El tiempo orina sobre el tiempo
Luego piensa en seducirte
Respirar en tu cuerpo
Entrar como una rosa en tu mundo
Hacerse habitual a tu piel
El tiempo orina sobre el tiempo
Luego piensa en seducirte
Respirar en tu cuerpo
Entrar como una rosa en tu mundo
Hacerse habitual a tu piel
..........................................................................Para Carola Méndez
Estas son la caravanas de la muerte
Aquellas argentas
colgando silenciosas
de las páginas del tiempo
*
Reflejan un rayo de fuerza
Un quiebre en el cielo
Sombra cubriendo las estrellas
La noche invadiendo nuestro cuerpo
*
Segundos después
reflejan los dedos albos del sol
muestran a las madres recibiendo a sus niños
despertar y llanto
el rostro de un poeta que observa
No soy hombre de incendios
Así que le temo al sol
Al boque cargado de ramaje
A las mentes que anteponen el dinero
Mi hija habla con sus cejas
Con el ellas explica el Sagrado Corán
Pasajes de la Biblia
Algunos Libros de Ciencia
*
Con sus cejas pide kuchen
Entradas para el cine
Helado bañado en chocolate
Una bicicleta con su conductor
No miento en día de apóstoles
Ni en el de las hembras desnudas
Siempre llevo a mi martillo por testigo
Y clavo mi bandera sobre la tierra
¿Dónde almuerza el silencio?
Acaso en la mesa de Leonarda
En la tierra mojada
En la paz tras el silencio
Tal vez en el libro de la tarde
La estrella no ha sido enterrada en el bosque
Rita y Carla, persisten en estar junto al pueblo
Ellas limpian los ojos de los niños
Comparten el agua
Reparan caminos
Dejan su dinero bajo la almohada del zapatero
*
La estrella no se ensucia ni se vende
La he visto en Claudio y Christian
barriendo las cenizas
regalando herramientas
sudor en el rostro
mangas arremangadas hasta los hombros
valor de humanidad
valor ser uno con los que sufren
*
La estrella sigue en la aurora de este pueblo
Resplandece en el hacer de sus bomberos
En su tiempo entregado con holgura
Felicidad de dar
proteger
ser la mano y abrazo del prójimo
valentía de estar cuando todos huyen.
*
La estrella no está calcinada entre los muertos
No baja los ojos cuando gritan auxilio
No regala basura
No roba
No se paraliza por el miedo.
*
La estrella nos mira
y nosotros la soñamos
la dejamos fulgurar en nuestro cielo
en el hacer de tantas manos
en el ir y dar
en el ir y ser lo que siempre fuimos
Sigo instrucciones del verano
Me apego a sus incendios
Muero cuando muere este reino
Mi ciudad junto al océano
Esta patria del viento
*
Imagino las mentes que quemaron la tierra
Almas asesinas que extinguieron canciones
Cerebros trastornados
Malvados sicarios del fuego
Inversionistas del crimen
Quemando para erradicar y construir
Nueva fiesta de Nerón
Pulcro desarrollo inmobiliario.
*
Sigo instrucciones del verano
Viajo entre playas y funerales
Acepto el sol en el Teatro del Lago
Camino entre pavesas
Veo "Anatomía de una Caída"
"Los que se quedan"
Aquellos asesinos de la Luna Llena
Pronto, las "Pobres criaturas"
*
Imagino las mentes que quemaron la tierra
Almas destruidas que extinguieron canciones
Sobornados que miraron a otro lado
Detenidos fulminados a golpes
Cuerpos calcinados e irreconocibles
Corazones transformados en humo
Toque de queda
Miedo devorando el futuro
Je suis François Couperin
Nací entre claves , laúdes y arpas
Je suis François Couperin
Ravel sembró sobre mi tumba
Mi suite para violoncello ha cuajado en las
estrellas
Me gusta acariciar mentes de otros siglos
Compartir mi paz
Expresar la luz
Sostener la armonía
Se estima que François Couperin compuso « La Visionnaire », hacia 1690, lo que denota su incorporación a la
francmasonería estuardiana con mucha antelación a la fundación de la Gran Logia
de Londres en 1717.
Todavía huelo la espuma del mar que te hicieron atravesar
Estuve allí en los azotes y en las violaciones
Fui tu hijo y el hombre que te vendió
Estuve en tu útero y en tu boca
Fui sombra en el monte
Fuego al interior del palenque
Viento que bajó a las ciudades
Uniforme de selva y banderas rojas
Espuma que retorna al Malecón
Jornada de incendio
Gran taco en la carretera
40 grados en Limache
Y ahora guardados en esta alegría
Nos une el kuchen
Leer juntos
Pensar el fuego
La noche en que vimos
Anatomía de una caída
La mente de Isidora ha subido la escalera
Luego baja para hacer morisquetas
Hacer sus maletas
Preparar su ausencia
Hay un lobo caminando en mi alma
Bajo estrellas enciende mi fuego
Habla despacio
Reza
Medita
Llora, antes de entregar su corazón
Ronny caminó desde su infancia
fue desde Iquique hasta Londres
Vivió empeñado en comprender al mar
Abrazar a sus hijos
Jugar con sus hermanas
Herir la brisa celeste con su sonrisa
Saludar a la Luna con su copa roja
Mirar la realidad desde el amor.
Ellas vestían colores fuertes
Sus corazones eran posesión del volcán
El agua las llamaba desde El Lago
Examinaba su memorias
Sus deseos desnudos
El libro en que se escribe el destino
La madre de Juan
nos ha guiado en el Teatro del Lago
Ella preside el Volcán Osorno
Elige los vestidos de la noche
Cuida las verdades del cielo
Entrega a cada artista
una corona de estrellas
*
Recibió a Yuko Sano
con un abrazo de primavera
Observó el corazón del oboe
El alma de los violines
La alta rectitud del clarinete
*
En el anfiteatro
Bendita habitación de luz
Recogió rayos del sol
y la mirada blanca del volcán
Dejando que su energía vibrara
Hasta envolverse en el crisol del verano
Al ritmo de cuerdas y maderas
Isidora conversó con Yuko Sano
Hablaron de nerviosismo y concentración
Sentido del deber
La serpiente que rodea el escenario
Nuestra herencia de belleza
La paz escrita sobre pentagramas
Comencé a buscar a Isolda
La encontré en su barco de muerte
La bebí en sus filtros
Hembra golpeada por miradas
Estrellas del destino
La luna dormida en su frente