Dónde se aloja la pena
Acaso en mañanas de llovizna
Quizá en la memoria de las tierra
Las raíces del indio
El otoño en Magallanes
Las manos frías del hospital
Dónde se aloja la pena
Acaso en mañanas de llovizna
Quizá en la memoria de las tierra
Las raíces del indio
El otoño en Magallanes
Las manos frías del hospital
El aire está lleno de pena
gaviotas rojas cruzan las nubes
la guerra está desnuda y ríe
hay fantasmas de fuego
la vida está besando a la muerte
La noche ha encontrado su medida
Tiene trato con los peces
Los amantes
La risa y el dolor de los bares
El destino
Esta soledad que ha olvidado su sol
Estuve durmiendo sobre mi nombre
Luego desperté sobre cajas de manzanas
Frutas rojas mordidas por el tiempo
Sitio donde nacen las tormentas
Huerto de higueras
Edén entre verbos y verdades
En nuestra cocina
Ella escribió su Uberkuchen
El yogur le dio la fuerza de Dios
la almendras fueron su esencia
y mi alma fue su destino
El tiempo regresa y me corrige
Viene y muerde mi oreja
Escribe a la izquierda de mi espíritu
Explica mis tropiezos
Avanza a trancos y me mira en el rostro de la Luna
Pensar Alemania
Sus almas de luz y música
Su unidad en lo diverso
Esos monstruos internos
El lenguaje, los dialectos
Obuses y genios esparcidos por la tierra
¿Qué recuerdas del tiempo?
- Tengo me memorias de algo azul
- Vuelo de aves sobre el mar
La sombra y noche como ausencias de luz
A la izquierda de tu nombre
En el engaño del sur
Bajo tu cuerpo
En el límite de esta puerta
Al Este y al Oeste de tu sol
Miras en el puerta que abriste en mis ojos
Vienes mamá
Tocas con mis manos
Aprendes con mi nombre
Cruzas y regresas en mi piel
Lo que pasa en mi alma
pasa en todo los cielos
hay aquí rubor de crepúsculo
primera estrella
trabajos del viento sobre los sueños
Estoy encerrado en el cielo
Casi en la puerta del Imperio
Casi en brazos de mi madre
Justo en un himno de luz
Juzga con razón iluminada
con amor aclarando tu mente
con temple y visión muy tranquila
siempre con reglas de igualdad
escuchando, observando,
regresando varias veces a los hechos
imbuido de humor, de prudencia, de tristeza
Juzga bajo el peso del futuro
hazlo con memoria y con trabajo
examen riguroso de las piezas
sin prejuicios
sin premura
con el alma empapada de belleza
Estoy de vuelta en mi nombre
Justo hoy
Antes de nacer en las manos de mi hija
Antes de mirar al cielo
y escribir futuros que ya se acercan
La niña
Sobre su cabeza lleva el sol
Una diadema de estrellas
Notas musicales
el aliento y los signos de Dios
Ningún día vale la pena
si está vació de abrazos
si falta el sol
o Isidora declina en su luz
Llegó el color rosado
La sonrisa querida
Esas manos fresquitas
Nuestra cantante
Mi pequeña hermana del mar
Todos aprendemos a morir
Unos con arte
Otros entre balas y armaduras
Los menos allá en la noche estrellada
Nunca creciste corazón
Llevas el mismo cielo que a tus quince años
Guirnaldas en tu cabello
Ese anhelo nacido anoche
La misma fuerza, el afán de hoy
Combato las reglas de mi alma
Aquella de dormir y despertar
La de buscar el sol
La de escuchar antes de hablar
Esa de secar mis lágrimas antes de salir a la calle
No hables Chelsea
No infectes más la herida
No rompas la tregua del silencio
No intentes escapar de tu conciencia
Lo que cabe en mi alma
Cabe en todos los cielos
Igual que la mirada de mi padre
O el aire que sacude mi conciencia
Hoy pesó el cielo sobre mi alma
pero varios soles me sostuvieron
y no me derramé sobre el fuego
ni caí dormido en las aguas
Hay en mi alma primavera
pero también
mil inviernos perdidos
en cambio tú / Rita querida
llevas septiembre en tu nombre
enseñas con tu libro de sonrisas
hay en tu presencia un murmullo de bosques
y la música del aire empujando al volantín
Estoy hecho de solsticios y aciertos
De miedos, justicias y fuerzas
Evidente piedad de la aurora
Magia y el poder de mi Reino
Estás cerca Papá
Tu madre y las estrellas
cuidan tu sueño
estás cerca y lleno de tiempo
Un muchacho enamorado de Alicia
El hombre que llega silbando a su hogar
No creas Gonzalo
todo lo que dice el invierno
respira profundo y no lo creas
indaga con el amor de tus ojos
con la herencia de tu nombre
con el sello y el arte de la paz
Dónde estás hijita
Qué alegría llevas en tu hoy
¿Escuchas el río de horizontes?
Las quebradas heridas por el agua
La gracia del viento
El poder y los juegos del sol
Nuestra luz es silencio
Patria del sur
Pequeña heredad de esperanza
Montaña en los bordes del mar
Se fue Isidora
Dejó la atmósfera llena de su sol
Rastro de luces
Eco de sonrisas
Algo de sus manos heladas
Su espíritu con hambre de saber
Elegí mi nombre de mar
Mi rostro de espuma
Granizo sobre océano
Poderoso rayo de agua
Efdiram en mi viaje al azul
Busco lugares de memoria
Ciertos libros
Algunos recuerdos
Latidos de estrellas
Fuentes de luz para seguir este viaje
El amor está hecho de primavera
Las estrellas lo saben
Igual que vaivén de las palabras
Y los brotes de luz que que nacen de la tierra
Abres el mundo diciendo apruebo
Abrazando naciones de esta tierra
Igualando pueblos
Entregando poder a las mujeres
Eliges libertad diciendo apruebo
Reforzado el poder de los obreros
Las regiones
Lenguas y culturas de esta tierra
Honras al cielo diciendo apruebo
Amparando el fluir de las aguas
La democracia del bosque
Risa y pudor de la infancia
Honras la Luz diciendo apruebo
Haciendo del educarse un derecho gratuito
Del espíritu un templo
Del respeto un sendero
Honras la justicia diciendo apruebo
Acercando jueces a la gente
Aumentando su independencia
Elevando la hermandad en septiembre
Mamá, te encanta el número 24
Une tu alma con la de mi padre
Resplandece como un día de fiesta
Como tu rostro
Como el verano
Amo tomar los rumbos de la mañana
Heredar su aurora
Elevarme en los tinos del azul
Andar y desandar los senderos
Herir la primavera
Colgarme de un rayo lunar
No digas tu nombre a la muerte
Que pase ella sin conocerte
Sin estudiar tu olor
Sin respirar tu aliento
La palabra yo está llena de nombres
Duerme y despierta
Vuela y crece con su cello
Parece tener sólo un rostro
Mas tiene cascadas de aromas
Un escudo de espejos
El libro en que lloran tus sueños
Mienten los ojos de este invierno
Esta edad de la lluvia
Hora y país del cariño
La cintura y el pubis de este día
Se trizan y tuercen los nombres
El manto que cubre lo simple
La edad del silencio
La vara de los sordos
El pecho y la mejilla de este tiempo
Lo que escribí
fue para ti y tu alegría
para el cielo que alimenta mis sueños
y también para la tierra
nuestra herencia de palabras
la raíz y el otro sol de nuestra casa
Escribes en tus cuadernos de universidad
y yo salto entre letra y letra
aparezco entre silencio y pizarras
poseo un lugar en tu abrigo
te saludo desde una pregunta
o desde una ventana hacia el puerto
A veces te acompaño en el bus
Te escucho rezar
Anoto frases invisibles en tus libretas
El tiempo y la tierra son lo mismo
Igual que la palabra y la sombra
El viaje
La tromba
El suave desandar del peregrino
He descubierto mi sangre
Habitan estrellas aquí
Ciertos hilos del mundo
El cielo y sus pies de bandera
Resumo los nombres de mi país:
Océano, bosques, piedras solares
Niños con labios de leche
Ojos indígenas
Plegarias de niños
Barro cubierto por nieve
No quiero esperar la sangre fría
ni enervar mi tiempo en tu retorno
ni encogerme en silencios
ni suplicar la brisa a nuestro cielo
No, quiero
No me va tanta paciencia
Ni el temor de mi pueblo
Ni los hieros y traiciones del olvido
Jesús anunció el fin
y las viejas piedras del templo
apenas movieron su soberbia
descansaron al verlo maniatado
pensaron en Él
cuando Roma las arrancó de cuajo
Nada me abraza más que este invierno
el tic tac de los sueños
patria y fe de los muertos
la calma sacudiendo sus silencios
Nada me separa del amor
porque siempre estoy allí
y abunda mi sol en tu cuerpo
y tu calor se cobija en mi nombre
lo mismo que tu boca
y la matriz de tu cantar
Cuando Netflix está en todos
yo resido en Ondamedia
Por cierto Lalulula TV
Archivos de cine clásico
Cineteca Nacional
El Ojo tras la H y la B
Todo nuestro sábado estuvo contigo
Me abracé a tus lágrimas
Pasamos de una lluvia a otra
Nos alojamos en el viento
Allí nos arrulló el sol
Lo que salves hoy
Será un cristal mañana
Niños caminando en la playa
Los ojos del cielo sobre mi nombre
Irradias la noche en tu nombre
Hay cometas en tu aliento
Un ojo de cristal
te busca desde el cielo
y desde tu centro
La niña tiene su rostro redondo
La piel tibia
El alma llena de palabras
El norte escrito en la nariz
He estado en el nombre de las cosas
En el borde urbano del bosque
A tres o cinco nudos de la muerte
En el aire y el fuego de la vida
Hablar de Cole Porter es hablar del Gran Libro de la Canción Americana, que construyó junto a Irving Berlin. George Gershwin y Jerome David Kern, todos ellos francmasones.
Sin embargo, Porter, nacido en 1891, en una millonaria familia de pedigrí petrolero en la localidad de Perú, en el estado de Indiana, se incorporó a otra institución iniciática en la Universidad de Yale, la célebre Fraternidad Kappa Delta Kappa, en la que compartió sendero con los presidentes francmasones Theodore y Franklin Roosevelt, entre otras desatacadas personalidades.
Probablemente su explícita y pionera homosexualidad, le impidió caminar sobre el mosaico, conforme a los criterios conservadores de la época.
Pero su amor por la verdad y la justicia, quedó explícito en las canciones de las que fue autor y compositor.
En efecto, el arte de Porter, generalmente en tono de comedia, dibujó, el rostro de la sociedad norteamericana, develando la realidad del comercio sexual en "Love For Sale", la extendida corrupción en "Anithing Goes", el estilo de vida de la elite plutocrática en " I get a kick of out you", en que logra vencer la censura, nombrando la cocaína; y la naturaleza apasionada del homoerotismo en I've got you under my skin" e "Easy to love"
Falleció en 1964 alcoholizado, deprimido, y con una pierna amputada, pero dejando una nube de belleza sobre el espectro musical de la Tierra. Sincrónicamente, su obra más popular, marca la frontera crepuscular entre la noche y el día, momentos del día celebrados ya por los pitagóricos.
Creo en Emma Thompson
y en la forma
en que actúa con su piel
La ternura que expresa su cuerpo
La lluvia que baña su rostro
aquellas tardes en que sale del set
En mi país
hay múltiples naciones
Persisten los rapa nui
gigantes que enseñaron al mar sus rostros de piedra
Changos
que aún lavan sus silencios en aguas de sol
Quechuas y aymarás,
inventores del nombre de Chile
Diaguitas, artistas de la arcilla
Kawésqar, yaganes y Selk´nam
casi hundidos en el frío del tiempo
seres con fuego en su interior.
.
.
Hay mapuches fuertes como la ternura
héroes de resistencia
seres creados por estrellas
ojos y espíritus del bosque.
Africanos secuestrados de su mundo
y collas,
como mis ancestros que honraron a la Luna.
.
.
Están también los que perdieron su raíz
ignoran el sentir de sus mayores
no escuchan el decir de la montaña
no honran a sus árboles
no recuerdan su herencia
olvidaron su lengua
y han extinguido su luz.
******
En la imagen, un grupo de indígenas Kawésqar
Chile lleva en su alma
tanto sufrimiento indígena
genocido y tortura
humillaciones
robo
usurpación
atropellos del hinca hacia la tierra
Tengo frío en mi alma
Quiero hilos de tu nombre
Un lucero parecido a tu boca
La chispa que figura en tu píel
El mundo se ha hundido al revés
y ya no puedo rescatarlo
no cabe un libro más en mi mesa
y el oro del Nilo puebla mi nariz
Capturo palabras
voces que llevan siglos en sus puestos
ideas abrazadas a lo humano
bibliotecas
hospitales
trazos de bondad que permanecen
Los viernes hay un sello en tu nombre
Y me atrapas
Eliges este cuerpo
Y el fuego que rompe mi voz
Ella reduce mi pena
Exige al día su nombre
No es sombra
Es la vida que sana la tierra
Mi hija enseña con su ternura
La gentileza de su nombre
Su brío en la araña
El poema de las trenzas
en su cabeza.
Enseña con sus ganas de conversar
El latido de la música en su carne
Su amor por la gente
Su luz tan grande en los días de lluvia
El lenguaje creó a Dios
y los hombres nos hicimos sacerdotes
fieles
peregrinos
mentes que renuncian a la fe
Me duele esta tierra
Sus miedos de piedra
Cierta actitud de incendio
Tribu de castas
La ausencia del otro en la piel
Gonzalo, imagina la cárcel
El frío atacando la aurora
Cierta piel del silencio
Los humores de la carne
La tumba y el catre de lo humano
Tejes
y los nombre del sol se abrazan
Tejes
y mis verbos caminan en tus manos
Tejes
y escribes un libro de lana
un relato de luz
imperio de nudos
hechizo que encierra la carne
En las calles, el pueblo nos llama primavera
Hijos de la Noche
Hermanos
Seres consagrados al amor
Imagino el mundo sin nombres
antes de que alguien digiera agua,
mamá o hambre
Los cuerpos ya eran viejos en primaveras
y el viejo sol
iluminaba en silencio
Me abraza una araña de hielo
La madre y el padre del frío
Cierto horizonte de ausencia
Una voz insolente
Cierta premura de muerte
Aquí observo el tiempo
Atisbo su piel bajo tu chaleco rojo
camino sobre techos sangrantes
y lo siento sobre mi rostro
justo entre las 7 y las 10
Dadme la ciudad de Londre
y el domo de Saint Paul
Ese que miro ahora desde el Tate
Desde las cimas de Bruneleschi
Encaramado en Sofía
y, por cierto, desde el viejo Panteón
Darme el Támesis y sus lanchas rojas
Aldergate Station
El afán de los cambistas
Nuestra casa en Covent Gardent
El teatro que espera a Isidora
junto al agua que vendrá
Y gracias por la sonrisa roja en mis ojos
su elección de truchas y rábanos
ciertos remolinos en el río
La puerta que abrimos en Londres
El sol tiene su raíz en el fuego
Allí muerde la piel del universo
fecunda el paisaje
anima los mares
sopla su luz hacia el cielo
Vamos a Cambridge desde la Cruz del Rey
Es cosa de ingresar al bosque y encontrar las
hallar el ojo de las nubes
Bajar en picada hacia la Torre Mayor
Lo que no entiendo
son las leyes del sol
Cierto amor por el Soho
El dolor de los actores
La ira y el deseo
Nuestra sidra
Ventajas de la noche en Trafalgar Square
Nada en el mundo está fuera de Londres
Piedras y sonámbulos la visitan
Lo mismo que la sombra de los colores
Nuestro brillo de enamorados
Un breve rocío
Sinfonías aún no escritas
El silbido y la nariz del tiempo
Leonardo tiene su puerta al cielo
Por cierto, un acto de justicia
Química del tiempo
Su alma en la ciencia de volar
Sálvame de Roma Lorenzo
Defiéndeme de sus taxistas
Dame sombra en este calor
Guíame en el viaje de las palabras
Maestro del sentido y de los términos
Hombre tallado por la luz
Junto a Carola
En la marejada de sus ojos
Sobre las orejas del verano
Asido al rabo de un taxi
Mi cuerpo está sobre piedras y agua
pende de una soga vestida de algas
recibe y refleja al sol
flota sobre aguas tranquilas
mientras el texto lo observa
y lo empuja a la orilla
Antes de Santa Zita y el Santo Rostro
La mitad azul del verano
Voz tranquila del Serchio
Una copa de luz en el patio de Gentucca
Quizás mi pan se convierta en flores
y nuestra agua en vino
gente baila junto a su santa
los viajeros siguen anhelando a Lucca
No le mientas a un poema verde
No lo hagas porque es infinito
y escucha tus sombras
salta y retorna en el tiempo
limpia y recibe tu boca
Miro hacia uno y otro lado
y veo a mi madre en abanicos
puentes
calor y cristales de Venecia
Escucho a mi hija conversando en francés
Enunciado palabras de Dante
Conversando en inglés
Preguntando en alemán
El sol y las aguas
presiden esta fiesta
también los rayos nocturnos
tanto arte que cruza desde un sueño.
Noche en el Gran Canal
Venecia exhibiendo su belleza
Serena decadencia
Mercante
Bélica
Industrial
El agua registrando tantos sueños