Una piedra sobre otra
Hasta rozar la luna
y saltar hacia ella
un día en que brille rosado
un día en que trepe hacia el cielo
Una piedra sobre otra
Hasta rozar la luna
y saltar hacia ella
un día en que brille rosado
un día en que trepe hacia el cielo
Toda palabra está hecha de libertad
Todo callar a ella obedece
Todo viaje
Cada mentira
Cada paso hacia el sur
Y sin embargo
Alguien puso la palabra en tu boca
Exigió ese silencio
Ordenó ese viaje
Obligó a esa falacia
Nos persiguió hacia el sur
Tengo voz y conciencia
No soy un simple testigo
Ni el eco de pantallas
Bajo cielo de paz
Llevo mi bandera roja
Hermandad de los pueblos
Claridad
Ternura
Respeto
Tengo raíces en la lluvia
En la tierra que forjaron los bosques
La niebla que camina sobre el mar
Las cabezas gigantes del océano
Lo libros quemados en la ciudad
Imprescindible
Tu carta escrita en mis brazos
La pava con su silbido de antaño
El carro verde y azul de los gitanos
Daniel Ramírez trotando por París.
Me encantas porque rezas
y erizas mi piel con tu sonrisa
genia de auroras
maga en funerales
lirio asombroso en el borde del mar
Escucho en la luz
Tu nombre de viaje: Isidora
El arco de bellezas que en ti avanzan
La suma de tus mundos
Colores que irradias
Estrellas que guían tu danza
Elegid una vida justa
No por temor a la oscura estrella
Sino por impulso de luz
Fulgor de amor
Intuición de belleza
Altura de igualdades
Sentimiento de hermandad
La melodía lleva carga de espíritu
Tormenta y pena
Piedad de la tarde
Voces griegas
Canto del hijo hacia el padre
Ave María en caudal de tu hermana
Todo el amor en tu madre
Tu nombre en un tango
Milonga liberando tu alma
Milagro de guitarras
El tiempo maniatado en su tumba
Un lucero buscando tu abrazo
Ella quiere abrazar a los suyos
Seguir su camino de luz
Dejarse a caer hasta su centro
Cruzar sobre dolor y silencio
Unir sus días al sol
Bendigo tus manos de aristelof
Tus labios bañados en cerveza
Tibieza que impones en nuestra cama
Lengua de chocolate
Un sol verde en el rayo de tu mirada
Escribo sobre la frente del viento
Herido de alegría
Asido a la mano de mi madre
Hecho de sangre y de tiempo
Un poco más vivo que las estrellas
Que descortesía
Había olvidado la palabra tarugo
Estaba escrita en mi espalda
Raíces de esta cama
Mesa que soporta mis manos
Aquellas maderitas que escaparon a nuestra obra
Bellas lituanas emigrantes
Arauco embalado hacia el norte
y extraviado en nuestra casa.
Nací desde mi madre
Desde las estrellas, que es lo mismo
Tal vez desde el río levantado en sus mil piernas
Desde América
Que es mi casa
Mi libro de volcanes
El lugar en que bebo los vientos.
Viene noviembre a conocer a Dios
Trae su libro de letras invisibles
El horario de las tumbas
Tres cubos en que habita el futuro
No estoy aquí
Vivo en un poema perdido
Cierto Reino de Cisnes
Comarca más allá del sentido
El
mandil en los ojos
Espíritu
pleno de amor
Voy
cargado de abrazos, música, construcciones
Soy
un bosque en marcha
Fuerza
que mueve el horizonte
Persistente
obrero de justicia
Ser
enamorado de la paz.
Pero
el golpe de herramientas
dificulta
escuchar al maestro
Y
deseo más luz
Quizá
un sombrero de estrellas
en
mi pensamiento.
Sentir
el pulso del sol
En
el árbol, el oleaje, la emoción.
Entonces, recibo una llave de marfil
y
desciendo en secreto hacia mi
conciencia
resplandor
de todas las conciencias
Santuario
del que busca
Aurora
y Crepúsculo de Luz
En
destellos y fragmentos
Nombre
y Fuerza de Dios
No dejes a Clara Schumann
en su libro de muerte
Pide su espíritu en tu nombre
Su fuerza al parir solsticios
Pasión que entregó a los sonidos
Misterio de sus cartas
Claridad de su enseñanza
Poder de sus bellezas
Ojos de tantos en su libro de vida
Su libro, a cuatro manos vertido.