5 de mayo de 2010
La Carta
En la Plaza de San Marcos
mientras “Yira” palpitaba en el piano
el Maestro sintió una mirada
que hería su espíritu
Luego del último acorde
alzó los ojos
y vio a un hombre
premunido de un carta
surgiendo erguido desde la multitud
Maestro
- dijo el desconocido-
léala y envíeme el paradero de Azul
léala y comprenderá
El músico guardó el sobre
y al llegar al hotel,
repitió ante la Luna
unas líneas que así comenzaban:
Tú eres mi Azul
y digo en serio: mi Azul
mi abrigo mi sueño.
Dónde están tus manos?
Acaso hurgando mi ropa
y buscando aquel olor
sobre una cama tuya
en el piso tercero
de un inmenso paraíso.
Dónde estás cuando no estás?
Acaso mueres en días animales de otoño
mientras yo pregunto al mar
y recojo pensamientos
y rosas de cristal
Dónde estás cuando quieres estar conmigo?
Quién te detiene entonces?
Acaso tú cuando no eres tú?
Dónde estarás?
cuando quieras estar conmigo
y el anciano viento de la tarde
no conozca ya mi nombre
ni aquel olor
ni aquel azul
que sólo fue: "mi azul”.
En la imagen, "Mujer Azul", de Gary Kapluggin.
En el primer clic sugerido, Liliana León y Eugenia Felipe interpretan "Yira Yira", del poeta, músico, hombre de teatro y cineasta, Enrique Santos Discépolo.
En el segundo clic sugerido, Edith Piaf y Charles Aznavour cantan "Más azul que tus ojos", creada por Aznavour.
Termina así el capítulo séptimo de la telenovela.
4 de mayo de 2010
Despedida
Manuel
respondió el hombre desnudo
Manuel repitió Azul
y fue como si aquel nombre
hubiera nacido esa noche
como si fuera el primer Manuel
y ella la primera Azul
Su callamiento
habló por varios segundos
la piel respondió erizándose
la respiración
tomó el tamaño de un árbol
Ella dijo: “No es posible”
fuimos un sueño
un rincón fuera del tiempo
un espacio sagrado
un lugar de alegría
El no supo que decir ni que contar
pero un mar de lágrimas bajó de su ojos
imaginó un futuro sin niños
sin poemas
sin abrazos
Imaginó una hija
de ojos verdes y cabello rojo
creciendo sin risas y sin padre
Cuando regresó de su ensueño
ya no había más Azul
sólo el calor húmedo del Guayas
y su espantosa desnudez
En la imagen "Les Feulles Mortes" - "Las Hojas Muertas", de Remedios Varo y bajo el clic sugerido, está la canción del mismo nombre, con letra de Jacques Prévert y música de Joseph Kosma, en la versión de Yves Montand.
3 de mayo de 2010
Zaragoza
Por varios meses
el cantor
pasaba por las empedradas
calles de la ciudad medieval
en busca de Azul
Cocinaba para ella
Caldereta
Migas de Embún
Recao de Binéfar
Tortilla de chorizos y níscaros
Le regalaba su alegría
cantaba las trovas de Aragón
maldecía con encanto
leía cuentos
a la hermosa mujer
de ojos verdes y pelo rojo
Con el padre de Azul
habían combatido juntos
en lugares que devinieron en carreteras
pequeñas canchas de fútbol
jardines con fuentes y palomas
La muchacha no quería hablar
sólo pedía caminar junto al Ebro
escuchar a Bach con los ojos cerrados
escribir cartas a la niña
que habitaba en su cuerpo
Vivir esta segunda preñez
era regresar al encierro
volver a otra vida
repetir la muerte
Azul no quería a su hija
más que no quererla
la rechazaba
no imaginaba mirarla sin pensar en Daniel
no imaginaba abrazarla y excluir a Daniel
se sentía ajena a esas pequeñas vidas
se maldecía a si misma
maldecía su historia su alma su existencia
Este quinto capítulo de esta telenovela, está asociado lejanamente a la anécdota de mi amiga Patricia Sepúlveda con Joan Manuel Serrat, que concurrió una mañana a consolarla y llevarle desayuno en Ginebra.
Por arbitrios míos, llevé la trama a la Zaragoza de José Antonio Labordeta, ciudad a la que varios caminos me enlazan.
La imagen proviene del potente blog de Antón Castro.
2 de mayo de 2010
tango y sexo: ovulación
Por siete días
sólo hubo tango y latidos
obstinada danza de sombras
música en cada músculo
gemidos de las flores
vapores en sus cuerpos
pariendo la tormenta y el relámpago
definiendo cegando nutriendo
Ella era brava como una loba
su cabello rojo no conocía límites
crecía en las sinagogas
trazaba sonrisas en los muertos
forjaba sangre en los deseos
En él estaba el impulso del mar
la pulcritud de los hielos
el primer higo
los toros
el arte de acariciar con los ojos
aprender con la lengua
perdonar con los dedos
A ambos les costaba respirar cuando ella cedió
y fue como lluvia sobre el suelo hirviente
como sol horadando el océano
grito que parte la tierra
la profana
la vuelca
la regresa a su estrella
Huyeron del tiempo con sus orgasmos
embriagados con los líquidos
y los sabores
que pasaban de un alma a otra
libérrimos
devastadoramente desnudos
benditos de placer
nuevos
sagradamente unidos
Entonces ella preguntó su nombre
y una llama estalló en su alma
La primera imagen “Omega Nebula”, tomada por el telescopio Hubble, fue publicada por Wikipedia
La fotografía, titulada “Jack O'Kundalini”, es de Jay Sinclair y proviene de http://perfumeshrine.blogspot.com
En el clic del tango está “Ostinato”, de Carla Pugliese.
Finaliza así el cuarto capítulo de la telenovela.
1 de mayo de 2010
El Maestro Yumbero
Osvaldo aunque zurdo
tras cuarenta años de genio y lucha
era intocable
sus contramanos eran parte de la bandera
su humanidad era el tango
la academia
el viejo Café del barrio
Estuvo prohibido en las radios
lo dejaban temporadas en prisión
y su música seguía en las almas
como aquella rosa roja
que nacía en su ausencia
Una mañana de Villa Crespo
leyó tres mínimas líneas
sobre la mujer abandonada en el pavimento
fue como una frase de piano en su cabeza
pronto Azul estaba en las giras
amando el bandoleón
bailando con la furia devastadora
de una tempestad en pleno océano
Ella se sentía transportada a la magia
habitaba en el aire
recorría los países con el sexteto
embriagando con su luz a los poetas
demoliendo toda antigua belleza
mordiendo los pezones de la tierra
Su alma pertenecía a la Yumba
hasta que una noche en Guayaquil
notó que una mirada visitaba su cuerpo
por vez primera sintió algo
que no fuera repugnancia
frio o indiferencia
En el Café tocaban “Sur”
y su rojo vestido brillante
era el centro de todos los tiempos
y de todos los mundos
Hablaron por varias noches seguidas
hasta que el joven de la camisa blanca
tomó su mano y su espíritu
ella sintió que siempre habían estado juntos
la electricidad se cortó en todo el país
y sólo hubo brillo en sus besos
besos como explosiones
besos como ciudades y canciones
como estrella que cae en el agua
Todo era un gran girasol
un camino de luz en el bosque
salvo un punto de silencio
para Azul era imposible hacer el amor
el deseo la regresaba al Capitán
la muerte
las constantes violaciones
Tercer Capítulo de la Telenovela. En el clic está “La Yumba” de Osvaldo Pugliese, inspirador del Maestro Yumbero y luego Sur, con música de Aníbal Troilo y letra de Homero Manzi.
En la image, un retrato del Maestro proviniente de www. tangoilustrado.com
30 de abril de 2010
La Mujer
Todos los días un sueño distinto
lombrices que abundan en los cadáveres
la fetidez de los cuerpos
los disparos
gritos desgarradores de los heridos
el asalto al Cuartel convertido en tragedia
Todas las noches
las violaciones del teniente Marusso
la piel con un olor de mierda
un hijo creciendo en las entrañas
vomitado por el océano
nacido de un infierno
Matilde Negra Verónica
la noche batía sus nombres de insurgente
Bacán llamaba a su marino
puerco y maldito cuando se marchaba
o el trajín del sexo lo allanaba
En la lejanía
el Rio de la Plata
los teatros de Avenida Corrientes
el niño que nace y desaparece
los bullicios de Menotti
y su mundial de fútbol
De pronto despertar desnuda en el Barrio de Once
las sirenas de las ambulancias y una carta entre las manos
Matilde
se que en el encierro fuiste la mujer de mi esposo
ahora él ha muerto y yo tengo a tu hijo
le llamaré Daniel
pagué tu libertad con todos mis bienes y con toda mi pena
ese es mi regalo para nuestro niño
seré su madre
se que tu no puedes
Ella despierta
su verdadero nombre es: Azul
Capítulo II de "Proyecto de Telenovela".
En la Imagen, la "Escuela de Mecánica de la Armada", ex centro de torturas en Buenos Aires.
29 de abril de 2010
con los ojos del día jueves
El día jueves levantó su brazo de barro
y los colores de mi alma
cayeron como lágrimas
por los muros de la casa
llenando los planos verticales
la superficie de los muebles
el rostro impávido de los platos
En la cocina estaba el verde
y un bello naranja de zanahorias
Isidora pintaba su cuarto
con nuevas nubes rosadas
mientras dos angelitos
jugaban a marcar sus huellas
celestes y pecosas
sobre las ventanas
y las alfombras de Irán
En el baño predominaba el azul
y la tina mostraba una boca cantora
de allí salían burbujas con sus vocablos
globos transparentes que besaban a mi esposa
y reían al chocar con los primeros trazos de luz
Poema dedicado a los ojos de Edelmira Carrillo.
La imagen corresponde a la acuarela "Un poco más de mi amor", de Kandinsky.
28 de abril de 2010
proyecto de telenovela
El hombre de la corbata roja
habita las mejores oficinas de Santiago
lustra sus zapatos antes del mediodía
lee Capital y El Diario Financiero
piensa en inglés
fuma cigarros de holanda
Por la tarde
visita el Café más cercano a la Moneda
allí se reúnen muchachas de toda América
las más exóticas
las de ojos más grandes
las de verdades más evidentes
El hombre de la corbata roja
siempre se atiende con la misma joven
le entrega millonarias propinas
nunca acepta un beso suyo
Por la noche
regresa a su casa en el barrio alto
asiste a su esposa enferma
piensa en el aroma de su hija
le dice buenas noches en el alma
La imagen proviene de www.quebrato.com.br
27 de abril de 2010
frutas
En mi poema llevo una manzana roja
membrillos premiados en aulas escolares
duraznos cubiertos de honores y bigotes
higos mirados por Jesús
naranjas quitadas a la lluvia
sandía mora ciruela
papaya rubia del Elqui
banana alcayota uva
pera encerrada y acuosa
guinda y cereza de diciembre
melón de cielos despejados
chirimoya de hermosas princesas
granadas del monte Moriah
pepinos nueces frambuesas
Tengo mango batido con maracuyá y piña
frutilla de fogosos recuerdos
fresas dátiles arándanos
níspero en pequeñas cantidades
damascos que aman el mediodía
almendras
mandarinas como múltiples ojos
maqui y piñón del noble pehuén
limóm y caqui en los postres de mis abuelos.
En la imagen, "Summer" de Arcimboldo
Maravilla de la Guerra
Que hermosos son esos fuegos que iluminan la noche
suben hasta su propia estrella y se detienen a mirar
son princesas que danzan
mientras ponen sus ojos en las gentes
he conocido la sonrisa y la alegría de mi bala
en la cotidiana apoteosis de mis amantes
cuyas cabelleras son ahora cometas
doradas meretrices de todos los tiempos y razas
madres de niños que nacen para morir de inmediato
que hermosas estas bombas
pido más belleza y más bombas
millones de estallidos como letras de un libro
sería hermoso que la vida naciera de los agónicos
sería más hermoso que los cadáveres escribieran la música
notas que se esfuman en esta guerra de tanques
todos los días asisto a un festín
un banquete en tierras de niños
el mundo tiene hambre y abre sus bocas
el planeta tiene hambre y Baal
toma un desayuno de mandíbulas y orejas
tanto fuego para asar el cuerpo humano
el aire es agradable y trae el recuerdo
la familia
el carbón
las tardes junto a la piscina
el festín crece mientras el cielo se traga a las almas
sólo por gula
feliz de hacer malabarismo con nuestros sueños
he recorrido la dulzura de esta guerra
yo y mi compañía a todo el ancho del combate
he cavado lechos para ríos que van a todas partes
poniendo su odio en nuestras almas
estoy en la primera línea de fuego
y estoy en todas partes o mejor dicho
comienzo a estar en las tazas
y en los frascos de miel
soy yo quien comienza el futuro
Icaro que viaja hacia Santiago
Dejo al futuro la historia de Guillermo Rey del Sol
que se fue a la guerra y supo estar en todas partes
celebrando en las felices ciudades de la retaguardia
en los estadios
en los que mueren sin avanzar
en las mujeres en los cañones en las sandías
en el cenit en el nadir en los 4 puntos del cerro Recreo
y en el único fuego de esta guerra
lo que sería hermoso
si las cosas del mundo me ocuparan
pero en este sentido nada se avanza
porque estoy en todas partes
y sólo yo estoy en mi
Adaptación del poema de Guillaume Apollinaire, poeta que participó en la Primera Guerra Mundial y fue herido por una bala en la cabeza. Poco después murió a raíz de la "gripe española" que hizo estragos en aquel tiempo.
La imagen proviene de esta página
Amantes
Amantes
Dos hombres juntan sus testículos,
uno de ellos, mi compañero de estudios,
acaba de dejar a su esposa y sus dos hijos,
demoliendo su mundo,
saliendo de la tierra al viento.
Un email partió a todos sus cercanos,
compartiendo su historia y su verdad,
registrando los planos de su nueva casa,
un lugar en que abundan las artes,
el jazz, las largas conversaciones.
Los niños se pelean en sus colegios,
defienden a su padre,
lloran en las cocinas y en los baños.
Todo se derrumba,
mientras crece un rosa en sus espaldas,
la angustia se disuelve en los ríos,
la primavera cumple su hazaña.
Hace una semana, supe que uno de mis compañeros de universidad se asumió como gay. Ya son varios casos cercanos. La vida va imitando los relatos de Proust, los pasillos de la Odisea, de Shakespeare y la Biblia.
.
En la imagen "David y Jonathan", de Rembrandt
26 de abril de 2010
Puerta Giratoria
¿Qué poemas están en la cárcel?
¿qué hombres sin dientes?
¿qué niños sin vida?
Pasé como un fantasma
por las casas de un barrio cercano,
vi tres pequeños en una cama,
la ropa húmeda,
el padre cumpliendo su condena,
la basura preguntando a los ratones.
Vi el efecto de las drogas,
la disciplina de las bandas,
el sexo en las esquinas,
las madres durmiendo
para regresar al burdel.
Vi el aceite negro en los sartenes,
el orín de los colchones,
las moscas,
los perros calentando a los ancianos,
los seres sin ganas y sin dulzura.
Vi muchas cosas
y luego dejé a los niños,
igual de húmedos, igual de fríos.
La foto proviene de www.elpais.com
25 de abril de 2010
Reclamo de Isidora
Papá: no me castigues más con la ducha.
No me digas: ¡un momento!
cuando te pido mi leche,
no te quedes escribiendo en la mañana
mientras miro mis monos
o como mi yogurt.
¡Déjame quedar dormida en tus brazos!
Llévame a nadar,
a ese espacio gigante que llamas cine,
al lugar en que crecen los limones,
a la estrella en que viven mis abuelos.
Por favor: no me retes,
perdona los muros rayados,
los juguetes en el suelo,
los pocos minutos en que me taimo.
¿Recuerdas el día en que nací?
¿Cómo nos mirábamos?
Como vivíamos en el mismo océano
y en el mismo amanecer.
Papá, vamos con mamá
a subir por escaleras y poemas,
a caminar por bosques tupidos
a dominar los nombres del sol.
En la imagen, Isidora vista por Carla Jofré Vidal.
Nota: "La Ducha", es la sanción disciplinaria de Isidora, consiste en mojarla simbólicamente con el agua de la regadera cuando hace alguna de sus más graves travesuras, como meter sus manos al water o derramar su comida en el suelo.
Mayakovsky en el mundial de fútbol
Con mi corazón encendido y mis camisas azules
excitaré
vuestra mente
que sueña con partidos de fútbol
como empleado de funeraria sumido en la TV;
hasta hartarme me burlaré, atrevido e irónico.
Ni una sola cana mi alma tiene,
ni en mis años hay ternura senil.
La fuerza de mi voz atraviesa el mundo
y con veintidós años
camino enhiesto, hermoso,
como Obama o Messi.
¡Vosotros los delicados ex melenudos!
que sobre tiernos violines recostáis el amor
o, si rudos sois, sobre timbales.
Nunca podréis hacer como yo,
volverse del revés y ser todo labios.
Venid y aprended.
Damas pulidas envueltas en sedas y perfumes
que humedeciendo los labios hojean los libros
como cocineras indagando sus placeres
¡dejad esa indecencia de putas celestiales!
Si quieren
amaré vuestra carne hasta la locura
y haré un cielo con vuestros gritos,
si quieren
seré intachablemente delicado:
no seré un hombre,
sino una nube en pantalones.
En el mundo no existe un Boston florido.
Hoy glorifico de nuevo
a hombres cansados como un manicomio,
y a mujeres demasiado besadas.
Tristemente comunes: como un refrán
o un silabario de niños precoces.
Adaptación de "La nube en pantalones", de Vladimir Mayakovsky.
La fotografía del poeta fue tomada por Неизвестен, en 1929 y proviene de Wikipedia.
24 de abril de 2010
cristales sobre mi alma.
Vi mi vida en la mirada de un gato,
era corta y sin sorpresas,
gris como la historia de un divorcio,
moderada y cauta
como una camisa blanca,
hecha de horarios y audiencias,
de esposas y minotauros.
Me vi en los ojos de Isidora
y tenía la elegancia de un viejo libro,
la potencia de un puma,
los modales de un mago
y de un filósofo.
Me vi en las fuentes de mi madre
y tenía las mechas tiesas,
estaba recién salido del barro,
amigo de los ríos,
heredero de todas las almas.
Al amanecer,
escuché mi propia luz,
al menos, los tubos que aún funcionan,
me vi robando los ritos de la aurora,
escribiendo para curarme del fascismo,
observando el vapor en las cocinas,
escuchando cantar a mi hija.
En fin, decidí no morirme.
Al menos no, mientras viva mi madre
e Isidora no cocine con albahacas
y monte su propia obra de teatro.
Gabi y Beatriz serán las críticas invitadas.
ojalá lo encuentren todo malo.
De lo contrario, tendré que morirme en paz.
En la mirada de un gato, está Georges Brassens y su testamento.
No pase sin hacer clic.
La imagen proviene de pixdaus.com
23 de abril de 2010
Benito y la Reina de los Sentidos
“Escucha, hijo, los preceptos del Maestro, e inclina el oído de tu corazón; recibe con gusto el consejo de un padre piadoso, y cúmplelo verdaderamente. Así volverás por el trabajo de la obediencia, a Aquel de quien te habías alejado por la desidia de la desobediencia. Mi palabra se dirige ahora a ti, quienquiera que seas, que renuncias a tus propias voluntades y tomas las preclaras y fortísimas armas de la obediencia, para militar por Cristo Señor, verdadero Rey”.
El monje la miraba desde su Reino,
liberaba las puertas de piedra,
comentaba su alegría,
sus cintillos de guerrera,
su forma de ser en la Luz.
Pronto fue transitando
del desapego a los afectos,
de la paz a la ansiedad,
del Reino del Espíritu
a la selva de lo sentidos.
¿Cómo regresar al mundo?
Dejar las rutinas del sol,
y los pies de los mendigos,
abandonar el pan, la comunión,
los trabajos que modelan
su alegría.
El hombre temblada de miedo
y de emoción,
ajeno ya a los dos reinos,
lamentándose
al otro lado de los muros,
expulsado de la Casa de su Padre
y extranjero en el planeta del yo.
Abif, en cambio,
estaba sereno.
Sólo hay renuncia
cuando se nota al jazmín,
se prueba el caldo,
se pierde la boca en la miel.
Ella, nuestra amiga,
es caricia y montaña,
bosque de paz,
agua que limpia y perdona,
sin malicia,
sin preguntas,
llena de una clara alegría.
Le atrajo la pureza del monje,
los océanos de su espíritu
la quietud de sus ojos,
los instintos de vida
en el Jardín de la Luz.
Volverá ella a cruzar las puertas de piedra,
la higuera perderá sus frutos,
aceptará el invierno,
conservará su esencia,
retornará el azul.
En la imagen, "Pietà", de Marina Abramovic.
La cita corresponde al comienzo de la regla de San Benito.
22 de abril de 2010
Apuntes para un cuadro de Nathalie Regard
Siete niños en sus columnas,
una plaza con varias fuentes,
es de noche y de día,
las mujeres se besan,
imaginan sus futuros,
pesan los silencios y los afectos.
El mes de agosto es invisible,
hay una cocina y una hormiga,
un hombre con dos falos,
la boda de una virgen,
la pereza y el cienpiés.
En el cuadro hay
música de Webern,
los niños se hacen adultos y viejos,
aman “La Appassionata”,
comen ravioles y lentejas griegas,
caen en la cárcel,
venden su alegría,
pierden la vida.
Todos los niños
tienen un cuaderno de sueños,
historias dentro de otra historia
cuadernos dentro de otro cuaderno,
nuevos pliegues en el alma de Nathalie.
La imagen proviente de http://bp.blogspot.com
21 de abril de 2010
día y noche
Camino seguro sobre el día martes,
humilde, breve, transparente.
Me toman los signos del horizonte,
las bocas del gran astro,
los poemas del mediodía,
los rayos que bajan
al centro de Dios.
La luna llega como un barco,
reina de sombras,
señora del tiempo,
mujer de libros,
puerta del cielo interior.
La luna permite los sueños,
corrige los mares,
confía en la muerte,
gobierna el temor.
En la imagen, "Pintor en la luna", de Marc Chagall.
Isla Greenwich, 1955
Mario cayó en una grieta de hielo
oculta por la nieve,
estuvo segundos buscando la muerte,
viviendo en imágenes sus veintidós años,
su infancia entre los bosques,
sus uniformes de teniente,
sus botones de oro,
las semanas en Montevideo,
la boda por carta
con una muchacha uruguaya.
Desde el fondo,
apretado entre los hielos,
pidió que lo olvidaran,
que nadie muriera por su causa
entre las ventiscas inclementes
y el frío espantoso.
Su acompañante, Caros Abarca,
voló como nunca en sus esquíes,
anduvo por horas sobre la nieve
hasta llegar a la Base
en Bahía Chile.
Allí, los jadeos del cansancio
y las emociones
le impedían hablar.
El capitán intuía la tragedia
y esperaba con la paciencia de un sabio.
Al fin, Abarca pudo unir las palabras,
comenzar su relato, abrir los trabajos.
De inmediato comenzó el rescate.
Todas las sogas se unieron para Mario.
Horas después, una patrulla estaba
junto a la grieta, con sus lámparas
y sus espíritus armados de esperanza.
Las cuerdas descendieron por largos
minutos, hasta convertirse en nudos
sobre el cuerpo de Mario.
Luego hubo que jalar y jalar,
aunque se acabara el día
y las sogas perdieran sus hilos
como en un película de suspenso,
a un instante de la muerte.
La imagen proviene de www.panoramio.com Poema basado en un episodio real.
20 de abril de 2010
El regreso del invierno
El invierno luce sus pantalones rojos
mientras la lluvia reza sobre los naranjos,
conversa con los techos de metal,
obedece a nubes y montañas.
Entones iré a la calle Independencia,
caminaré por el inmenso patio vacío,
aunque el agua rebote sobre el cemento
y los muros regresen de su olvido.
Veré a las palmeras en la Avenida Brasil,
ruidosas al jugar con los vientos,
quejándose por la falta de niños,
por la ciudad que muere y renace,
imitando su antigua alma,
su febril ajetreo junto al mar.
Se hace tarde,
almorzaré mirando el temporal,
mientras los cortejos marchan a los cementerios
y los oradores recuerdan a hombres ejemplares,
que existieron en otro Valparaíso,
cuando los colores eran más vivos
y los burros caminaban mojados
en mañanas de lluvia
habitadas por recuerdos
de otra antigua ciudad.
En la imagen, el patio del Colegio de calle Independencia, en los ojos de Loreto Oyarzún.
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