Pérfida, le gusta lamer mi alegría en su cocina incluso quebrar la pequeña cama de su hijo
o lanzar a tierra las copas de su mesa.
Pero aquella cama azul de su marido,
aquella legítima, ordenada y rodeada de fotos,
esa la respeta hasta la muerte.
Este texto conversa con el poeta sueco Bob Hansson en:
Flor salvaje
Acabo sobre el vientre.
Acabo en ella.
Acabo en la cama abajo en el lugar de los pies donde mi
lengua es un submarino entre sus piernas.
Ella sólo se ríe.
Ella sólo me aprieta contra sí y dice
que parezco un sapo.
Yo empiezo a entender
que es su manera de
valorarme,
llamarme sapo.
Acabo sobre sus mejillas.
Acabo adentro del baño cuando ella
está en la biblioteca.
Llego a casa de mis amigos hecho una ruina.
Me preguntan qué ha sucedido.
No me atrevo a decir nada.
Ella tiene fotos de sus ex novios en la pared.
Hoy puso una nueva.
Esa tampoco era de mí.
Acabo con la boca abierta.
Acabo con la cara contra la pared.
Acabo con mis ojos tremendamente cerrados.
Le digo que es deliciosa.
Me pide que me deje de tanta conversación estúpida y
me aprisiona con sus piernas.
Acabo ahora mismo, le digo.
Pero si será del carajo, dice ella.
Que no puedas callarte la boca, dice ella.
Yo le prometo no decir nunca más nada.
Ni a tus amigos tampoco.
No, ni una palabra, digo yo.
Después me pide que guarde la mantequilla.
Eres terriblemente desordenado, dice ella.
Sí, digo yo.
Voy a la cocina. Guardo la mantequilla.
La obra "The Lovers", de Jan Saudek, proviene de
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