Salí del paraíso. Sobreviví al diluvio. Ahora levanto estrellas en mi ciudad de viento.
Todo parece en orden y ahora llegas tú. Deja todo y sígueme, dices. Exiges que ni siquiera espere el funeral de mis padres.
Salí del paraíso. Sobreviví al diluvio. Ahora retumban a lo lejos, los elogios, los discursos, las piedras sobre los nuevos ataúdes.
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