Isidora, primer día de clases
En el mar una manada de delfines
En mi mente, normas de conducta
La mañana aún cubierta de sombras
La escuela, una cápsula en el mundo.
Isidora, primer día de clases
En el mar una manada de delfines
En mi mente, normas de conducta
La mañana aún cubierta de sombras
La escuela, una cápsula en el mundo.
El poema exige un poco de mi sangre
Luz escrita en mi alma
El rayo que cruza mi carne
Mis pasos cruzando el silencio
Me dormí entre dos letras
Entre reglones
Justo sobre una Pagoda
Atrapado al interior de mi nombre
De pie, sobre un mosaico rojo y blanco.
Me despertó Víctor Hugo para hablarme de Guersney
Sus brujos nocturnos
Sus extrañas mañanas de nieve
Los botes cargados de antorchas
El círculo de almas que sostienen las estrellas
¿Qué haremos cuando nos falte Valentín Trujillo?
Porque su corazón sostiene la mitad del planeta
Su luz agita preguntas de los niños
y sus manos, hijas de mil estrellas,
rozan el hilo y la sangre de cada instante
¿Qué haremos cuando nos falte?
porque cada flor marchará a su tumba
habrá ronda y fiesta entre espíritus
y de nuestro fuego surgirá un aplauso
el que le debe nuestra infancia
el del talento
y ese imponente, el de la esperanza.
Luego, desde tantos silencios,
la trama y el sol de su melodía
su presencia a la izquierda de los sueños
coherencia del Maestro
manos selladas por la Luna
manos que siembran y cantan
Yo no escribí Los Buddenbrook
pero mi hilo de voz alimentó aquel océano
para que asistieran ustedes a mis bodas
mi verano en Travemunde
mi alegre pasión por la vida
No dejo de estar en ti
De llevar tu espíritu
El libro de tu escuela
Tus ojos pegados a los míos
He pedido deseos a mi alma
La paz de un poema
Una cuerda atada al cielo
Compañía de mi madre
El hilo y la razón de mis silencios
Tejes y yo respiro tu alegría
Elijo tu olor
Tus vestidos coloridos
Tu boca cantando en francés
Tejes y lías mi sonrisa
Pasos de mis rojos zapatos
Ensayo de mi espíritu sobre el ser
Una parte de mi ser está en el aire
Por allí pasan los espíritus
Gladys, Rodrigo, Olga, Claudio
Gustavo, Alicia, Bladimiro
Bisabuelos
La mirada de mi madre
Luces de Myrtha
Casa y camino de suavidades
El verano anuda los días
Los entrega con sus manos mojadas
Con sus ojos de niño
Sus noches, canción y besos
El verano usa su luz
y el río de estrellas en sus noches
Su luz
Su marca celeste
Sus horas de viajes y encuentros
Encontré mi nombre en el Libro de la Muerte
La tinta era azul
El sol brillaba al dorso de la página
Mis ojos estaban allá
y también en mi cama junto al mar
Ellos deciden hasta donde debe sufrir su hijo
Hasta donde vale la pena mantener su sonrisa
Su mirada de luz
La tibieza de sus días
El niño tiene meses
y sus padres deciden mientras haya oportunidad de vida
mientras la ciencia alumbre un camino
y la razón con sus linternas
alumbre un sendero en los bosques del abismo
El niño tiene meses
y sus padres deciden
hasta que la ciencia no apunte esperanza
luego
sólo queda el amor
contienda contra el sufrimiento
no hostigar más su cuerpo
agradecer su mínima estadía
verlo en otros rostros y en otras sonrisas.
La madera del ataúd semejaba un piano
Estaba tu hermana armada con tu mismo rostro
Margarita herida por tu ausencia
Cony
Río de vida corriendo
Y estaba en el aire tu sonrisa
Cierta presencia del café
Lecciones de tu paz
Hilos de tanta ternura entrelazada
Bailar en redondo
Enviar nuestras almas al centro
El punto en que nace una estrella
Astro llamado canción
Puente
Quinta
Blu bla bli
blu
Za Za Za
Splash zuu ba zu viiii
Strash
strash marambi
marambi baaaaaaa
Cocococococococococococococococococo
Rash Rash
Pip
-0-
-0-
-0-
Piñín, poto
guata, luche,
macha,
chaucha, choclo
copucha,
huinca,
huincha,
ñato, ruca
quiltro
laucha,
guarén
Chasqui
Quilpué
Reñaca
Marga Marga
Nuestras
madres sellaron esas voces en nuestra
voz
Las
aprendieron antes de ser violadas en
este estero
Hembras con ojos
rasgados
Esclavizadas
en este placer de oro
y condenadas
a muerte por la viruela y el sarampión.
Tan Tan Tan
Tan Tan Tan
Niños,
bienvenidos a la escuela parroquial de la Compañía de Jesús.
Conozcan
ustedes el origen de la propiedad en que habitan:
Estas
tierras, denominadas por los indios “Valle
de Peuco”, pertenecieron desde la creación a Dios y hace más de un siglo fueron confiadas por el Santo Padre a la Corona de Castilla. Lustros
después, el Capitán, don Pedro Valdivia, legítimamente autorizado, las entregó en dominio al portugués don Pedro Omepezoa y al
eximio navegante don Diego García Villalón.
El portugués
Omepezoa, recibió “Las Siete Hermanas”, franja de tierra que va entre los esteros
Marga Marga y Dolores, que la gente del
futuro conocerá como Avenida Argentina.
La Compañía de Jesús, por la gracia de Dios y la
indulgencia de un sagrado testamento
heredó estas tierras para que el
Santo Espíritu de Dios cuide de vosotros y os abra el camino a la vida eterna.
Don Diego
García recibió la heredad que va entre el Marga Marga y el Estero de “Reñaca”,
que significa aguas azules en el lenguaje de los naturales. Años después, don
Alonso de Riberos, sembró una vid en esa tierra y la hacienda tomó el nombre
inmortal de “Viña del Mar.
Tu turú tu turú tu turú
tu tú.
Se comunica a los padres de la Compañía de Jesús que
deben abandonar en el término de
tercero día la Hacienda de Las Siete
Hermanas, en cumplimiento de la Pragmática otorgada por Su Majestad, Carlos III Borbón.
Sepan ustedes, padres, que
vuestras tierras le pertenecen ahora a la corona y que serán vendidas en
pública subasta el próximo 23 de marzo
del año de Nuestro Señor de 1776.
Os prevengo que la
Hacienda será rematada en la suma de cuatro mil setecientos cincuenta pesos por el muy ilustre juez don Francisco
Cortés Cartavio, actual dueño de la vecina hacienda de Viña del Mar.
Sombrero de
Playa sobre el Puente Quinta
25 de
diciembre de 1967
Soy una niña
de 6 años y cruzo este puente para ir al
mar
Llevo mis sandalias
El balde, la
pala
Mi bata
nueva
y la más
hermosa de mis prendas
mi sombrero de
chinita
mi sombrero
de seda
mi sombrero
rojo con lunares blancos
recién surgido
desde su papel de luz
Era hermoso
y yo lo amaba
Pero el
viento y el agua lo amaron más
El uno lo
tomó raudo de mi cabeza
La otra,
infinita y fecunda
lo condujo a
vivir entre sus olas
y lo dejó
para otras manos
otras
alegrías
otra renovada
navidad.
Mi madre me abrazó
Su boca trazó en el aire
que todo
pasa y se pierde
belleza,
juventud, vida
todo, salvo
la luz que precede
todo, salvo
la luz que regresa
Décadas después,
Soñé a una amiga muy querida´
a quien no
veía en semanas, meses, años
y la mañana comenzó
a bordar mi sentimiento
Nuestro puente prestó
lugar y momento
Dicen que su
mano izquierda apareció de la nada
Luego la
cartera
Sus labios
Su bufanda
de seda
Su sonrisa
simple de viñamarina
Y justo
cuando terminó de conformarse
llegó mi
alma a este puente
y hubo un
nudo de alegrías, de ternuras,
de
presencias.
Verano de dos
mil veintidós
Ví a mi
madre en este puente
y nunca más
la ví caminar por la ciudad
En mi alma
cruza el sombrero
Pienso que sobre este ingenio encontró el amor
La veo
elevarse y sonreír
Como mi sobrero
rojo con círculos blancos.
Julius Bernstein
y la Compañía de Azúcar de Viña del Mar.
Amada agua
que eres presencia y bendición del Señor
fluye con
abundancia para mover los motores de nuestra Industria
fluye con energía
para
recordarme que todos somos iguales
que ante los distintos nombres de Dios
todos tenemos
derecho a la alegría
a una casa
digna, que es la casa de mi hermano
a la libertad
que es dorso de la luz
a la
educación sin dogmas, que es regalo de libertad
Te agradezco Señor haberme enseñado a compartir
Así, mis
palacios son poblaciones de obreros
Mis joyas
son donaciones para escuelas
Mi herencia
son gotas de justicia
Mi orgullo
es el respeto de mis hermanos en el trabajo
Escultores
del tempo
Dignos seres
de luz
Amada agua,
que eres presencia y bendición del Señor
Protege la
belleza de lo humano
Premia la
sed de ternura
El ansia de
refugio
Purifica el
rayo, el lazo y la fuente del amor.