María Calcaño bebió su futuro.
Se hizo sexual como el agua.
Temprano Fuego.
Libérrima.
Poderosa astronauta
del propio cuerpo.
Libre al desfallecer.
Libre al ceder su humedad.
Libre al volar entre
cuerpos.
Su poesía excede signos
va de la razón al estallido
muerde la nariz y los ojos
grita al escapar del delirio.Ana María Velásquez nos sice de María Calcaño:
"Esta sorprendente poeta, nacida en Maracaibo en 1906 y muerta el 23 de Diciembre de 1956 escandalizó a su maestra en 1917 al escribir, a los 11 años, versos como, “...Me bajo el vestido, como si estuviera desnuda o lo llevara levantado por una sed desconocida. Acabando de salir de los brazos de un hombre todo un día vivido hondamente. Horas y horas de amor, de avasallante placer. Pero ésto es muy distinto. Se resume allí, en el sexo. Es algo que debiera estudiar la medicina, pareciera del otro mundo. Está en mí misma, me hace doblar las rodillas de deliciosa posesión, desde los nueve años. Como si me tomara yo misma. Pero sin rozar nada. Todo un crecer interno. Un desfallecer, un gran desfallecer...”.
"Por supuesto, la maestra de inmediato solicitó su expulsión de la escuela. Llevaba sus poemas en una especie de Diario, participaba en los círculos intelectuales de su época, se casó a los 14 años y era considerada una poeta subversiva. Es la poeta que inaugura el género erótico escrito por mujeres en Venezuela. Por vivir dos dictaduras, la de Gómez y la Pérez Jiménez, casi nadie la conocía, sus libros eran un escándalo en sociedades tan cerradas".
"Se lee y estudia ahora, cuando ya está comenzando a ocurrir el empoderamiento de la palabra femenina. Sus versos llenos de sensualidad y melancolía, puesto que su otro tema recurrente era la muerte (¿la lucha entre eros y thánatos?), son una entrada a lo sublime".
La reseña y la fotografía proceden de este sitio.