Eloí.
El mago que borra la luna.
Perdió en su casa un trozo de Selene.
Lo buscó en los sitios habituales:
El velador.
Los bolsillos de su chaqueta.
El baúl en que existe Dios.
No hubo caso de encontrarlo.
Y el mago, lleno de rabia y vergüenza,
amontonó nubes con sus manos
y toda la tierra estuvo oscuras - funcionaba porque no existían los aviones-
Tras una tercera noche oscura
el Mago desató su gran hechizo.
Recorrió ligero el tiempo.
Descendió en su vida cuadro a cuadro.
Jamás recobró el pedazo de luna
Jamás entendió el complot.