No tomes en serio la muerte
Si viene por ti, no huyas, sólo guíñale un ojo.
Millones de miradas me asedian en la noche
Buses pasan en mi memoria
Falta cielo en mi cabeza
La rosa del silencio
y aquellos ojos que leen mis recuerdos
Aquí acepto las razones invierno.
Sumo sus pausas y preludios
Perdono vendavales y granizos
El barro
La saña del aguacero
Mi aliento congelado por el aire
Lo que no acepto es a mi silencio
Ese no ver y no hacer
Mi par tiritando en la calle
Vencida su tibieza por el frío
Invadida su pobreza
Castigado su sol
Quebrada la hermandad entre los hombres.
Imagino un camino de piedras
Ambos calzamos sandalias
Hay vino y queso en nuestros bolsos
Guirnaldas en tu pelo
Tus lentes que tornan azul la pradera
En mi diestra el báculo
Nuestro apoyo en el largo viaje
Mientras lo alto se llena de aves
Y los carteles anuncian las torres de Bolonia.
El valle del Po nos envuelve
Las hormigas gritan tu presencia
Lo mismo que uno y otro heladero
y el fantasma verde
de las cinco de la tarde.
Soñé con Myriam Parra.
Estábamos en la calle,
en las mesas exteriores de un café.
Hacíamos desde allí un programa de radio en apoyo a nuestros Muros que miran al Mar.
Myriam lo hacía muy bien,
pero yo, pausado por los efectos
de la vacuna, tenía dificultades
para hilar las palabras.
De pronto pasó un río de gente
y un hombre altísimo
siguió con el programa.
Entonces comprendí
lo que estaba naciendo en mi alma:
Hay que crear un Carnaval.
Al despertar pensé en Carrera y Balmaceda.
El Carnaval de Colonia y la Fiesta de Abril.
Dos fines se semana con desfiles de disfraces.
Fuegos Artificiales y Feria del Libro.
Teatro callejero y en Masita.
Fiesta en Orompello y en Villa Moderna
Baile en el Patio Andaluz
Degustación de Cervezas y Espumantes
Sitios patrimoniales abiertos
Visitas guiadas a los murales
Guirnaldas en Quebrada del Sauce
Globos en Caleta Portales y en Miramar
Y en el plano material:
Fondos para los muros
Reparar y viajar hasta Delicias
Reforzar la identidad del barrio
Nuestro abrazo junto al mar
Barrio feliz para el Nuevo Chile
Un hombre marcha hacia el invierno
Lleva la aurora en su espalda
Un secreto pentagrama
Aquella caja con recuerdos
La leche que bebió de su madre
Mi tren azul está en la Sala de Emergencias
Piens su cabeza y su espalda
Cree estar vivo
Siente un poco de miedo
Va derramando el tiempo en las estrellas
La ciudad pule su nombre
Regresa la risa a estos jardines
En la terraza champaña
Musaka y zanahorias
en medida justa
Una sandía roja para la paz
Confío en el aire y nuestros cielos
Quiero que me devuelva tu rostro
Me acerque a la fiesta de tu risa
Y pasemos juntos los inviernos
Hija y padre unidos
Uvas del mismo racimo
Dos gotas de un río infinito
Escribo interrogantes
y forman una columna efervescente
Luego anoto respuestas
que viajan rápido
a parir nuevas preguntas
más jóvenes
más delgadas
más cercanas a las estrellas
No hay fronteras en la muerte
Los ángeles
no guardan allí sus skates
y la hembras desnudas
que allí pululan
son sólo reflejos
anticipos de madres
que parirán la luz
Dame un peligroso silencio
y bésame bien
Deja que tu luz
atraviese mi cuerpo
y anida tu rostro en mi piel
Yo escribiré en el cielo
tus ojos de niña
El telar de tu sonrisa
Tus manos que borran los nudos
Tu mente que vuelve a rezar
Varios monstruos
habitaban mi noche
Asediaban cuerpos femeninos
Mentían
Robaban el tiempo
Ultrajaban la dulzura
Perseguían la esperanza
Hubo entonces agua y luz
Poderoso fuego
Paso valiente por la muerte
Deseo de persistir
Sentimiento de hermandad
El sol brotando en las montañas
Me gustas
Eres la que cuida el invierno
Maestra
Dulce en tus colores turquesa
Espíritu que bulle
Nombre del sol en mi centro
Eres mi alma y mi tiempo
Cielo que escribe mis sueños
Ángel bordando mi nombre
Agua de piedras y montañas
Espíritu
Mi antigua casa en tu vientre
Cada día devoro el mundo
Mis labios derraman océanos
Cimas de altas montañas
Roqueríos erectos
Ciudades de barro
Planicies
Caravanas
Pirámides invertidas
Ejércitos de tanques
Largas brigadas de elefantes
Por la noche, prosigo con la Luna.
Mamita:
Hoy dibujo mi alegría en tu nombre
Y me acerco hasta abrazar tu dulzura
El imperio de tu piel
El viaje de tu luz por los cielos
Lo que encima queda es la memoria
Tu cuerpo abrigado sobre la terraza
Nuestro viento
Tantas y tantas preguntas
La vida persiste en los ostiones
Aves sumergiéndose en las olas
Fabiola en el arbusto de besitos
Día de andares y sabores
La ciudad caminas obre el mar
Alguien nos espera en Tombuctú
Quizá los santos del Islam
Libros que escribieron otros siglos
Aquellas manos de la arena
Oro dormido en el Níger
La Corona de Mansa Musa
La rosa verde de África
Siempre hay un día para abrazar a Chaucer
Pensarlo nevegando
Escribiendo después del trabajo
Enriquecido por pequeños sobornos
Peligrosa vida en la Corte
Arte de atender a los Reyes
Tengo diez nombres para mundo:
Agua
Hogar
Tercer barrio del sol
Patio de todos
Roca de Vida
Nave espacial
Gran casa redonda
Planeta de aves y árboles
Capital de los nombres
Bella madre en el cielo
En mis horas un día de piedras
El sol clavado en las paredes
Tu vestido rojo como bandera
Negroni en Asamblea de los Soviets
El mundo bajo el suelo de mis letras
Siempre hay tiempo Gonzalo
Huesillos y mote en tu verano
Tu bella esposa
Estrellas espiando en la ventana
Hay tiempo compañero
El sol uy la lluvia pasan por tu rostro
Tu hija te abraza
En café de visita desde la altura
Hija, toma tu libro de luz y sigue adelante
Endereza ríos con tus brazos
Vive en una ronda de sonrisas
Quédate siempre en mi abrazo
Fluye como el agua y el aire
Has dormido junto al mar?
Yo lo hice
Y pasó la muerte a nombrarme
con sus tijeras de mango verde
Pero muy arriba.
las estrellas,
me soñaron.
A mis Capitanes:
Perdida Jerusalem, id por el mundo.
Buscad las antipodas de Sión
Las costas que visitó Ulises
El monte que muestra el horizonte
Allí levantareis nuestro templo
7 signos habrá en vuestra frente
De de cada uno de ellos seréis purificados
El sol despertará en vuestro centro
Y en ese campo de luz habrá Fuerza de Amor
En el pelo, mi niña tiene una flor violeta
Usa el mes de enero en el rostro
Rayos de luna en las mejillas
Todo el océno en sus ojos.
Hay campanitas que la miran y besan
Nubes azules la rodean
y su ángel preferido la besa
La pequeña razona
habla idiomas de la tierra
canta mil veces al día
viaja a su silencio antes de dormir
Isidora canta en alemán
Conoce el idioma de la Luna
EL francés del Canal San Martín
Algunas palabras en árabe
El idioma de Sansón y Salomé
Todo era de piedra y de luz
Había mutos cruzando mi alma
Un nido de arañas em mi centro
Una espada nocturna en mi boca.
En la ciudad de Ur
tomé una sopa reconfortante
tenía grada, ajo y cilantro
poseía el bamboleo de las barcas
y el dejo amargo de la cerveza
Aprendo cosas del cielo
Disfruto su piel desnuda
El impulos de su risa verde
Sus tibias manos de viento
El grito gigante de de su orgasmo
He sentido las manos del sol
Su mirada sobre mi cuerpo
Sus flechas invitándome al mar
Su puño en mi ventana del norte
Adelante, firme como la torre
Deja tu nombre en el cielo de verano
Que susurren tu poder lo crucigramas
Y quede tu alegría en las ciudades
Las antiguas paredes
La memoria azul de las novias
Lanzas contra mí la primavera y yo sonrío
Me confío a la ternura de mis abuelos
La bandera roja de Ulianov
Aquellos ojos de Luis Emilio Recabarren
Estrella de Chile hundida en Simón Bolívar
Pienso entoces en mis letras grises de abogado
Los niños que aún respiran por su simple mérito
Las madres que lograron abrazar a sus hijos
Los ancianos que sufrieron menos
Lanzas contra mí tus suciedades y yo sonrío
Saludo a una multitud de obreros
Nuestra sangre en la Plaza Colón
La escuela ultrajada en Iquique
Nuestro pueblo no agrede a nuestro pueblo
Se que soy increiblemete bello
Poseo libertad del cielo
Veo distintos futuros
Elijo la amistad del sol
Soy agua
La piedra que sella el silencio
Estoy atado a tu vestido rojo
Sabia mujer alegre
Mente inspiradora
No casta
No sumisa
Trozo del cielo en mis brazos de hombre
Venus colorada
Cuerpo que toca mi cuerpo
Hay un poema escrito en tu sonrisa
En la obediencia de tu boca
Su intensa rebeldía
Su hambre de cubrir mi cuerpo
Día de luz
Viento de tus ojos
Tu lengua aplastando mi tristeza.
La niña me enseña a vivir
Mide la distancia entre sus sueños
Alegra mis tareas
Es un sol que me dice papá
Has creado mi postre a fuerza de besos
y yo lo devoro como chocolate
recojo su crema que nutre mi boca
frutillas que sobresalen
flores de mazapán y fuego
Imagina que eres otro Gonzalo
Uno que camina sobre el aire
Capitán librado a los vientos
Papá del invierno
Taxista con sombrero de plumas
En los 100 cantos encontre el secreto
10 por 10 igual 100
Las 10 piedras de la tretratkys
Con diez triángulos construyo el decaedro
En su interior el Lucero
Amanece la estrella
Beatriz iluminando el texto
Fulgura el zafiro
En la imagen, la firma del poeta
Ain Sof no abre la puerta
No admira el olor de los damascos
Más que ciego, no percibe
No castiga , no enseña
Ni siquiera bebe café mientras fuma
Puedo afirmar que no tengo alma
sólo tiempo y sangre
unos cuadenos con frases
estrellas que forman mi noche
Alicia en cielos que cantan
El tiempo usaba pantalones cortos
Había flores en las ciudades
Abundaban los veranos
Había lagartos en el campo
y prisioneros secretos
pensaban en sus hijos
y evitaban el llanto
antes de entregar su calma
Sobre Valparaíso, el poder del sol
Su beso que brinca 11 minutos
Mi cuerpo que es su carne
Igual que el bosque y la lluvia
Bendita piedra de fuego
Punto que miraron mis ancestros
Alma de Luz
Padre de rayos
Ser en la cabeza del mundo
Hay ciudades en mi alma
Una capital en mi hija
La Cordillera con el nombre de mi madre
Escuelas que llamo papa
Varios ríos que llevan a la aurora.
Salgamos a buscar la ciudad
Abrir la puerta del sol
Cruzar ríos de personas
Alzar alegrías
Romper 7 o 10 espejos
Caminar con el agua hasta las pestañas
Lo descifré Sandro.
Gritaste que tu trabajo no es engaño
Eres creador de verdades
No otro mago del fraude
A más de 500 años,
te agradezco la conversación.
Tu trabajo elocuente
El colorido fraude luce albo y sin pintar
Virgilio lanzó su cuerda
y tú no necesitas artilugios
paños de Turquía
Los colores vitales del estafador
En el libro del cielo las estrellas se separan
Pero tú no has marchado
Regresamos sobre rocas de cemento
cenamos fajitas inventadas
y volviste a tejer tus preguntas
tu montaña de cantos
el viento de alegrías que soplas sobre el mundo
El día en que recién casada
llegaste a Florencia,
todas las cosas tomaron nuevo nombre.
Los mercaderes abandonaron sus negocios,
hombres consagrados abandonaron su Fe
y los marineros renunciaron al mar
.
Tu rostro iluminó estandartes de campeones,
se hizo sol en los sueños
e invadió el hacer de los pintores
que buscaron, con pinceles, imitar tu luz
y borrar tu temprana muerte.
.
El más conmovido fue Sandro Botticelli
que vió en ti: Alegría,
Venus, Primavera y Flora.
Años después y en virtud de testamento:
los huesos del artista miran para siempre los vuestros.
Done aquí para mantener funcionando este blog.
Mi navidad tiene trenzas de sol
Me lleva en los brazos
Hace gatitos en los vidrios
Me defiende con su alma
Respira
Abraza
Es mucho más que la palabra mamá.
En la franja nuestro castillo
Las sucesivas fortalezas
Manzana que madura en el viento
La espada de Homero
El prado que mira nuestro sol
En una servilleta : los nombres del cielo
Todo el rojo de tus labios
Mi bandera blanca
Nuestro mapa de viaje
Agua tuya
El rayo que lanza mi estrella
En la puerta del horno se quema el sol
y gritan inocentes los condenados
millones respirando los gases
cavando tumbas
atendiendo asesinos
antes de caer degollados
consumidos por el fuego
desnudos y completamente humanos
Es de buena suerte pagarle a los poetas
Invitarlos una copa de sangría
Cierto almuerzo con parrón y vino tinto
Un pasaje sencillo a a la mitad del cielo
A este solsticio
A la palabra compromiso
No se quede en el pensamiento: Aporte para mantener funcionando este blog que cumple 11 años de diaria creación.
Tengo un libro en que cabe el sol
Habitan distintas naciones
El pasado
Las novias e hijas del tiempo
En cada página, las preguntas
El destino
Cierta textura de sueños
Oídos y marcas de Dios
El tarot de Irma,:
anuncia la historia
y esboza los personajes
Mas tarde, habla Paris
gente de los café
aquellos galanes callejeros
la vendedora de sombreros
nuestra taxista
el hombre que devoraba ranas
Dos horas en la vida de una cocotte
Su dama de compañía
Su Señor
El músico que la modela
La amaiga de avanzada
En los muros: El perro andaluz
Para enfrentar: el cáncer
los viejos funcionarios de hospital
el médico de tumores
Nace un amor en el parque Simón Bolívar
Corre el año 1962
Por cierto: Solsticio de Verano
Espejo roto
Sólo las cartas tienen colores
Prefiero el verano en Florencia
Júpiter y Saturno tienen una cita
Él llega con sus lunas
Ella luce sus mejores anillos
Nosotros miramos desde la terraza
Las gaviotas guardan silencio
Los lobos duermen en paz
Para variar y con gusto: nos besamos
Los viajeros avanzamos en el cielo
Miramos al vecino
No hay luces rojas
Sólo tres planetas en línea
Siempre, el Universo que baila
Nos hieren las palabras
El tiroteo de miradas
La tensión del rostro
La rabia del mundo
derramada en nuestro cuerpo
Aquí la torre de aire
Bella ciudad en los sueños
Beso efímero
Abrazo invisible
Duda en reino de silencia
Necesito las razones del territorio
La vida de los nombres
Mil veces la palabra mamá
Sus ojos
Sus labios aceptando mi frente
Aquí nos besa el eclipse
Habita el péndulo y la risa
La Luna se opone
Crece el tiempo
Hay alerta y hondura
Ahora, se triza el silencio
Imagino la vida al interior de mi madre
Cruzando jardines
Mordiendo aceitunas
Abrazando a mi padre
Ella y yo en los patios del Pedagógico
En el cine
Las Cachás Grandes
La Peña de los Parra
La pienso subiendo las escalas de mis abuelo
Comiendo albóndigas scon su padre
Tomando jugo en el Café Vienés
Mirándome fijamente a los ojos
Aprendí a girar hacia la izquierda
borré la magia del Palatino
sumé el agua, el aceite y la luz
las empujé con mi mente
y retrocediendo a la noche
cerré la puerta de Dios
Si abres tu mente a la luz
Nunca el océano podrá borrar tu corazón
Ni caerás en falacias de la noche
Tributos al miedo
Falsos caminos de falsos agentes
De ciudades alzadas desde tumbas
He herido al país con mi mirada
Con el brusco latir de mi nombre
El vértigo de mi cuerpo incendiado
Lanzo esta mirada de acero
Hay tensión en mis músculos
Parezco un niño gritando por falta de atención
Mi corazón tiene fuego
Dispara sus poderes sobre la tierra
Flamea sobre la noche
Martilla
Disuelve
Empuja su tempestad sobre la Iglesia
Cumples las edades de la luna y estás feliz. Recibes los ojos del sol. Llevas mi nombre en tu frente. Bailas cuando crece tu amor.
La torta lleva panqueques y manjar. Eres alegría y abrazos. Disfrutas las amigas. Tu mirada camina sobre el mar.
Eres como yo
Guardas moscas en primavera
Abres tumbas en el garage
No lloras
Gritas los orgasmos
Nadas desnuda al atardecer
Tomas a la niña
y ofreces enseñarle religiones
la cultura del espíritu
los diversos caminos de la fe
Luego, sacas tu sable de la manga
y la llevas hasta el agua clara
para hundirla en río ajeno
Lejos de la Luz
En tan lejana vereda.
Me encanta la cultura dices
Verás
Tal vez basta con atender
Conversar tus sueños
Sacudir las bibliotecas
Abrir los poemas del sol
Basta con la amistad
Dibujar sonrisas en las mejillas
Dudar las historias
Saltar entre gaviotas y retratos
Llegan temprano los dedales de oro
Cargan sus rieles y quebradas
Vienen con su color de alegría
Bella alfombra naranja
Filtro de sueños
Sonrisa extensa de la tierra
Aquí fornican los dragones
Marcan sus huellas los poemas
y las hembras mojan estas noches
hasta quebrar el mundo
domarlo
hacer del sexo un diluvio
Buenos Aires es perfecta
Sus avenidas cumplen primaveras
Huelen a frambuesa
Llevan desde la lluvia hacia Dios.
Amanece
y muerde su primera fractura
baila entre obuses y vitrales
lee Sur
de gala, asiste a la ópera
usa zapatos de tango
piensa en teatro y en el fútbol
Abres el tiempo con tu nombre
Llevas hacia ti los rayos de sol
Los tomas con tus manos delicadas
Haces ovillos de luz
y guardas silencio ante esa esfera
Borras el tiempo con tu nombre
Mientras acercas tu piel a mi cuerpo
Reduciendo el andar de los segundos
Las caídas del otoño
La ostentosa muerte del momento
Mi niña es una persona distinta
No soy yo
Es el árbol que crece en mi nombre
Otro lenguaje de estrellas
Antípodas de mis ojos
Otras cejas comentando su alegría
En cuaresma
Ciclos de la sangre
Olores cruzados
Ternura de miradas
Cuerpos que el deseo atrapa
El fuego purifica la tierra
A veces soy insoportable, un orador de piedra fornicando al infierno. El amigo de la lluvia. Un sombrerero tartamudo. El hombre que juzga los senos.
Entonces crece mi torpeza. Anudo con nubes mis moños. Almuerzo un salario de hongos. Me gusta orinar junto a centauros.
¿Y si volviera a ser como antes? Un robot a cuerda. Bombero de nieve. Cineasta ciego. Hombre ahogado en su semen.
Vi y abracé a mi madre
La escuché hablar y emocionarse
Crucé el agua con mi cuerpo
Viajé abrazado a mi hija
Ahora,
llevo marcas de sol en mi rostro
leo años en mi pelo
huyo de tus lápices azules
veo delfines en la pared
Estamos en el hogar del humo
Habita la luz de Carlos Marx
La noche de Freud
Nuestro océano esperando mi abrazo.
Hoy es un día importante
Mi enamorada tiene la primavera en su nombre
El sol la mira y se sonroja
Hay viento
La risa de Patricia
Tu arte en chocolate y frutillas
He calculado que un poema
debe ser tan lento como la aurora
siempre con veloces destellos
palabra sobre voz y tambor
bastones marcando los ritmos
la carne preñada de cielo
rayitos antes de la muerte
La noche lee y estudia
Me besa en la frente
Sopla sobre las olas
Deja su ropa en la silla de este cuarto
Pasa desnuda a formar mi alegría
En qué ciudad está el amor?
Lo he visto en Curicó
Celeste sobre nuestro puerto
Verde y azul en Recreo.
He visto sus anillos y sus sombreros
Su cajón de esmeraldas
El libro que estudian su ojos
El poema de sus mejillas
Cierta lagartija sobre su nombre
Y en todas partes
su ciudad me abraza
abre sus senderos colmados de cisnes
presenta el bosque de sus coros
tropieza entre el silencio y la luz
Los dioses han llegado a nuestras mentes. Escalan raíces neuronales. Observan el mundo en nuestros ojos. Sienten la humedad de la tierra. Han comenzado a abrazarse. Ríen cuando nuestros cuerpos se aman.
Estoy aquí para degustar tu voz
Subirla a mi boca
Sentirla reír en la noche
Pronunciar tu certezas
Incluir tus certezas en mi viaje.
Ven a despertar en mi nombre
pues hundiré mi ego en tu rostro
y crecerá mi año en tu cuerpo
nuestro roce de sal
el viaje que intuye tu ángel
Así el aire hablará en nosotros
Y mis zapatos seguirán tu rumbo
insistiendo en el color de tus ojos
tus heridas de cocina
las ideas que juegan en tu sangre
Nadie se quedará sin victoria
Habrá libertad para todos
La sombra besará a su luz
y el árbol llenará de frutos nuestra casa.
Es que mi hogar será tu casa
Volveremos a abrazarnos
A conversar la extensa noche
traspasados por la palabra
libres en el recuerdo
felices al reír con el presente.
Las rocas rugosas
presentan las arrugas de un rostro
Los ojos grandes
La trompa y la boca de un elefante
Entre las heridas de la piedra
fluye agua
un líquido cuajado de sol
el espíritu del bosque
ahora bañando los cuerpos
Poco a poco nos vamos desnudando
El agua nos acaricia y complementa
Femenino y masculino se tocan
Aprietan
Fluyen en la corriente
Mudan la distancia en amor.
Pero otro espíritu nos alcanza
Uno en otra dinámica
Traje de baño en una pieza
La diversión del agua
Se termina aquí la desnudez
Creo en las primeras cosas y en el aire. Hierro que pesa en mis sueños. El bosque. Tierra dormida. La lluvia. Cien años de paz.
Creo en el rubor de la mente. Nuestro Lucero. Barco de argonautas. Medea y su fuego. Mi hija. El hijo entre mis ojos y su nombre.
Caminamos con Isidora
Anduvimos relajados
por la cintura de Recreo
Nos detuvimos por helados
en el Reino de Fresia Parra.
El mío tenía bayas del bosque
El suyo, distintas variedades de verde.
La niña disertaba sobre Leyes de Mendel
Distinguía cuicos de pitucos
Surfeaba segura en modismos ingleses
Conversamos de un libro nuevo
Ella a cargo de las imágenes
El cómic
Zaga de aventuras
en catedrales y novelas
El ángel sigue sentado en la escalera
Cree intimidarme con su espada y cree bien
Tal vez tenga que esperar a que duerma
y tobarle las llaves
No sería el primer ladrón en los cielos
Ni el primer ángel caído por emprender su sueño.
Recibí documentos
importantes relativos a un viejo cliente
Le escribí y
resultó que estaba preso en Israel
Viajé de
inmediato, con un solo bolso por
equipaje
Llegué a una
cuidad calurosa y de gente morena
La cárcel se
parecía al hospital de La Ligua
Me dirigí a
una gendarme y hablaba castellano con el tono de Chile.
Me permitió
entrar a la Cárcel
Pasamos
junto a un puesto de comida, en que destacaba una amplia variedad de humitas
Seguimos por
escaleras y edificaciones hasta llegar a una zona en
ruinas.
El único preso allí era mi cliente, que jugaba
ajedrez solitario, peinado a la gomina, vestido con chaqueta azul y pañuelo al cuello.
En la sala
sin techo, los muros extensamente horadados, a modo de grandes ventanales, dejaban ver un
gran canal que cruzaba una ciudad llena de vida y de edificios más altos que los
venecianos, sofisticados, con la
apariencia del 1900.
Por el canal
comenzó a acercarse una balsa sobre la que pronto divisé a dos niños rubios que
reían en traje de baño, mientras se desplazaban por la rápida corriente.
Yo
estaba absorto y conmovido por el
paisaje, tanto, que no sentí el agua que llenó la habitación hasta que mojó mi único
traje y mi bolso con los documentos.
Mi cliente
se alteró por el incidente, yo pensé en comprar nueva ropa y desperté.