Estuve llorando con Cecilia y Oscar
los abracé en la puerta del otoño
pensé en Ariel y su melodía
noche sobre Rancagua
Octubre de 1974
hora de morir y gestar el infinito
Estuve llorando con Cecilia y Oscar
los abracé en la puerta del otoño
pensé en Ariel y su melodía
noche sobre Rancagua
Octubre de 1974
hora de morir y gestar el infinito
El verano ha besado al otoño
Lo hace en el día de mi hermano
Mientras Goethe galopa en los bosques
Y su alma se agita y nos canta
He mostrado a la Luna mi alfabeto
Ella, con hilo sagrado
ha bordado sus formas
La estatura de sus vocales
El destino de sus silencios
La matriz y el secreto de sus esencias
Has escrito , hermano, el espíritu de la tierra
y en virtud de tu genio:
las torres de Rancagua son más altas
más anchas sus calles
más espléndidas sus rosas
aún más rica su cordillera
*
En tu Comarca del Jazmín
Conviven ángeles y azahares
Bandoleros gentiles
Patriotas cargando hacia el Lucero
La noche en talleres del futuro
Orgullo de lo inútil
Tu canto en el árbol, la mesa, el rocío.
*
Has creado, hermano, el espíritu de la tierra
y la Comarca del Jazmín
camina entre los reinos del mundo
bendita por los salmos que dejaste en sus vides
el sol que escribiste en su frente
la fuerza azul de tu alma
que aún sostiene las plazas
los trenes
el viento
Este texto dialoga con Oscar Castro y su "Poema de la Tierra"
Poema de la tierra
1
Tierra, como si fueras mi corazón, te quiero,
Para decir tu salmo sobre ti me levanto
Alzo la frente, pero mis pies en ti reposan
Soy el tallo moreno en la espiga del canto.
Tierra de los viñedos, tierra de los maizales
rientes y jocundos, ancha tierra del campo,
para apretarte toda contra mi pecho duro
alargaría en ríos melodiosos mis brazos.
Prolongación de ti, todavía conserva
tu morena humedad este vaso de arcilla.
Si el corazón desnudo cayera en cualquier surco,
te enjoyaría toda de rosas purpurinas.
Tierra mía, mi tierra con olor a vendimias,
sabor del fruto dulce y del agua que bebo,
el día en que tu entraña me recoja y me absorba,
te habré devuelto sólo todo lo que te debo.
2
Tierra humilde y reseca del patio de la casa
Pintada por la sombra de movedizas parras
Tierra sin horizontes, heredad que termina
Junto a la vertical tierra de las murallas.
El sol se acuesta en ella, como un perro, a la siesta
La luna le derrama sus linos y sus platas
Grises guijarros duermen junto a sus partiduras
Sobre su rostro caen hojas y sombras de alas.
Dura como las manos del destino y la angustia
Y en la actitud divina del que sufre y se calla,
Debe sentirse, cuando maduran los luceros
Fondo del pozo de la noche milenaria.
3
Tierra de los caminos del mundo entero.
Tierra hollada por las bestias grises y por los hombres
Tierra por donde pasa la cosecha olorosa.
Polvo que va marcando la angustia de los pobres.
Franja de tierra, única de todos en el mundo,
siempre abierta y leal como una mano buena.
Predio de los poetas y de los vagabundos
que no tienen “en dónde reclinar la cabeza”.
Yo me arrodillaría, y para darle sombra,
plantaría en su orilla mi huerto de poemas:
pasarían los hombres, cogerían las flores
y las irían, luego, deshojando en la tierra.
Yo, que nací desnudo y que nunca he tenido
más que un surco de angustia y un sembrado de estrellas
pienso que si no hubiera caminos polvorosos,
no habría poseído ni una cosa en la tierra.
La codicia del hombre desdeñó los caminos.
Pueden pasar por ellos, enemigos y hermanos.
Ah, si la tierra entera fuese un camino inmenso,
todos podrían ir cogidos de la mano!
4
Bajo el asfalto duro de las ciudades duermes,
Escondida del sol y lejana del viento,
Tierra de las ciudades, te vendaron los ojos
Para que no miraras la sonrisa del cielo.
Sufres por los trigales que no fructificaron,
Deslumbrados de sol, sobre tu techo inmenso.
Y te clavan la entraña dolorosa y mordida,
Los tallos sin raíces de los postes eléctricos.
Tierra mía, los hombres te olvidaron. No sienten
Tu temblor en el surco, tu fragancia en el viento.
Y ni siquiera puedes besarles las rodillas:
Entre ellos y tú, está la losa de los tiempos.
Yo sentiré por todos. Me tenderé de bruces,
Hasta que me perfumes la sangre y el aliento.
¿En qué rincón humilde florecerá un rosal,
Cuando tú seas toda de asfalto y de cemento?
5
Tanta sangre caída sobre la tierra. Tanta
Vida segada cuando su aurora comenzaba.
Todo por el anhelo de poseer la tierra
Y de alzar en la tierra fronteras y murallas.
Tierra escupida de blasfemias y sollozos,
De polvera y de sangre, tierra de las batallas,
Después que te mordieron y te desmantelaron
¿Cómo podrá tu entraña florecer rosas blancas?
Las manos de los muertos, las bocas de los muertos,
Se apegaron a ti, sangrientas y crispadas.
Te cubrieron entera de huesos y cenizas,
Te quemaron los bosques, te enturbiaron las aguas.
Y tú, piadosamente, recogiste la sangre
Para elevarla al sol, dulce y purificada.
¡oh, melodioso viaje de la sabia en los troncos,
Rumbo al retoño niño o la flor deslumbrada!
Yo no sé qué designio preside tus alquimias.
Luchan por ti los hombres, tierra de las batallas.
Lucha, y no comprenden que cuando a ti se fundan,
Te las entregaras, morena y perfumada.
6
Tierra los ojos y las manos,
húmeda tierra el corazón,
tierra la carne de la amada,
tierra fragante la canción.
Tierra los cuerpos en la cópula,
enceguecidos de hambre y sol:
tierra sufriente y dolorosa,
tierra con sangre de Dios.
Solloza el mundo en nuestra tierra,
y las estrellas, y la flor,
y la palabra de los vientos
y todo rosal interior.
Y esta tierra con que sufrimos,
nos impide toda ascensión,
y toda ala caída en tierra
se nos pudre en el corazón.
Tierra las manos de la amada,
tierra su cuerpo de alba y sol,
tierra sus ojos dolorosos,
temblor de tierra su temblor
en el instante del vencimiento,
tierra otoñal su extenuación.
¿Será de tierra el pensamiento
y será tierra la emoción?
Tarde, me visitó Oscar Castro
Nuestro hermano del Alba
Amigo de ángeles y rosas
Fuego y razón de Rancagua
Algo brilla en la humanidad
Entre bombas y envidias
La música
Nuestras rondas
Danzas y ritos para el sol
Esta noche, tres magos de luz
Uno vino con sus tres anillos
Otro con el cielo de Placilla
Un tercero desde el valle de Mercurio
Esta noche de Luna,
dos tumbas vacías
nuestra virgen pariendo
a sus hijos
más hermanos al viaje
más ternura en la luz.
Y la serpiente verde
se lleva a César
a Santiago
a su esposa
Los lleva y los protege
Enciende sus fuegos
Los premia con luz
Estuvo mi nombre en tu boca
Y lo dejaste partir
Emigrar al símbolo
Vestirse de frac en los días de lluvia
Estuve en la luz
Ella me acogió en su claustro
Me expresó en su sonrisa
Me llenó de besos al nacer
Caen las piezas Staunton
a este poema mosaico
El cristiano rey cabalga sobre su elefante
La dama busca un pacto secreto
Los peones silban mientras marchan a la muerte
Nuestro bravos caballos saltan a izquierdas y derechas.
Hay plan, contraplan y un rayo de suerte
Nathaniel Cook y Howard Staunton en el secreto.
Me conmueven
pañuelos verdes y lilas
miradas cargadas de sueños
memorias de abusos
certeza de justicia
marcha y victoria de las que luchan
Antes de ser tu lunes
Fui un un número en marzo
Cielo esperando a la tierra
Isidora camino a sus rezos
Ennio orbitando entre maestros
Las luces poderosas del cielo
Conocen su lugar en la creación
Esa sabiduría está también en Álvaro
Su espíritu tiene raíz en una lengua del mar
Junto a piedras lisas y gigantes
Congrios rojos como lumbres
Árboles hijos de la bruma
Macizo merodear de la olas
Ojos y ojos enamorados del azul
Álvaro, en medio del camino
explica el espacio con sus colores
instala su alma en la rocas
quiebra sus silencios
clava sus preguntas en la rambla
esgrime sus sueños
triunfa su don sobre el dolor
Álvaro perfora el espacio
su cuerpo anima las rocas
instala su bandera en las olas
borda sus ojos en el cielo
dimana sus viajes
respira en el viento
repara recuerdos
existe en su moto y su luz.
Mi nombre es Gonzalo
Estoy en una playa junto al bosque
Soñé que conducía desde el asiento trasero de un vehículo
Que atropellaba a un bebé
Que orinaba sin fin.
Soñé que mi nombre era Gonzalo
Un auto me conducía hacia el mar
El bebé orinaba en la playa
El bosque caminaba hacia mí.
Un vehículo me miraba sin fin.
Los asientos bajaban de los autos
El agua levantaba sus manos al cielo
El bosque orinaba sobre el tiempo
El bebé escribía mi sueño
El bosque soñaba también.
Todo construyes con el 3
Altura, Ancho, Longitud
Expones, analizas, concluyes
Siembras, cosechas, disfrutas
Caes a la tierra, te levantan, te marchas
......................................................................................Dedicado a Claudio Cruz
Un hombre sujeto a un proceso
Es un hombre cruzado por rayos de normas
Sujeto a redes de palabras
Requisitos
Tiempos
Impulsos
Citaciones
Recursos
Pruebas
Vicios
Reglas que empujan, escudan, amortajan