despertar
Todo lo divido por cinco
Mi mano que ya tiene cinco nombres
La casa en que escondo mis tesoros
El tiempo que demoro en perdonar
La luna y el sol me confiaron tus abrazos
Cierto despertar de tu mirada
Los libros que buscan las flechas de tus ojos
Tu canto que ilumina nuestro andar
Hay nubes sobre Valparaíso
Los rayos del sol están cansados
Y en mi alma figura apenas tres luces
Una se llama Bethesda
Otra Lessing
La última persiste en llamarse Aurora
Soy el padre de Isidora
Me defino como libro de alegrías
Amigo del sol
Hombre que nada bajo hielos y sombras