24 de enero de 2010
Boda
Ayer, en la Casa del Hipocampo,
sobre la playa de Cau Cau,
mediante el laico rito
un dulce rocío
hizo florecer nuestra unión.
Antes de la hora sexta,
todos descendimos
un abismo hacia el mar,
los árboles oscurecían el camino,
las aguas rugían en el centro.
Los testigos gobernaron
las olas con su mirada
y el blanco de las ropas
condujo al sol
sobre nuestros cuerpos,
nos elevó,
nos llenó de alegría
junto a Isidora.
En la boda habló Gibran,
Carolina leyó unas leyes
y un poema voló sobre nuestros cuerpos.
Luego vino el banquete
los besos,
la vida que triunfa
y sana.
La única invitada fue Isidora, los testigos fueron Esteban y Tatiana, la Oficial Civil fue M. Carolina.
23 de enero de 2010
¿Por qué me amas?
Te amo porque llevo tu ser en mi alma; porque no mientes y eres océano, agua, espíritu que ruge y piensa, río incansable, mujer que abraza.
Te amo porque llevas mi ser en tu alma, somos padres de la misma sonrisa, guardianes de una vida, lectores de cuentos al atardecer.
Te amo porque usas lentes grandes y oscuros, porque estabas escrita en mis sueños, anunciada, dibujada en mi libro interior.
Te amo, aunque maldices en las calles, te enfadas por lo pequeño, odias mi desorden, te alejas de las fiestas, no marchas de rojo en las calles, no esperas al sol.
Te amo, porque me gustan tus manos a la hora del café, tu forma de beber la primavera, tus zapatos, tus películas inglesas, tus ansias sencillas de jugar.
Te amo porque nace de mí, simplemente, como viento que llega del mar, rayo que vence a la noche, pueblo que despierta al amanecer.
Te amo porque lees mis ojos y eres vertiente de alegría, latido, día sin bordes, lluvia que calma mi pena.
En la imagen "Gabrielle et Jean", de Renoir.
22 de enero de 2010
Mañana en la casa del Hipocampo.
Desde mañana dejo este planeta,
comenzaré a vivir sin reloj,
sin teléfono,
sin nada ordinario sobre mi cuerpo.
Pasada la hora sexta,
me vestiré de blanco,
de agua,
de labios, de cuerpo.
Mañana en la playa,
seré rostro y tu los ojos,
seré pan y tu la vida,
seré la piedra y tu el templo.
Entonces,
cuando todos los niños sonrían,
hundiré mi mano en tu alma,
rescataré el tesoro,
comenzarán las bodas.
Mañana, sin que nadie lo note,
al norte de Valparaíso,
sin que nadie llore.
Como en Verona, pero con más calma.
Mi afán de dártelo todo
es tan profundo y tan sin límite
como los abismos y las olas del mar.
¡Cuando más te doy, más quisiera darte!
Te sigo y te busco,
porque nada es bueno en el mundo
cuando faltan tus rayos.
Te miro
y eres el sol
que inventa mis mañanas,
tus ojos avergüenzan a los astros
como la luz del día
a mi simple lámpara.
Háblame ángel resplandeciente,
cuéntame del agua,
de sus números, de la lluvia,
escribe tu vida sobre
mi alma,
aquí encontrarás tu libro,
tu espacio, tu barca.
Deja que ligeras alas de amor
nos conduzcan en su alegría
hasta que nuestros nombres
dejen de importarle a los hombres
y nuestras almas hagan su boda
en las profundas aguas.
En la imagen "Julieta", Waterhouse, 1898.
21 de enero de 2010
Himeneo
Voy con mis palabras
que son armas de paz,
con mi orgullo,
que es tu amor,
tu amor
y la dignidad respetada.
Voy al borde del mar
a construir un pacto,
para estar donde tu marches,
para escuchar tus días,
para cuidar tus tardes.
Voy para perdonar,
para transigir y ordenar,
para arreglar enchufes
y llaves, para cocinar
con prudencia,
para jugar con los
niños
al atardecer.
Llevo mi trabajo,
mis artes,
las estrellas que voy
encontrando
en mi ser,
mi alegría,
mis heridas,
mi historia.
Voy seguido
por un hipocampo
y un delfín.
Coincidencias que
me hablan
y me dejan en silencio
junto a Baco y Apolo.
En la imagen: "Hymenaeus", de Poussin.
20 de enero de 2010
La Negra, mi amiga Carla Jofré.
Nada baja del cielo,
salvo tus ojos
cuando comparten su alegría.
Nada es eterno,
salvo tus abrazos,
tu copa en América,
tu cuaderno interior.
Compleja, hay ciudades grises
en tu alma, hay lluvia,
siempre hay música,
hay espíritus que vienen del sol.
Negra, te persigue
el deseo de los hombres y
de las amigas,
hay miradas que te palpan,
hay fuerzas que te buscan
a toda hora.
Mira: te rondan ángeles que
adoran tus noches.
Huidobro crece en
tu pelo. Hay años que
lloran de amor por ti.
Me gusta mirarte cuando hablas
y dejas tu pasión en el aire
y brota tu perfume
y viertes rebeldía en gotas de dulzura.
Me alegro cuando abrazas a Pía y a Gaby,
cuando caminas sobre el mar,
cuando te sientas en mi cama azul.
Me gusta cuando lloras,
porque luego vendrá la alegría.
Me gusta cuando llegan
almas a buscar tu calor
y tu las abrigas,
las mimas,
dejas que se embriaguen
de ti.
Me gusta cuando perdonas,
porque así me enseñas,
porque así eres vida.
19 de enero de 2010
Al estilo de Shakesperae
Dedicado al Calibán que hay en mi y en mi pueblo.
Gonzalo, amargado de mierda,
que el rocío que barrìa mi madre
sobre los baños de las mansiones
te inunde a ti y a tu obra,
que un viento del sudeste
sople sobre ti y te cubra la piel
de úlceras.
Querido Hermano,
los obreros de igualdad
lucharon siglos para
crear la escuela que te enseñó a hablar
y el único provecho que has obtenido
es saber maldecir.
A cada instante se te ha enseñado
una cosa u otra, incluso el nombre
de la gran luz y el de la pequeña
que ilumina el día y la noche.
Mucho se te ha dado,
pero sólo te conmueven los latigazos,
no la bondad.
Hermano, se que toda esta tierra
te pertenece por tus padres,
que desde siempre
vienen cultivando los huertos,
construyendo las cisternas,
elevando torres sin cesar.
Todo es tuyo y todo se te niega.
Se que tu alma está llena de ira,
los hombres que salvaron los libros
desde las llamas: te desprecian,
te excluyen de sus brindis
de sus viajes, de sus poemas,
te tratan como un niño,
un esclavo, una pequeña
masa de arcilla
para trabajar sobre ella
y rogar su voto.
No alguien para escuchar.
No alguien para abrazar.
Se que por ello prefieres el gobierno
de los dioses que poseen la tierra,
son menos hipócritas
más claros en sus objetivos,
más cercanos a ti.
Pero. ¿Recuerdas?
de joven alguna esperanza abrigabas,
antes de que te rechazaran
las sílfides de los ríos y de los bosques
y huyeran de ti aquellos duendecillos
que en el claro de luna
trazan círculos de hierbas amargas
y se solazan al oír la noche
apoderarse de la ciudad.
Vamos, ven a quemar mis volúmenes,
los instrumentos que hacen la música
la belleza que escondo en mis muros.
Hazlo y verás que así borras tus dedos,
tu lengua, tu propia alma.
18 de enero de 2010
Más
Gonzalo.
Menos televisión y más música.
Definitivamente más teatro.
Más agua.
Muchos más abrazos para Isidora,
más amigas, las mismas y otras,
más ratos de alegría bajo la lluvia,
más crujidos bajo mi cama.
Menos quejidos y más viajes,
más ahorro, más visitas a la cárcel,
más Logia, más arte,y,
por cierto, más esperanza.
En la foto, mi amiga Gaby y mi ahijada Maia Gea.
17 de enero de 2010
regresaron los dueños
La mayoría nos dijo su poema.
Nos habló con su aliento de piedra,
con su rabia, con sus sueños.
La plaza está vacía,
los dueños vuelven por
su escritorio, su espada,
sus típicos guardias de verde.
Viene un Udi a la Inspección del Trabajo,
un numerario cuidará los colegios,
cuatro que de jóvenes vistieron de rojo,
ahora hablarán de cultura
y culebras.
Claro, la culpa la tienen los de arriba,
pero también nosotros,
los hombres del mall,
de la piscina,
de "El Mercurio" en la mañana
y el chardonay al atardecer.
Nosotros, los que estamos en otra,
mudos, silenciosos,
demasiado alegres para ver el dolor.
En la imagen, la barra del Liguria.
Gaby.
Mi amiga es loca, tórrida, sexual,
usa el rojo, el naranja y el verde,
figura en la sonrisa de los niños,
en la muerte de los ancianos,
en los árboles.
Mi amiga canta como espíritu del viento,
es alegría hecha carne y bosque,
vertientes, copas, humaredas,
plegaria secreta del mar.
Mi amiga dibuja corazones sobre su ropa,
habla el lenguaje de las moscas,
se alimenta de raíces y hierbas,
es madre y ninfa,
espíritu de arañas y del agua.
Mi amiga es fecunda y láctea,
hay pezones en su alegría,
rondas en su mirada
fiestas en su verano,
vida en su canción.
La foto es de Ma. Irene.
16 de enero de 2010
el poder del verano
Feroz, así es tu cuerpo cuando triunfa el verano
y dejas que el mar te perdone,
y yo me haga dueño de ti.
El estío te llena de luz,
te vuelve perfecta,
hembra hecha besos,
de urgente danza,
de intensa piel.
Enero se empeña
en curar tu tristeza,
eleva tu fuerza,
te sana,
te corona reina.
El verano te hace tierra,
bosque,
rosa,
océano,
mujer que defiende a su pueblo.
En la imagen, Renoir nos presenta a "Gabrielle con una rosa"
15 de enero de 2010
El Incendio
A este incendio
no lo extingue el odio,
sólo se apaga a través del amor.
Este incendio no termina con un voto.
con un pago,
con un triunfo.
La calma comienza con la renuncia.
Sacar el corazón del mundo.
Comenzar a ser.
Habrá que persistir en la locura,
besar el trigo,
ser un océano sin costas
un árbol,
hermano
del gusano y del búho,
hermano
del rico y del ladrón.
En la imagen, se aprecia a Rumi, imaginado por Lisa Dietrich.
14 de enero de 2010
Carta a una indecisa.
Cuando llegues a mi hogar,
por favor no toques la puerta;
no me digas que votaste por Piñera;
no uses tus ojos en mi contra,
no lleves tu canto a mi boca,
no pintes tu estrella en mi alma.
En cambio, si llegas con mi pueblo en tu rostro;
con su historia en tu carne;
con su fuerza en tus labios…
entonces a tu casa llegas,
entonces en mi alma descansas.
Si llegas, si al fin llegas,
entonces no hagas pausa,
no regreses,
no temas,
no te marches sin alma.
La imagen es de mi amiga Paloma Bayteman y pertenece a su facebook.
Mi hermana está de cumpleaños
Daniela cumple un nuevo año.
Mi hermana grande.
Mi hermana madre.
La niña de rizos,
de piedras,
de ojos grandes.
Ahora la lluvia es su hogar,
los niños y la lluvia,
la fuerza,
su gran coraje.
Daniela se ríe con su padre.
Se esconde, sube árboles,
abre el agua con sus brazos,
no tiene miedo,
Daniela canta.
Mi hermana es cielo,
cruza cerros junto a su abuelo,
lo adora,
pequeña niña,
niña y madre.
Daniela llegó en un año de muerte;
se alzó en su contra
se impuso,
venció,
se hizo grande.
13 de enero de 2010
sueño del trece de enero
En calle Independencia hablé con MEO.
Relajado tras entregar su apoyo.
Parado en medio de la calzada.
Distendido, me decía bromas
La alcaldesa de Viña
llegó al lugar.
Mucho más delgada,
el pelo teñido de negro,
felicitaba a MEO
antes de subir a un pequeño auto
lleno de mujeres.
Poco antes,
un restorán del Puerto,
muchos salones,
parrillas llenas de carnes
y quesos de cabra descomunales,
los baños inmundos y oscuros,
busco el patio,
mudar mi ropa,
el suelo húmedo,
orina que emerge
y se extiende.
Un niño me observa,
una Van entra al patio
y comienzo a correr.
Encuentro a un grupo de obreras.
Ellas celebran.
Una de ellas es Patricia Odales,
abuela a los treinta años,
nuevamente embarazada.
Lleva el cabello largo
y crespo, está muy alegre,
delgada, viste de blanco.
Nos invita a todos a seguir corriendo.
En la calle Chiloé está Pancho Acevedo.
Más rojo, más delgado, los ojos hinchados,
la piel con menos manchas.
Enseña a las quince obreras
con cuadernos que trae en su auto.
Está contento. Feliz con Patricia.
Nuevamente será padre.
Llega otro médico
y Francisco le muestra
pequeños huesos llenos de barro,
y el dedo de un hombre.
Antes del restorán estoy en Santiago.
Busco un lugar de descanso y entro a mi Colegio.
Es casi de noche y comienzo a correr.
Test de Cooper.
Hay gente en el patio.
Marisol González entre ellos.
Sigo corriendo por el segundo piso
hasta entrar a la sala de los delfines.
Allí quiero descansar, pero no hay espacio.
Hay mucha gente durmiendo allí.
Billetes valiosos en una repisa.
Pienso en tomarlos y no lo hago.
Marisol comienza a llamarme por los parlantes.
Dice que escapo,
que me ha visto,
que quiere hablarme.
Bajo a buscarla y entro al restorán.
La imagen proviene de www.region15.cl
12 de enero de 2010
Centro de Santiago
Las mandrágoras crecen bajo capas de cemento.
La ciudad se afiebra.
Llegan ratones hambrientos de pureza.
Asfalto.
Cuerpos que sudan junto a las tazas.
Los animales muerden la piel.
Empujan.
Danzan.
Devoran.
Hacen su fiesta en nuestra cama.
En la ciudad no hay puertas azules.
No hay casas pintadas de blanco.
No existen los trinos,
las notas mudas,
la pausa.
La foto de nuestra Alameda proviene del diario La Nación de Argentina.
11 de enero de 2010
duerme
Descanso e Isidora llega a dormir sobre mi hombro,
todo el diez de enero pesa sobre nosotros.
Me llamaste Gonzalo antes que el sol,
hablaste conmigo en el desayuno,
fuiste al agua en mis brazos,
me regalaste alegría en cada instante,
ahora duermes y duermes sobre mi alma.
10 de enero de 2010
El viaje de Tati
Tati prepara su viaje,
aprobado su examen quiere ir
desde Buenos Aires a la Patagonia,
en busca de su nieve
cayendo sobre el mar.
Sola con su cargamento de memorias;
ajena a los cuidados de Esteban,
la resistencia de los materiales,
las miradas de su madre,
los juegos de Sofía en Antofagasta.
Buscará el sur siguiendo las estrellas,
la cruz dibujada en el firmamento,
la mandrágora creciendo sobre la pampa,
obreros caminando,
la Tierra del Fuego,
el Liceo,
el viento,
la antigua casa.
En la imagen, el rostro de Tierra del Fuego, de autor anónimo.
9 de enero de 2010
tomates
Tomates químicamente rojos,
nacidos de pequeñas
gotitas de sol,
amados por el agua,
nombrados en las ferias,
trozados y húmedos
en nuestros platos azules.
Tomates de Limache,
vestidos de ají y queso.
Frutos nevados de cebolla.
Rodajas que miran
su hogar en el cielo,
su historia de arados
y almácigos,
manos que los sacan
de su sueño.
Tomates heridos,
sangre de reina,
gazpacho,
alma de ravioles,
montañas de fruta,
frascos,
hileras de cáscaras
que regresan a la tierra.
En la imagen, una hermosa foto de Pamela Albarracín.
8 de enero de 2010
Manuel cumple tres años.
Hoy, Manuel cumple tres años.
Sus padres lo colman de cariño.
Hay una ciudad llena de amigos suyos.
Suele vestirse de verde y lleva el pelo rizado.
Tiene los ojos colmados de historias,
la piel llena de abrazos,
el alma entregada a su madre.
Su padre le ha regalado luz y silencio.
Valentina la ha dado autoridad y mando.
Un hermano suyo viene en camino.
Jugarán en las colinas de Valparaíso,
amarán los volantines,
las tardes en el agua,
los tréboles que surgen
en medio del jardín.
Un día, harán ronda con Maia e Isidora,
mientras Sofía habla de las estrellas,
de la música,
del travieso aroma de las flores.
Amanda los cuidará desde lejos,
Vicente persigue mariposas
y los padres recuerdan “La Tempestad”,
la primavera en Costa Azul
y nuestros nombres bajo el mar.
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