Yolanda está de cumpleaños
y todos bendicen su alegría,
ríen las luces de los autos,
los pequeños fuegos de la noche,
el sagrado espíritu del día.
Los hijos han llegado desde su vientre,
vienen sangrando como ángeles,
musitando oraciones de su cielo,
alzando los nombres de Dios.
Los hijos
vienen como rostros de otro tiempo,
noches de luz en Venezuela,
retornos a Santiago,
marchas hasta el centro de la pena,
marchas hasta centro del amor.
Los hijos
van durmiéndose en tus hombros,
sumando su luz a tu memoria,
habitando tu alma, tus sueños,
el inefable temor del cáncer,
la perfecta alegría de tus ojos.
El retrato de Yolanda, proviene de su propio Registro.