27 de agosto de 2010
temor y felicidad
Soy feliz como un río
de claros aplausos,
un abrazo de niños,
el mimo presente del sol.
Me arrullan los bordes de la mañana,
los pequeños pies de mi hija,
la luna pensando en el balcón.
Por eso temo,
no quiero salir de mis canciones,
ceder mis ojos a otros vientos,
llorar de pena en el jardín.
La imagen provien del sitio http://eleven8.com
26 de agosto de 2010
sombrero de copa
¡Papá, tu varita mágica!, dijo Isidora,
mientras me entregaba un palito de madera
para cumplir en las calles
mi rol de encantador.
No hay caso, eres un hada,
niña de dos años
que conecta un sombrero
con sus funciones,
alma que enciende
y construye los días,
Océano que baña
mis horas,
foco de toda alegría.
Hermosa hija,
somos rayos
de la misma rosa,
luces del mismo bosque,
granizos del mismo aguacero.
Eres mi nombre y mi espíritu,
la razón de los cometas,
fuego que late en la noche,
viaje que brilla en la lluvia.
La foto intervenida, es de Jaime López, prestigioso fotógrafo viñamarino.
25 de agosto de 2010
Isla Choros
Al mediodía del solsticio estival,
llegamos a esa sección del Paraíso,
tomamos una pequeña lancha
que abría líneas blancas
en la inmensidad del azul
y miramos nuestros espíritus
en el espejo limpio del mar.
En minutos,
arribamos a las paredes de roca,
la cara rugosa de un dios de piedra,
príncipe del océano
sosteniendo la vida en su rostro,
aves con destrezas submarinas,
innumerables pingüinos,
patos juncos, cormoranes,
relucientes lobos y nutrias,
pájaros que caminan sobre las olas,
delfines juguetones
y amistosos,
apacibles ballenas jorobadas,
quiscos armados de flores,
quebradas abismales,
lagartijas oscuras,
la música viva
de la isla.
Éramos felices actores
buscando el sentido de su obra,
la misteriosa ínsula de Shakespeare,
aquel país perdido en los sueños,
la patria mágica de Calibán,
refugio de náufragos y perseguidos,
fuente de vida,
cielo del pensamiento,
círculo fecundo del amor.
Ahora el dinero,
quiere invadir aquel reino,
olvidando sus propios cantos,
traicionando sus solemnes promesas,
maldiciendo a la sagrada belleza.
Oh Sycorax,
madre inmemorial de la tierra,
por ti nos pertenece esa isla,
toma en tu vientre su defensa,
levanta los rayos de tu furia,
derrama tu copa de paciencia,
excita flores y témpanos,
encierra la avaricia en tus árboles,
castiga a los mentirosos,
los perfumados ladrones,
los terribles adversarios
de nuestra estrella.
Y tu, buen Próspero,
convoca al genio de la montaña,
las celestes ninfas del sombrío bosque,
las magas que caminan por la arena,
los seres que trazan círculos en la hierba,
la última chispa de este dormido pueblo,
ven con todos ellos y trae tu hechizo invisible,
saca tu libro de su sepulto
y detén a los enemigos de tu Isla,
a los que odian el vuelo de los sueños,
los soberbios faraones de la muerte.
La explicación del conflicto puede encontrarse en www.salvemospuntachoros.org.
La imagen proviene de este sitio. y en este otro.
24 de agosto de 2010
tan hembra como una cueca
Voy a inventarme un canto,
hombre no miento,
para abrigar al diablo,
sin casamiento.
Me falta el aire, ñato,
dice gabriela,
cuando se viene el día,
de ser estrella.
De ser estrella, si,
vamos volando,
ese era el mango largo,
de don Bernardo.
Tengo la flauta corta,
dice el rotuelo,
puta que canta lindo,
es mi consuelo.
Cresta la flauta güena,
grito con ganas,
me pegaste las ronchas,
de otra fulana.
Me desarmaste entera ,
negro garbanzo,
hace cuarenta noches,
que no descanso.
Que no descanso, pingo,
te felicito,
mierda que muerde rico,
tu pajarito.
Como un diamante, si,
vamos en breve,
toda la casa gira,
cuando se mueve.
Cuando se vuelve, fiero,
todo se enciende,
abajo de mi enagua,
pucha que aprende.
Zapateado
Pucha que aprende, si,
dijo el vecino,
tengo la misma roncha,
de tu marido.
Se armó la rosca, diantre,
mira roñoso,
quiero a mi viejo hueco,
pero empeñoso.
Se armó la grande, chucha,
dijo el hormigo,
mientras la vieja brava,
cambia de mino.
Cynzia II es de Fabián Pérez y proviene de www.fineartamerica.com
23 de agosto de 2010
Enterrados pero no muertos
benditos de banderas y herramientas,
mínimos de camisas y overoles,
con voces altas y emotivas,
caprichosos y serios,
lintérnicos y no sumisos,
futbolistas, padres de árboles,
abuelos de abrazos y niños,
luces que ríen en las fotos,
hijos de lágrimas y lavanderas,
numerosos en las fondas,
poderosos de nacimiento,
feroces en la cocina,
aprendices en las camas,
príncipes del carbón y la cazuela,
enemigos del látigo y el engaño;
honrados rostros del sol,
ojos de barro y de piedra,
ateos, canutos,
servidores de la virgen,
moradores del infierno,
porfiados de pura alegría,
geniales, reticentes,
copiapinos,
batidos de lobo y cometa,
partidarios secretos de la noche,
hijos tenues de la montaña,
vivos donde debieron estar muertos.
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22 de agosto de 2010
el fantasma reveló su nombre
Vino el aire a mi ventana,traspasó vidrios con sus brazos,tomó cuerpos del otoño,puso su nombre en mi alma.
Por minutos, quedé atrapado en su fuerza,sentí el hielo de su muerte,sus años sollozando sobre el agua,la pura soledad de ese aire,la pena que crece en sus manos.
¿Tendré que llamar a su hija?,hablarle de su madre,de mi cuerpo inmóvil mientras ella bebía mi sombra,incendiaba sus ojos,perforaba mis aguas.
Pasaron los hierros del tiempo y pude mover mis manos,tomar el calor de mi esposa,sentir el respirar de la casa.
En fin, otra fuerza buscando mi copa, horadando mis puertas, dominando mi nave. Todo es igual, pero ahora se su rostro,conozco sus fotos,sus cartas,el nombre profano de su alma.
Desde hace casi veinte años que suelo tener la sensación de que fantasmas se acuestan a mi lado, siento su peso junto a mi, incluso percibo la forma en que se hunde la cama.
A veces, estas fuerzas ingresan a mi cuerpo y las siento traspasar mi carne como un rìo de luz oscura que abre una puerta en mi espalda.
Sin embargo, la fantasma que me visitó esta noche e ingresó a mi cuerpo, reveló su nombre.
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21 de agosto de 2010
Árbol de la Felicidad
Deseo rosas de libertad en los jardines de mi pueblo,
árboles creciendo en medio de las casas,
la palabra hermano,
transitando de un abrazo a otro.
Deseo el buque de Miguel Grau
de regreso en " El Callao",
libros levitando
hacia las señoriales
bibliotecas de Lima,
las estatuas de retorno en sus plazas,
el mar besando el amplio futuro de Bolivia,
ascendiendo montañas,
bendiciendo vidas.
Deseo
y la gente de la tierra
extiende sus pillanes
en los sagrados bosques,
celebra en sus lagos milenarios,
perdura en sus poemas,
extienda el orgullo azul del pehuén.
Deseo puentes hacia el otro Chile,
los volantines perdidos en la nieve,
el pueblo que vive tras el viento,
guardando nuestro cielo en el recuerdo,
habitando antiguas primaveras,
palpitando en los días de septiembre.
Quiero escuelas que enseñen a escuchar,
maestros difundiendo inquietud,
mostrando los rostros del cariño,
el profundo sentido del abrazo,
aguijones fecundos de sol,
cristales que explican la luz.
Quiero la dignidad triunfando en nuestra tierra.
El tirano, al ladrón y el mezquino
reducidos en nuestras almas,
mínimos ante la alta sombra,
tu sombra, tus manos de ser honrado,
tus labios limpios,
tu destino generoso.
El árbol de la felicidad. (cuento tradicional sufi)
Cuentan que hace muchos, muchos años un peregrino tras caminar durante infinitas jornadas bajo el implacable sol de India deseó en su corazón poder descansar a la sombra de un árbol que le diera cobijo. Y así fue que, de pronto, divisó a lo lejos un frondoso árbol solitario en medio de la planicie. Cubierto de sudor y tambaleándose sobre sus fatigados pies se encaminó alegremente hacia el árbol que hacia realidad su deseo. Al fin podré descansar, pensó, mientras se abría paso entre sus tupidas ramas que llegaban hasta el suelo. ¿Qué más podría desear? Tendiéndose sobre la tierra en su refugio vegetal trató de conciliar el sueño, pero el suelo estaba duro y mientras más el peregrino trataba de ignorarlo y descansar, más duro le parecía el suelo sobre el que estaba.
-Si al menos tuviera una cama, pensó.
Al momento surgió una imponente cama, con impolutas sábanas de seda, digna de un sultán. Brocados, lujosos tejidos de Samarkanda y las más suaves pieles cubrían el lecho. Y es que, sin saberlo, el peregrino había ido a sentarse bajo el mítico árbol de los deseos.
Aquel árbol milagroso que es capaz de convertir en realidad cualquier deseo expresado bajo sus ramas.
El hombre se acostó en el mullido lecho relajándose.
-¡oh, qué a gusto me siento, lástima del hambre que tengo! –pensó-, y ante él apareció una espléndida mesa cubierta con la más sabrosa de las comidas, con ricos y variados platos exquisitamente preparados y servidos en la más extravagante de las vajillas. Sobre las más finas telas imbricadas de hilos preciosos se mezclaban oro, plata y finísimo cristal con las más exóticas frutas y lujuriosos postres. Todas estas maravillas tomaron forma ante sus asombrados ojos. Todo aquello con lo que siempre había soñado en las solitarias noches de su largo peregrinar estaba ahora ante él.
El peregrino comía y comía con el temor de que tal prodigio desapareciera en el aire tan súbitamente como había aparecido. Pero, cuanto más comía, más comida aparecía. Y cada nuevo manjar era aún más sabroso y exquisito que el anterior. Finalmente dijo:
-Ya no puedo más y en ese mismo momento la mesa con todas sus maravillas se desvaneció en el aire.
Es maravilloso, pensó, mientras un sentimiento de felicidad le embargaba. No me moveré de aquí y seré por siempre feliz. Pero, de pronto, una idea terrible surcó su mente:
-Claro que esta planicie es famosa por sus feroces tigres. ¿Qué sucedería si un tigre me descubriese? Sería terrible morir, después de finalmente haber encontrado el árbol de la felicidad. Fue la milésima de una fracción de segundo, pero bastó. Cumpliendo su deseo, en aquel momento surgió de la nada un terrible tigre que lo devoró.
Y así, el árbol de la felicidad quedó solo de nuevo, y allí sigue esperando la llegada de un ser humano de corazón completamente puro, donde no resida miedo, ni desconfianza, sino sólo responsabilidad y conocimiento.
La imagen proviene de este sitio.
20 de agosto de 2010
Roe versus Wade
¿Cómo es la existencia de un niño no amado?,
¿Acaso es un sol en medio del bosque?
¿Cuándo comienza su luz; cuándo siente; cuándo sonríe?
¿Quién gobierna una conciencia de mujer;
quién decide sobre ella; la encadena;
la vigila; define lo correcto en su vida?.
¿Quién se ocupa de los niños olvidados?;
¿a qué colegios concurren?;
¿quién compra su leche?
¿quién besa sus mañanas?
¿quién abriga sus días?
¿Basta la fe para condenar a una mujer?;
¿bastan las lecturas sagradas?;
¿la opinión de los obispos?;
¿los informes de los médicos?;
¿la firme convicción de los jueces?
¿Quién castiga a los padres que huyen?;
¿quién los tacha de asesinos;
quién maldice sus días;
quién ocupa sus cuerpos?
¿Quién perdona a los niños que roban?;
¿quién construye sus celdas;
cuida sus libros;
lleva miel a sus tardes;
deja ternura en sus sueños?
¿Cuándo comienza lo humano?;
¿cuándo el pensamiento?;
¿debe la cárcel defender tus valores?;
¿sabes que hay otras culturas y creencias?;
¿tienes acaso suficientes piedras?;
¿has visto a tu hija en esa mujer?.
Declaración del presidente Obama pronunciada el 22 de enero 2009
“En el 36º aniversario del fallo de Roe versus Wade, recordamos que esta decisión no solo protege la salud de la mujer y la libertad reproductiva, pero defiende un principio más amplio: que el gobierno no debe inmiscuirse en nuestros asuntos familiares más privados. Sigo comprometido a proteger el derecho de una mujer a elegir.
Si bien este es un tema delicado y a menudo divisivo, sin importar cuáles sean nuestros puntos de vista, estamos unidos en nuestra determinación de prevenir embarazos no deseados, disminuir la necesidad de abortos y apoyar a las mujeres y sus familias en las decisiones que tomen. Para lograr estos objetivos, debemos trabajar para encontrar un terreno común para ampliar el acceso a anticonceptivos de costo asequible, información de salud precisa y servicios preventivos.
En este aniversario, también debemos renovar nuestro compromiso más ampliamente para asegurar que nuestras hijas tengan los mismos derechos y oportunidades que nuestros hijos: la oportunidad de obtener una educación de primera categoría; de tener carreras satisfactorias en cualquier industria; que se les trate de manera justa y que se les pague por igual por su trabajo; y que sus sueños no tengan límites. “Eso es lo que quiero para las mujeres en todas partes”.
La declaración de Barack Obama, proviene de este sitio.
19 de agosto de 2010
Plaza Justicia
Estoy bajo las seis columnas de la Corte,
amanece y los amantes furtivos
han huído de su refugio,
el granito recibe silente los rayos del día,
recuerda la voz enfurecida de las víctimas,
el paso lento de los ancianos,
las ambiciones del malvado,
el juego constante de toma y daca,
las decisiones que nacen del alma
y buscan amparo en las leyes,
los aforismos,los precedentes.
A mi derecha,
una mujer de verde marino,
mira el oriente victorioso,
sosteniendo en diestra mano,
su espada y su balanza vencidas,
intentando altanera
bañarse en el océano,
oculto apenas
de su penosa mirada.
Themis ha dejado su trabajo
y atenta al mundo,
vende sus herramientas
al mejor precio,
prefiriendo la bolsa más llena,
los mejores almuerzos,
el más caro interés.
Avanza la jornada,
los ministros
han comenzado a descender de sus vehículos,
los gendarmes,
vestidos de marciales duendes,
saludan chocando sus tacones,
levantando un casco imaginario,
diciendo chistes al concluir el rito.
Al norte,
una pequeña puerta de bronce,
oculta un conducto secreto,
la columna hueca de
los grandes jueces,
el ojo invernal del laberinto.
A los costados del Palacio,
dos mínimas palmeras,
recuerdan el verdor húmedo de las quebradas,
la selva que hubo en la bahía,
antes de convertirse en ciudad,
mosaico de ascensores,
hogar secreto del viento.
Frente a mi rostro
está el Hotel de Ville,
y un filatélico experimento Bauhaus
con ventanas redondas,
que en verdad son anteojos hippies,
mirada limpia
de Berthold Brecht y John Lennon.
En fin, los jueces y litigantes me saludan,
sonríen los temerosos empleados,
cinco perros vagos deambulan con prestancia,
incluso el que lleva una bufanda amarilla,
el que orina en los peldaños,
y el que piensa en la rueda gigante
del ascensor "El Peral",
en los cien escalones
que conducen al Palacio Baburizza,
el hierro oxidado del "San Agustín",
la terraza colonial del Almirante Cochrane,
estafador en Inglaterra
y héroe genial de muchas guerras.
Llega la ambulancia al Consultorio
y exige la salida del gran camión basurero.
Los marinos cuidan sus camionetas
y ven transcurrir la mañana desde
su sombría ubicación,
ridículos en su prestancia,
sus certezas,
su doméstica rutina
de frío e imperio.
A un costado del Consultorio,
cerca del pequeño túnel que lleva al ascensor,
una pareja de ancianos vende café y roscas,
aconseja sobre recursos y nombres de abogados,
consuela a las madres que han perdido a sus hijos,
tiñen de humanidad el cemento
y el feroz grito de los espíritus.
Camino unos pasos
y junto a nuestra ex Intendencia,
robada ingenuamente desde el Sena,
se observa todavía un espejo azuloso
que extiende la tierra
más allá de las solemnes tumbas
y el centenario muelle,
reflejando con orgullo
los rayos de Zoroastro,
las palabras doradas del cielo,
el cálido pensamiento de las estrellas.
En la puerta principal de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, en Chile, se puede observar esta curiosa escultura de la diosa Themis la que, según Homero, estaba a las órdenes de Zeus para convocar a los dioses a asamblea y guardar el orden en sus banquetes. Posteriormente se la consideró personificación de la justicia. Curiosa, pero pareciera representar en mejor forma nuestra realidad cotidiana ya que podemos apreciar en ella que los símbolos tradicionales de la justicia están alterados.
En primer lugar, la venda que debiera cubrir sus ojos, garantía de imparcialidad, no está en su lugar, por lo que se trata de una justicia no tan ciega, como la hemos supuesto siempre. La balanza que lleva en la mano derecha, no está en su posición de equidad sino que bastante cargada hacia uno de sus lados y como enredada en su brazo. Otro de los símbolos, la espada, se encuentra invertida, apoyada sobre el hombro más que en actitud de defender sus dictámenes. Además, no podemos obviar su pose arrogante, con manos en las caderas y desafiante mirada.
Una versión, de transmisión oral, afirma que la estatua fue donada a Valparaíso por un personaje influyente y que, dada esa condición, nadie se atrevió a rechazarla. De tal forma este personaje cobraba venganza de la justicia.
Otra versión señala que, al existir una estatua correctamente representada en el interior de los Tribunales, la del exterior estaría significando que la Justicia sólo es tal dentro del recinto. La Estatua, entonces, representa la inexistencia de la Justicia fuera de los Tribunales.
Por último, cabe destacar la versión de Víctor Rojas Farías en su libro "Valparaíso, el Mito y sus Leyendas". Según el autor, el virrey del Perú era un hombre virtuoso que para gobernar se inspiraba en la estatua de la Justicia por todos conocida. Con venda para no dejarse influenciar, con una balanza pare pesar cada caso y una espada para castigar con dureza. Este virrey tenía instalada la estatua en el patio de su propia casa y para él era fuente de inspiración. Pues bien, este virrey tenía dos hijos (uno legítimo y el otro no).
El hijo nacido en el matrimonio era un tipo déspota que abusaba de la servidumbre, vanidoso y abusador con las doncellas. Un día asesinó a un comerciante delante de mucha gente. El virrey en lugar de castigarlo ejemplarmente le dio protección y permitió que el crimen quedara impune. La víctima de tal delito resultó ser nada menos que su hermanastro. Agobiado por el peso de su conciencia, y estando a punto de morir, ordena fundir la estatua de bronce y fabricar otra con las características de la estatua en Valparaíso (altiva, desdeñosa, sin venda, con la espada y balanza por cualquier lado).
El escritor Víctor Rojas termina su relato informando que esta Estatua formó parte de la indemnización que Chile le cobró al Perú una vez terminada la guerra del Pacífico. Dice que la trajo a Valparaíso la escuadra chilena y permaneció durante un tiempo vagando por ahí... Hasta que se construyó el edificio de los Tribunales.
La primera fotografía es de Rodolfo Palominos, fue colgada en flickr por su autor y reiterada en este sitio.
La segunda, proviene del blog de Alberto López, "ciudad sutil", , quien nos informa que pese a las leyendas, la estatua de Themis fue encargada por catálogo a Francia, a finales del siglo XIX.
El texto explicativo proviene del blog argento http://legalescom.blogspot.com
18 de agosto de 2010
Sambuca en el Condominio de Fuego
Conocí a una mujer que bebe fuego,
siete colinas de Roma
quemándose en un mar de anís.
Esencial como un aguacero en el Caribe,
obrera de cámaras,
ángel criado por otros padres,
reina de escotes y sonrisas,
buenamadre,
viajera secreta a Estambul.
Firme y saludable de sueños,
valiente de futuros,
primera en los crepúsculos,
princesa del tacto,
chispeante,
llorosa,
amante y compañera del sol.
La imagen proviene del sitio www.ramblingspoon.com
17 de agosto de 2010
paseo en bicicleta
Voy sobre dos lunas
ovulando en la tierra,
marcando su humedad
en el campo caluroso,
demoliendo el cielo
sobre la vía,
bebiendo aire,
humareda
y mariposas.
Las ramas de los
aromos,
el silencio de los boldos,
el rumor de las sandías,
van mirando mi camino
y sonriendo ante mi paso.
Les saludo
como a duendes de mi pueblo,
brotes del espíritu,
rayos de alta estrella,
pequeños movimientos de Dios.
Un grupo de obreros marcha
con sus azadones y palas,
los barros del canal
van abrazados a sus piernas,
miles de horas de sol
humean en sus espaldas,
la religión del trabajo,
marca sus manos
con profundos surcos,
las ojotas de neumáticos,
adornan sus pasos,
como piedras negras del río,
noticias urgentes del sol.
En la hora del crepúsculo,
regreso a casa,
llevo una bolsa de higos,
la mirada de un roble,
la luz de diez hombres,
la voz de la luna en el jardín.
La imagen proviene de este sitio.
16 de agosto de 2010
mujer del sombrero rojo
Amada, dame el árbol y el martillo,
el agua pétrea de tus fuentes,
el limpio palpitar de mis sentidos,
la música feroz de tu sombrero rojo.
Sube del fuego hasta mi alma,
honra el tronar de los ríos,
gira con el furor de una novia,
danza en mis selvas y mis playas,
alza las armas del estío,
dame tu Luna y tu pan.
Reina en tu constante victoria,
domina con tu sola mirada,
hazte lenta como el infierno,
grave y plácida en la tierra,
límite azul del domingo,
nombre primero del sur.
Crece como lluvia en la noche,
canta para mí en los jardines,
funda en tu risa las mañanas,
nace conmigo en el mar.
Poema dedicado a mi esposa.
La pintura "Mujer del sombrero rojo", es de Marco Ortolan y proviene de www.artelista.com.
15 de agosto de 2010
Jimmy el Popular
Jimmy el Popular,
se ha quedado sin patente,
veinte años de su taller carpintero,
deben salir de este Recreo.
Ya no habrá más sillones
descansando elegantes
sobre las veredas,
los tapices
vaciarán sus colores
en otro cielo,
las pequeñas herramientas
dejarán de enseñar a las maderas.
Pronto cerrará
la peluquería de don Carlos,
la tienda de verduras,
la Lavandería
de calle Habana,
la última
zapatería del barrio.
Los pequeños comercios
y sus mínimos precios
ya no pueden pagar
las rentas y los impuestos,
las cotizaciones,
los libros,
las frecuentes multas.
Ahora recuerdo mi sueño
de enero,
el barrio habitado
por restoranes de diseño,
las copas brindando,
las calles exclusivas
para motos y bicicletas.
La imagen proviene de este sitio www.aisa.com.sv
14 de agosto de 2010
Juan Bernal Ponce
Soy Juan Bernal Ponce,
pintor, grabador, arquitecto,
aguacero y temporal del invierno,
pasajero de tranvías y ascensores,
volantín perdido entre las nubes,
alumno de Medardo y del viejo Hermosilla,
amigo de zapateros y perseguidos,
estudiante en el Paris de los 60,
desplazado de mi patria,
habitante de ranchos,
escaleras de piedra
y quebradas llenas de flores.
Al salir del Puerto,
busqué atrapar nueva vida,
otras formas,
distintos cielos,
la más fulgurante estrella.
Usé miles de volantines,
buriles, prensas,
Betún de Judea,
aguas fuertes,
cera de abeja,
carbón de sauce,
simple lápiz de sol.
Frecuenté los rostros
y las selvas,
viví en palacios y trópicos,
pero nunca quise dejar los cerros,
el continuo abrazo del viento,
los olores de calle Esmeralda,
el invierno hundiendo
barcos y diques,
la noche vestida de luces
y mar.
Es cierto,
me quedé en otro Valparaíso,
uno con veleros que quiebran
sus botellas,
música orinando en las escaleras,
bomberos saludando al fuego,
novias que danzan en las aguas,
techos,
túneles y
laberintos secretos.
La ciudad puso sus maletas en mis ojos
se ocultó en mis colores,
vivió allí las tristezas del sismo,
los buques de tortura,
las explosiones de gas,
los continuos incendios,
el triste morir de la escuela laica.
Allí quedó la ciudad,
viva y dormida en mis registros,
esperando un pueblo digno
de su belleza,
unos gigantes del viento,
marineros de puro espíritu,
honrados maestros de paz.
En la imagen, se aprecia "Casas", de Juan Bernal Ponce.
Proviene del sitio del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile.
El link, contiene una pequeña autobiografía de este porteño fallecido el año 2006.
13 de agosto de 2010
tres flores
Hoy estamos de fiesta,
en nuestras calles invisibles
hay banderas y cintas,
arcos del triunfo,
poemas caminando
azules por las veredas.
Hoy brotan “Ellas”
flores de nuestros árboles,
frutos de nueva belleza,
nuevas formas de abordar las olas,
dejar las máscaras,
horadar los días,
regresar al mar.
Nuestros guerreros de luz
corren a abrir las puertas,
hay multitud de abrazos,
cadenas que caen,
espíritus buscando su fuego,
preguntas y palabras de paz.
En ellas centramos nuestro amor,
persistimos en el pacto,
defendemos la alegría,
porque ellas son libertad,
rostro transparente
del gran fuego,
madera de nuestros refugios,
fuerza que vence la ira,
fuerza que vence el dolor.
Luego de esta fiesta, el banquete tendrá lasañas nacidas del dulce corazón de Carla y un postre de damascos sumergidos en su jugo, whisky, helado y galletas de champaña.
Nuestro manjar se llama "Postre de las tres flores", en homenaje a las nuevas integrantes de nuestra ciudad.
Los vinos serán rojos y estarán llenos de nuestra tierra, sus piedras, los juegos del viento y el sol en nuestros valles.
La imagen proviene de www.pixdaus.com
12 de agosto de 2010
Rubén Jacob
Tu, que besaste el labio azul del condenado
y cediste al volátil mercurio del crepúsculo,
cavando poemas en la cárcel,
jugando dados con Orfeo,
llenando tu esfera de música,
junto a mesas llenas de libros
y relojes que marchan hacia el invierno.
Tu que anduviste el camino de Swann
y tomaste las manos de Dmitri Shostakóvich,
cargando la claridad de Quilpué,
tus pesados abrigos,
los alfiles,
tu rostro de eremita,
los pulcros expedientes,
el hilo azul
que ata la tierra
y las almas.
Tu, que escribiste para los atrapados,
quijotes enloquecidos en su gabinete,
melómanos gateando en los salones,
amantes de discos,
monarcas del jazz,
profesores de lentes
y bolsos de un gastado cuero.
Tu que fuiste el mejor enfermo,
hombre recto de la lana,
ciego en país de ladrones,
clérigo laico y sexuado,
espíritu en un bosque de silencios.
Tu que mueres y te expandes,
habitas invisible en los océanos,
las anchas mesas de las bibliotecas,
las humeantes tazas de te,
los nuevos territorios
de maderas, metales y cuerdas.
La imagen proviene del blog Poetas en Valparaíso.
Ayer me llamó Claudio Zalazar, para comunicarme que el poeta Rubén Jacob ha muerto.
11 de agosto de 2010
Homicidio en Recreo
Notas la fuerza del viento?
el hielo buscando las campanas,
la hora en que mueren los ancianos,
la firme tristeza del invierno.
Oyes el diálogo de los cuervos?
la molicie en las tardes,
la muerte en los hospicios,
los callejones,
los pobres hospitales.
Ves el hombre de la esquina?
su mercancía química y blanca,
sus cañones hechizos,
el rápido gotear del dinero.
El domingo en Recreo,
a pocas cuadras,
a una mínima distancia,
quince años de una niña,
empuñaron un estoque
contra su padre,
su sombra,
su propio invierno.
El hombre,
nacido en mi propio verano,
fue atravesado
en sus pulmones,
su corazón,
los lugares centrales
de su alma.
Fue el último recurso
contra la barbarie,
los golpes continuos,
los gritos en la noche,
el infierno quemándose
en este barrio.
En la imagen, "La delación y el Giotto", de Roser Bru.
10 de agosto de 2010
figuras para un sweater
eres número y sello del día,
nombre azul de la ciruela,
palabra que toca mi boca,
árbol que vuelve a mentir.
eres viento y labios,
cisne pintado en mis ojos,
cesto de naranjas,
asombro de mariposas,
beso entre arañas.
eres sismo y frecuencia,
derrumbe,
pirámide de fractales,
batalla de nubes,
limones que vuelan y ríen.
eres nieve enojada,
espuma,
caracol enfurecido,
templo de símbolos,
mano que vuelve a tejer.
La imagen proviene de este sitio.
9 de agosto de 2010
* (asterisco)
Tengo la caótica experiencia
de ser un hombre,
puente entre dos presencias,
mundos y cuerpo,
piedras y voz.
Soy engaño de la música,
tempestad como joya de la orquesta,
agua en el teclado del piano,
película filmada por los peces.
A fin de cuentas soy otro,
obús disparado por obreros,
coro y guerra de libros,
plato de medusas e higos.
A nadie menciones que soy un asterisco,
borra de café egipcio,
mano de otros cuerpos,
padre feliz de Isidora.
Tengo la caótica experiencia
de ser un mundo,
voz de piedras,
astrum,
nudo de sangre y luz.
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8 de agosto de 2010
controlando la ira
Aprendo a ceder,
formo un espíritu sin ira,
miro la rabia
como una enfermedad de otros,
una propiedad
de tigres y calibanes.
Aprendo y no aprendo,
porque crece
una laguna negra
en mi alma,
rumor de células
que gritan,
alfabeto de sombras,
centro del mundo inferior.
¿Qué sigue entonces?
ese barro va quedando en mi casa,
se alza como una telaraña en los balcones,
atrapa a los ángeles,
ahoga a los seres de luz.
Allí es cuando urge la tempestad,
el agua que barre con el moho,
libera ventanales,
limpia el rostro de mis duendes.
Una tempestad inteligente,
ataque feroz de neuronas,
sin víctimas ni dolores,
danza de un cuerpo en la selva,
rapto fulminante del orgasmo.
Ese barro es mi petróleo,
leña que incendio en mi hogar,
toro que muere en mis danzas,
juego de luz y de fuerza.
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