20 de abril de 2010

El regreso del invierno




El invierno luce sus pantalones rojos

mientras la lluvia reza sobre los naranjos,

conversa con los techos de metal,

obedece a nubes y montañas.


Entones iré a la calle Independencia,

caminaré por el inmenso patio vacío,

aunque el agua rebote sobre el cemento

y los muros regresen de su olvido.


Veré a las palmeras en la Avenida Brasil,

ruidosas al jugar con los vientos,

quejándose por la falta de niños,

por la ciudad que muere y renace,

imitando su antigua alma,

su febril ajetreo junto al mar.


Se hace tarde,

almorzaré mirando el temporal,

mientras los cortejos marchan a los cementerios

y los oradores recuerdan a hombres ejemplares,

que existieron en otro Valparaíso,

cuando los colores eran más vivos

y los burros caminaban mojados

en mañanas de lluvia

habitadas por recuerdos

de otra antigua ciudad.






En la imagen, el patio del Colegio de calle Independencia, en los ojos de Loreto Oyarzún.

19 de abril de 2010

noto el respirar de las novias




Hay días en que me atrapan los silencios

y noto los corazones de los pájaros,

el respirar de las novias,

los tréboles que crecen en mi alma.


Son mañanas heladas

en que mis ojos tocan el Aconcagua

y las cordilleras visten su manto,

vapores de fuego sobre la piel sin marcas.


Son mañanas en que lloro

y converso con los barcos,

los espectros del mediodía,

mendigos, cartoneros,

porteros de palacios

invisibles.



Días en que abro calles en mi cabeza

y camino descalzo

por las habitaciones de mis abuelos,

los rostros de mis hermanos,

los silbidos de mis padres al llegar a casa.


Son días en que subo los peldaños de la aurora

y converso con otros Gonzalos,

juego con ellos a la canasta,

encumbro volantines,

lustro sus zapatos,

anudo sus corbatas.


Son días perdidos para todo fin práctico,

salvo para escuchar las canciones de Isidora,

cometer infracciones de tránsito,

observar los cisnes,

dibujar a mi esposa,

bendecir sus labios.





En la imagen, aparezco - Gonzalo Villar - celebrando en casa de Carla Jofré.

18 de abril de 2010

La Higuera




En la fiesta,

hablamos sobre secretos,

los universos,

los sagrados derechos femeninos,

los peligros del parto en la antigüedad,

los nuevos rumbos de mis amigas

y de la Tierra.


El futuro estaba en la puerta,

esperando sus órdenes,

nuestros sueños,

nuestro empuje,

los efectos de la buena educación.



El futuro llevaba los lentes de Spinoza,

los higos de Buda,

las palabras de Jesús hacia los árboles,

la risa de nuestros hijos,

los tejidos invisibles de los Sufis.


Abrí la puerta y lo abracé,

ambos teníamos el mismo porte

y los mismos ojos,

éramos el mismo ser,

el mismo árbol,

la misma sombra.




Poema dedicado a Anita Peña Saavedra, que se marcha a Honduras.

En la imagen, la higuera de Museo de Picasso en Málaga.

17 de abril de 2010

mientras amanece






Estamos esperando los primeros arrebatos de día,

el sol comienza sus juegos por la ventana de la cocina,

Isidora come galletas y espera que termine el poema

para que Minnie y Mickey traigan su música

a esta pantalla.


Ahora comienza a cantar la historia de los elefantes

sobre la tela arágnida y procura limpiar las migas

que sus obleas dejan sobre el mantel de mosaico.


Este será un lindo fin de semana,

aunque Tati esté en el hospital y me esperen

varios textos para defender mujeres que trabajan.


Me concentro y pienso en la mirada

que se fija en la derecha de los cuadros,

en obras construidas con jardines

que llenan un edificio cúbico y piramidal,

una sala para cada estación,

el mismo jardín en los ciclos de su vida,

una sala para cuatro momentos de la música,

cuatro maneras de pensar,

cuatro religiones de Abraham,

ventanas que persiguen al sol,

un escalera que termina en el agua subterránea

y otra que lleva hasta el fuego.



El hombre será el viento,

el pensamiento que une los elementos,

dibuja una cruz y una estrella

con los nueve vértices del edificio.


Mientras escribo, Isidora me ha llenado

de abrazos, de solicitudes,

de caricias en mi pelo,

de lindas preguntas.


Obvio, la cuarta religión

es la nuestra,

el espacio libre

de la Tribu de Dan.





En la imagen, "El abrazo de amor del Universo, la Tierra México, Yo, Diego y el señor Xolotl", de Frida Kahlo.

16 de abril de 2010

Ciudadano del Lebu





Claudio Zalazar Parra

está en su casa de lo alto

conversando con Bach

y sus numerosos hijos

jugando a los duendes con Satie

bebiendo el whisky de Miles Davis.


Mi amigo es millonario en discos

platos de cocina española

andamios y resquicios femeninos

pequeñas y grandes mentiras

setas, sabores de tabaco

libros de teatro

historias de fábricas

certezas sobre “El Moro”,

palabras que pesan en la noche

y desnudan la esperanza.


Mi amigo es dueño de nada

salvo de su alma

una nota en el agua

cristales de sol en la mañana.


Fue elegido capitán entre los prisioneros

cuando el pueblo habitaba

en los barcos de la bahía

y el futuro estaba prohibido

al igual que la paz y las miradas.


Estuvo en la Base de “El Belloto”

escuchando sinfonías y sonatas,

oratorios para salir de los golpes

atado a las frases de Mozart

y los pasos de su madre

en la casa de Limache.


¿En qué piensas?

grita el dueño de los bandos

y aumenta su violencia

sus embates

su limpieza.


Prohibido huir hacia el interior

prohibida la música

los recuerdos

la íntima y sucia libertad.


Mi amigo se emociona y vuelve

se desprende un instante del verdugo

saca un cigarro y sigue conversando.


Nuevamente el metrónomo

las pequeñas tormentas en la cordillera

la voz como instrumento

la ambición

Eroica y el hombre de Córcega.


¿Por qué el músico nos llevó hasta allí?


Estamos en otro desayuno en la torre

en el piso 21 de Valparaíso

mientras los dragones cuidan las ventanas

y las princesas confían en el otoño.






Claudio, que figura en varios poemas y pasajes literarios, aparece con su pequeña estatura y sus característicos anteojos a la izquierda de la foto.

La imagen proviene de www.memoriaviva.cl

15 de abril de 2010

Beatriz State, Remedios Varo y las amigas que estaban en el sueño.






Beatriz me habló de Remedios Varo,

la mujer saliendo del psicoanálisis,

la arquitectura en sus cuadros,

la sabia búho que crea las aves

con música del espíritu

y rayos de estrellas.


Me habló de su última visita a México,

de una casa invadida por los mapaches,

de la estética y la belleza,

las propiedades de la mirada,

la proporción áurea,

los escasos triángulos en los cuadros.


Me contó de sus tres amigas de infancia,

de su encuentro con María obrera,

una piscina en el borde del mar,

sus conversaciones con las aves,

los muebles en la casa de Matías,

la Pasión según San Mateo,

Jesús en el templo,

la música naciendo

en la cabeza de Bach,

la música emocionando a su hijo,

las ballenas jugando con sus crías,

los guardias de un museo

en Nueva York.


Ahora escribo y me da un tremendo

escalofrío, tirito

y una ola de la mente me recorre.


Recuerdo mi sueño del verano,

Beatriz junto al cuaderno

con los rostros de su amigas,

los colores ocres de los cuadros de Remedios.









En la imagen, "La creación de las aves", de Remedios Varo.

14 de abril de 2010

Isidora en el bosque




Vamos caminando por el bosque,

siento las conversaciones de los pájaros

el crepitar de las ramas,

el aroma de la tierra,

los silenciosos rayos del sol.


El arroyo cumple su persistente trabajo

mientras converso con mi hija

sobre el peligroso litre

el rastro de los conejos

y un asteroide negro

que encontramos en San Pedro,

al otro lado de los cerros de Olmué.


Hablamos sobre el maqui,

las moras de los esteros,

las vertientes, la pequeña

selva de las quebradas

en que nace el agua.


Hablamos de los boldos,

los espinos, los colihues,

el quillay, los bellotos,

las risueñas palmas,

los sombríos sauces,

las flores de los cactus,

las pequeñas serpientes

que abundan entre las plantas.


Luego le cuento que

mi abuelo Bladimiro me enseñó aquel

bosque, porque su padre

le había llevado a la montaña,

antes de que existieran los automóviles,

los aviones, el reino

de las máquinas y las cocinas a gas.


Hablamos largamente

hasta que llegó un lagarto

a mirarnos a los ojos

y huimos cerro abajo

hacia el punto en que reina

el moscardón.





La imagen es de Abundantia y proviene de pixdaus

13 de abril de 2010

Chile es un azul de niños






En primavera salimos a escribir

poemas en las almas de los niños.

Las letras eran dinosaurios,

aviones y muñecas,

mariposas que viajaban hasta sus hogares.


Era primavera cuando un espíritu de luz

nos llevó hacia la Operación Cóndor.


En el salón plenario del Congreso Nacional,

decenas de hijos de detenidos desaparecidos

se reunían en asamblea, enlazaban sus historias,

ordenaban sus luchas y sus acciones de justicia.


En lo físico, ya ninguno era niño,

pero sus ojos eran ojos de niños

al recibir aquellos regalos

que sus padres enviaron a través del poema,

pequeños juguetes como cartas clandestinas,

como abrazos que se cuelan desde la muerte.





La imagen proviene de:" British Information Service/U.S. Office of War Information"

La serie de acciones de arte "Chile es un azul de niños", se realizó en la primavera del año 2002, en hospitales, supermercados y el antiguo Congreso Nacional.

12 de abril de 2010

beso bajo la lluvia




Yo soy tu beso,

la mirada que te abraza,

el ritmo de tu cielo,

el viento que crece en tus misterios.


Tu eres mi beso,

mi lluvia sobre la cara,

el agua sobre los labios,

la casa en que habita mi alma.


Tu eres mi sangre,

mi océano,

mi caldo de estrellas,

mi fuente de magia.


Yo soy tu árbol,

tu fuego, tus manos,

tu pequeño bosque,

tu tormenta

tus mil abrazos.






La imagen del beso bajo la lluvia es de autor desconocido hasta el momento, las aves que se besan en el cielo, están tomadas por Maramska y provienen de pixdaus.

11 de abril de 2010

Poema sin azul ni luz ni alma.







¿Quién eras antes de nacer en mis poemas?,

de caminar en mis ojos,

de morir en mi alegría.


En ti dejé fragmentos y trazos,

fui espada, acero, cardo,

pavimento, calle, minotauro.


Fui cordillera y espejo,

multitud, rocío, mes de marzo,

ojos que caminan por tus piernas,

modos de ansiar y medir tus labios.


Bailé contigo un bolero de Cuba,

te hice muda, misteriosa,

feliz en los jardines,

robusta de rodillas,

rica de palpar y de beber,

triste los domingos,

nunca tímida,

decididamente dulce,

silente,

tercamente hermosa.


Dime: ¿quién eres?

¿qué rayo te puso en mis cuadernos?

¿qué silencios te desbordan?

¿dónde crece tu memoria?








En imagen, "Papagena roja", de Anne Smith.

10 de abril de 2010

Jesús prisionero.






Deja todo y sígueme.

Ni siquiera fumes tu último cigarro.

Vamos a la cárcel

y llevemos luz a los que sufren,

allí no hay violadores ni asesinos,

sino seres humanos,

engañados, destruidos,

secuestrados.



Si, dominados por sus demonios,

sus impulsos devastadores,

las costumbres que tomaron al nacer,

o bebieron en la leche

o tomaron del barro y la basura.


Vamos, nuestra

pequeña lámpara

sirve más en la oscuridad,

la música se eleva en el silencio

y hay un hermano nuestro

que está solo y extraviado,

necesita nuestro abrazo,

nuestro oído,

nuestro amor....

que sólo merece llamarse así

cuando está dirigido a otro,

cuando nada espera a cambio.


Tal vez,

lo que más necesita

es hablarnos,

sentirse persona,

comentar un libro,

un partido de fútbol,

una receta de cocina.




Cravaggio nos muestra a Jesús prisionero en "Ecco Homo"

9 de abril de 2010

divagando y ordenando





Pienso en un vaso con hielo,

Claudia Carreño abrazando a sus hijos,

el relato de las olas bajo mi alma,

la casa que duerme y yo despierto.


Buscaré la sentencia de Alejandra,

pensaré en el divorcio de Miguel,

en el juicio de Pedro,

en el desayuno con Mario Cerda.


Le escribiré a María Victoria,

pagaré mis teléfonos,

llamaré a Beatriz.


Quizás borre un poema en mi alma

o viaje a Santiago

a firmar una paz.


Eso: A las 12 reunión con el Sindicato.

El acuerdo no es malo.

Más vale billetes en la mano

que gastarlos en el juicio.


Ah. No olvidar!!!!

Los canapés para la presentación del libro,

los juegos con Isidora,

llamar a Margarita y apurar su demanda.


¿Podré abrazar a los delfines al atardecer?

¿Podré sentarme a medir mis silencios

y detenerme a envidiar la elegancia de las flores?


Seguro que sí,

para la alegría siempre hay tiempo,

basta con sonreir

y mantener la calma.





La imagen es de Farhad y está tomada de www.pixdaus.com

8 de abril de 2010

niña buena y niña mala





Isidora entró al cuarto,

apretó el botón y dijo: “La Luz”.


Es mucho lo que aprendo de ella

y de su constante alegría,

de sus afectos transparentes

y tiernamente interesados,

de sus pequeñas lágrimas,

de sus múltiples formas de sonreír.


¿Quién era yo antes de contar con sus abrazos?,

antes de escucharla cantar

y verla jugar con sus libros y sus muñecas.


Se acerca con un cuento de Marc Twain

y me dice: “niño malo”,

riéndose de las ilustraciones

coloridas e irónicas

de aquel relato sobre hipocresía

y éxito.


Luego dice: “mi sillón”;

“mis monos” y “pío pío”,

tirando de su frazada

con pollitos estampados.


A veces jugamos con los nombres de los dedos;

pulgar y meñique le causan mucha risa,

“díndice” y “corazón” suelen cambiar sus lugares;

“anular” siempre le resulta extraño.


Luego pide yogurt o más leche,

dice: “por favor”; “gracias”

y “te quiero mucho papá”.


También hacemos ejercicios

y ella se ríe mientras damos vuelta

por la alfombra; salta para abrazarme;

me regala besos,

me mira con su espíritu

de dicha y dulzura.


Recién, juega a volcar un vaso.

La reto y le pido que se porte bien.

Responde llorando: “porto bien no”,

“porto bien no”, “porto bien no”.



















La imagen proviene de pixdaus

7 de abril de 2010

para después del amor





¿Cómo es la infancia de un beso?

¿en qué punto se hace invencible?

¿en qué punto se olvida?



¿Qué poema viene después del amor?


¿Es algo así? :


Me confunden las escuelas y los pajaritos,

las nóminas, las colaciones,

la pequeña inquietud de los juicios.


Me abruman los teléfonos

y sus ruidos, las sirenas,

los obispos,

las lluvias que demoran

y se extinguen.


Me sanan los abrazos de Isidora,

las miradas de mi esposa,

los pasos de mi madre

hacia el rocío.


Estoy en un rincón del silencio,

solo como una lágrima,

mínimo, exhausto,

calibrando mis días.


Tego que juntar fuerza,

buscar el sol de la mañana,

crecer con su luz, viajar,

gobernar mis noches,

corregir mis rumbos,

perdonar mi vida.







La imagen corresponde al grabado El Beso, de Esther Melguizo

6 de abril de 2010

Medianoche






Es medianoche y estiro mi copa al sol.

Estamos en el reino de las sombras

y en el centro del mundo,

nos acompañan los violines,

las horas, los mejores muertos,

las ideas que abren y cierran el mar.


Estamos junto a la fuente de agua,

en una extensa biblioteca.

El rey lleva su rostro de niño

y su perfume de nardo,

bebe vino a sorbos lentos,

sentado sobre una piedra,

que marca el centro

de todos los centros.



Me pregunta por mi hija,

por el nombre de sus ángeles,

por sus cantos,

por el número y la frecuencia

de sus sonrisas,

por los nuevos brotes

del árbol de la vida.



Estamos contentos,

el sol ha pasado entre

todos los espíritus,

ha cruzado de cuerpo

en cuerpo, eléctrico,

como un rayo o un río de luz.


Hemos estado en su casa,

seguros de su fuerza,

perdidos en su belleza,

felices de estar en él.









Este poema está dedicado a Yolanda Allemandi.

Se que allí, en el centro del mundo, puede abrazar a su sol.


En las imágenes, "Sol de la mañana" de Edward Hooper y una foto de la Sala del Domo de la Bibloteca del Congreso de los Estados Unidos.

5 de abril de 2010

Nicomedes.





He decidido morirme sólo los martes,

nacer de nuevo los domingos,

mentir lo mínimo, cantar desnudo,

sembrar poemas en la paz.


Quiero usar mis pies sin sandalias,

llevar mi lámpara hacia los bosques,

ser la piedra que desecha el constructor,

el latido de mi hija, las campanas,

el coraje de la flor.


Quiero ser tu café en las mañanas,

la serpiente entre tus piernas,

la palabra que aprieta

y confirma tu blusa.


Quiero ser viajero y payaso,

caracol en las mañanas de rocío,

obrero en las noches de tormenta,

mano del profeta,

mapuche,

acomodador de cines,

puerta y copa del sol.


Quiero ser la lluvia de Barcelona,

las noches de Buenos Aires,

la justicia de Bolivia,

el alma de Yumbel y del cerro Cárcel.






En la imagenn, "Castells de Barcelona", provenientes de ésta página.

Respecto del poema, creo que une las lecturas bíblicas de los útimos días y mi deseo de hace cambios en mi vida, sobre todo en lo que concierne a mi trabajo.

4 de abril de 2010

nuestra semilla




Hay un lugar del que vienen los gritos y los abrazos;

las serpientes, los poemas, la madera y el aceite.


Un lugar en que caben todas las palabras,

todos los misterios, las pequeños ritos

de Isidora, las monedas del mercado,

las marcas que deja el viento

al llorar sobre la tierra.


Ese lugar cabe en una semilla

y en la décima parte de una semilla;

tiene columnas con nombres de solsticios;

almas que habitan dentro de las almas;

hombres que habitan dentro de los hombres;

toda la inmensa vida

y una luz que viene desde el centro.

3 de abril de 2010

un minuto sin bosques







¿Un minuto sin bosques; cómo es posible?

¿Dónde cantarán los tulipanes?

¿Dónde morirán las zanahorias?


No habrá bisontes ni praderas;

huertos poblados de naranjas;

flores que hablan en hebreo;

insectos murmurando en el cielo;

inviernos que crecen en los osos;

tigres leyendo en las montañas,

abrigados, todavía con pijama

y gorro de Chiloé.


Tal vez se extinga la imaginación

y el cemento no deje ver el bosque;

aplaste las neuronas,

los bailes de los novios,

los pequeños zapatos de los ángeles.


Ni siquiera estará Ríos Ramírez

liberando a los presos

y entrando con ellos al Reino de Dios.

















la imagen proviene de www.jugatic.es

2 de abril de 2010

En la misma vereda que Jesús







Estoy descalzo

y en la misma vereda que Jesús,

no tengo su lámpara ni su sal,

sólo soy un hombre

con una copa de vino blanco,

un hijo de su Padre,

el último resonar de la palabra.


Mi rostro es el de Adán,

mi alma es la de Eva

unida a la serpiente,

probando el árbol del saber,

pensando en el árbol de la vida.


Hoy llevo mi lámpara en lo más alto,

mi hija está viva,

Jairo y yo nos abrazamos.



Jesús según Caravaggio.

Leyendo a Lucas





Lucas lo da a entender,

tenía un amigo escondido en el templo.

El hijo del dueño de casa.

El hombre que subió al techo con el diablo.




En la imagen,"La incredulidad de santo Tomás", de Caravaggio.
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