4 de enero de 2025

Ricardo Cumming Dunn

 


Ricardo Cumming Dunn[1]

Su fantasma recorre patios silentes de “Los Padres Franceses

Su hogar en Victoria 303

Oriente de la “Logia Aurora

Sus prósperos negocios en el puerto

Aquel perfume hogareño del pan batido

Sesiones secretas del “Comité Revolucionario[2]

Flujo de jóvenes hacia las fuerzas alzadas

Consejo de Guerra en Valparaíso

Viento que inunda Playa Ancha y su barrio de muerte

 

1891

Transporte “Imperial”

Torpederas “Lynch” y “Condell”

Últimas defensas de Balmaceda en el mar

Naves esperando a la sublevada Escuadra  

 

Desde Iquique llega la orden de hundirlas

Ricardo reparte una fortuna en sobornos

Canastas con pan esconden la dinamita

y van rumbo a las naves

El puerto está a punto de estallar

Pero uno de los conjurados retrocede y confiesa

La trama de batalla ha sido descubierta

 

Pronto el Ejército apresa a los implicados

Un súbdito del Imperio Austríaco:

Nicolás Politeo, proveedor marítimo

más un contacto al interior de las naves

Pío Sepúlveda Castillo, mozo del Transporte Imperial

Un cuarto implicado se colgó en su camarote[3]

 

La huella del dinero mostró el camino a Ricardo

Pero nuestro hermano supo guardar silencio

Ningún otro miembro del Comité fue apresado

Una semana duró el proceso a los tres cautivos

Clemencia fue pedida y rechazada

Nuestra Cárcel Pública los vio caer fusilados

Al corazón apuntaron las armas

Julio 12 de 1891

 

 

 

 

 



[1] La brevedad de “consejo de guerra” y su “confesión espontánea” son indiciarios del atropello de su derecho al debido proceso.

[2] La riqueza del salitre está en la raíz de las guerras de 1879 y 1891 y en una serie de matanzas obreras.  En 1891, la Armada, adhiriendo al bando del Congreso, se hizo fuerte en la zona Salitrera y desde allí formó un ejército excelentemente equipado, invadió el centro del país y derrotó al ejército regular. La costumbre de los presidentes en ordena imponer al sucesor mediante la intervención electoral y el fraude, jugó un relevante en el conflicto.  La oposición a Balmaceda era muy amplia, pues unía fuerzas de izquierda, centro y derecha, desde el quinceañero Luis Emilio Recabarren, pasando por gran parte de radicales y liberales, más la plenitud de los conservadores. La matanza de Lo Cañas, en la actual comuna de La Florida, en que el Ejército regular abatió a 84 jóvenes montoneros y el feroz encarnizamiento de las fuerzas del Congreso contra los derrotados en Concón y Placilla, son las barbaridades más recordadas de aquella guerra civil.

[3] El Contramaestre del Transporte Imperial


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