¿Gonzalo, llevas un año escribiendo diariamente un poema, dónde has encontrado el tiempo y las motivaciones?
El tiempo proviene de fundamentalmente de las madrugadas, pero a veces aprovecho los viajes, pequeños desplazamientos en taxi, momentos en una barra porteña y las horas en que duermo, pues muchas creaciones nacen en mis sueños.
Me ha sido muy útil "conversar" con obras audiovisuales, textos de otros creadores, mitos y la propia cotidianidad.
Mi hija Isidora ha sido el alma que me ha acompañado en la mayoría de esas horas de trabajo.
¿Estás contento con la respuesta del público, los miles de comentarios, las centenas de visitas diarias, el constante incremento de la audiencia?
Es un remedio para el alma saber que las naves enviadas al océano depositan su carga en otros espíritus y van conformando un diálogo en que todos crecemos, compartimos, enlazamos las vidas.
¿Hay alguna experiencia que te haya marcado en este año de entregas diarias?
Por casualidad leí en el sistema de administración interno de mi blog que una madre buscó en google el destino de su hijo detenido desaparecido y lo encontró más allá de la muerte en el poema “Libertad Nro 6”, que trata de un lugar mágico, en que se reúnen buenas personas de diferentes planos, más allá del tiempo y el espacio.
¿Muchos de tus poemas están inspirados en niños, amigos, tu hija, tu esposa, a que se debe ello?
Creo que es algo lógico, porque el ”yo” es una convencionalismo, el individuo existe en su contexto comunitario y la poesía es uno de los vasos comunicantes entre las distintas ramas del mismo árbol.
¿Se relaciona esto con tu visión del arte que apunta más al diálogo de las almas que al resultado exterior?
Cada creación supone un diálogo exterior y uno interior. Incluso un poema que nunca se comunica al otro, proviene de voces, palabras y recuerdos que involucran a un tercero.
Siento que el arte es en esencia, una forma profunda de comunicación que sobrepasa lo racional y aborda intuiciones, sensaciones, recuerdos y otros aspectos sutiles del espíritu.
En ese marco, la web permite una interrelación muy rica entre los sujetos de la obra. Puedo dejar la huella de las lecturas e imágenes que motivan mis poemas y recibir la reacción instantánea de los lectores.
Incluso, recuerdo que experimenté con un poema en que el final quedó para ser desarrollado por los lectores.
Por lo mismo, también se acentúa un peligro para el creador. Este riesgo consiste en abstenerse de incursionar en temas o estilos que no van con el gusto de su público.
¿En tus poemas has adivinado viajes y has despertado la intuición de los niños, a qué se debe ello?
Desde antiguo, la profecía y el vaticinio están ligados a la poesía, por eso llamamos “vates” a los bardos (como enseña Juan Cameron) y leemos textos sagrados desarrollados por poetas que se sintieron iluminados por la divinidad.
Por razones que desconozco, la ventana del vaticinio y de la comunicación espiritual está abierta en mi alma y trato de dejar testimonio de ello.
Este año los elementos mágicos estuvieron asociados a un sueño con Beatriz State y un poema dedicado a Amanda y Vicente, dos niños que sintieron mi poema en su alma, en el mismo instante en que escribía sobre ellos.
¿Qué planes tienes para el 2011?
Bueno, hay dos iniciativas que ya están en marcha. La primera, “Muros que miran el Agua”, es un proyecto de Museo a Cielo Abierto en Recreo y Esperanza, en unión con la maravillosa Myriam Parra y su Galería “Casa Verde”. La segunda es asociar mis poemas con el lenguaje audiovisual, pues creo que la música y las imágenes son potentes vehículos para mis textos.
En el plano editorial, tengo el material listo para cuatro libros. Uno sobre niños, otro sobre Recreo, un tercero sobre aspectos iniciáticos e - insoslayablemente- un volumen con poemas de amor.
¿Cómo llevarás tus poemas al plano audiovisual?
He abierto una convocatoria para ello, cuyas bases están en mi página web.
Gonzalo, en esta entrevista nada has dicho de política, pese a que al partir en tu proyecto de poemas diarios señalaste que la lucha contra el fascismo exterior e interior era la motivación principal de tu trabajo.
Tienes razón Pamela, siento que el solo hecho de detenerme a pensar y conversar es una forma valiosa de enfrentar el egoísmo, el arribismo, la desesperación y la estupidez, que son los demonios que nos arrastran al vértigo del individualismo y al odio fascista.
Pero más allá de ese hecho básico, siento que hay un repliegue en el avance que por años han tenido las fuerzas conservadoras.
El primer síntoma han sido las respuestas ciudadanas a diversos guiños del fascismo: la tentativa de indulto a los implicados en delitos de lesa humanidad; la frustrada devastación de Punta Choros; la represión hacia los mapuches; la encerrona empresarial a Nicholls y Bielsa.
Si observamos cada uno de estos hechos políticos, podemos observar que fueron los ciudadanos que mantienen un mínimo de conciencia humanista los que emplearon las redes y las calles para expresar su oposición a estos abusos.
En cada una de esas instancias los ciudadanos lograron conquistas políticas que difícilmente hubieran alcanzado por la vía de su representación parlamentaria.
En este plano, quiero destacar esfuerzos como el de Ángela Barraza y sus 100 poemas contra el indulto, pequeñas herramientas de comunicación con que la ciudadanía se ha enfrentado con singular éxito al eje Estado-Empresarios- Medios de Comunicación..
En ésto de las redes sociales, es muy importante llegar a tiempo, porque a la hora del conflicto, los actores deben estar validados, esto es, tratarse de voces habituales para el navegante. Voces con las que discrepe o coincida, pero que reconozca como parte de su vida y de su imaginario.
Si Gonzalo, ¿pero qué pasa con tus poemas políticos, por qué no se vertirán en un libro el 2011?
Siento que esos poemas aún no han cuajado, expresan oposición, enfado, principios humanistas, pero aún no dan cuenta de un programa de soluciones y formas de avanzar a un mundo más justo.
Creo que en general ese es el problema de todas las izquierdas, la falta de propuestas inspiradoras, luego de la caída del muro.
Mi retrato en la Barra del Bar Inglés de Valparaíso, fue tomado por periodista Daniel Avendaño.