Me dirigí hacia Judea y Cisjordania
Las muchedumbres me siguieron y las instruí como era mi costumbre.
Algunos fariseos vinieron con propósito de tentarme
y me preguntaron si era lícito que el marido repudiara a su mujer.
Yo respondí:
¿Qué os ha ordenado Moisés?
Dijeron: “Moisés permitió dar libelo de repudio y despedirla".
Mas Jesús les replicó: “En vista de vuestra dureza de corazón os escribió ese precepto.
Pero desde el comienzo de la creación, Dios los hizo varón y mujer.
Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer,
y los dos vendrán a ser una sola carne.
De modo que no son ya dos, sino una sola carne.
¡Y bien! ¡Lo que Dios ha unido, el hombre no lo separe!”
De vuelta a su casa, los discípulos otra vez me preguntaron sobre eso.
Y les dije: “Quien repudia a su mujer y se casa con otra,
comete adulterio contra la primera;
y si una mujer repudia a su marido y se casa con otro, ella comete adulterio.”
No caigan en el el laberinto de las reglas
Sigan el llamado del Amor
No el amor de la piel, sino el que mueve el Universo
Ama a tu consorte como a ti mismo.