Los abuelos de nuestros abuelos.
De algunos recordamos sus nombres.
De ninguno: sus pies sobre la playa.
Sus cuadernos de escuela.
El poema que leyeron en sus bodas.
De la vieja humanidad.
Apenas el nombre de los reyes.
Laureados generales.
Simónides.
Grandes pensadores del Mar Nuestro.
¿Y la hermosa gente anónima?
Nuestros padres cruzando el polo norte.
Viajeros a la India.
Escritores sobre barro.
Iquique bañado de sangre.
Y sin embargo el lenguaje:
Quiltro, Almohada, Quillota,
Democracia.
La tenue presencia de otros seres.
Fuego de sus templos.
Juego de rondas.
Hilo del habla entre los hombres.
Este texto conversa con Hermann Hesse en:
Enseñanza
Algo más, algo menos, mi querido muchacho,
Las voces de los hombres son todas un engaño;
Sólo somos honestos cuando niños,
Y ya después en el sepulcro.
Yacemos luego junto a los que nos precedieron,
Sabios al fin y llenos de fría claridad,
Y, con huesos blancos, crujir hacemos la verdad,
Y alguno mentiría, otros preferirían una vez más vivir.
En las imágenes:
"Danza en calle de la Villa", de Pieter Brueghel el joven. Proviene de
Sotheby´s .