El libro que escribo sobre los cuerpos
Puede dividir las palabras
Unirse a otros espacios
Lavarse el rostro
Beber las distancias
El libro que escribo sobre los cuerpos
Puede dividir las palabras
Unirse a otros espacios
Lavarse el rostro
Beber las distancias
Lo que hablo el domingo
Lo desmiento el martes en a misa
Es siempre fuego de piedras
Cierto volcán que abre sus ojos en mui jardín
Cien años cumple Julia
Lo hizo cruzando los bosques de Chiloé
Eludiendo a los brujos
La lluvia
Tragedias surtidas sobre la Patria.
*
Hay cataclismo y ella tiene hijas en Castro
Tendrá que remar para rescatar sus sonrisas
Beber de sus rostros
Empujarlas al futuro.
*
Pasa el tiempo y habrá que deshacerse del marido
que tanto abandona y engaña
Volver al aula y al poema
Cantar con los niños
Amar tantos nietos
Besar a Isidora en la frente
*
En la hora triste, acudir al funeral de la hija
Tener a otros dos en la distancia
Rezar por todos ellos
Rezar por el mundo que se marcha.
Hoy
vi a mi hija saludar con mucha gracia
Bailar a saltos en el escenario
Entibiar sus manos en mi alma
Pensar en los cien años de su bisabuela
Mi padre fue tejido con abrazos
Se hizo hombre silbando
Viajando en tren hasta Buenos Aires
Nadando con sus hijos en la espalda
Lo que hoy ocurre, a todos nos ocurre
y surge como un poema al interior de cada estrella
las plumas de las aves
y cada átomo de la Gran Presencia
Lo que hoy ocurre enciende las luces de tu torta
Habla en mis ojos
Escribe estas líneas
Te abraza con la tibieza de tu madre
Repara los hielos del invierno
Lo que espero de la primera es su nombre
El cielo invadido de volantines
Un amor en cada rosa
El aire con perfume de flores
Cabalgar feliz hacia las fondas
Elásticos y aceros de afeitar
Razones heridas por cebollas
Soles manuscritos
Banderas dobladas y humildes
Tregua y humor de este clímax
.
.
Antes de hablar con el psiquiatra
Escucho mi brisa interior
Mis ganas de conquistar las techumbres
Observo el oro que aún queda en mi conciencia
Esta mañana la mar es celeste claro
Entre ella y yo
Los autos rompiendo el espacio
El tren gimiendo sobre sus rieles
El día se teje y desteje entre tantos
Siete nudos han quedado para mí
¿Cómo es el libro de la miseria?
Figura allí el frío
El olor de la basura
Una carpa entre las grietas de la ciudad
Ese baño entre las rocas
El recuerdo del agua caliente
Bajo el puente, una muchacha está embarazada.
Lleva la aurora en su claustro de sangre
Una tormenta de futuro
La música
El mallete de un juez
La voz del gigante contiene piedras
combarbalita, molibdeno, mercurio
planchas de acero
torres con banderas argentinas
bolas de fuego con coronas de Apolo
leones, pulpos y delfines
*
No era una catástrofe
Era, antes que todo, una canción
Un mundo vocalizando su caída
Tocando sus últimos timbales
Y lo inmensos malletes de Mahler
Las primaveras celebran otro tiempo
Los senderos abiertos
Tanta belleza creada
El amor instalado en los sueños
El mar ha dejado su ropa azul en la playa
y camina desnudo por la tierra
salta las cumbres andinas
mira la luna como se mira a una novia
alza sus manos de espuma
y se entrega al sol
como un hijo que abraza a su padre
Mis manos conocen el rostro de Isidora
Hay lazos de luz entre nosotros
Nos une el lazo del tiempo
Cierta cadencia de estrellas
Hilos invisibles del Amor
Le pedí labios a mi piel
y un río de alegría a mi alma
de mis zapatos espero una ruta
a mis rodillas les exijo dignidad
Arribaste del cielo con una estrella en la mano
Caminaste sobre el agua
Cantaste con voz de viento de fuego
Posaste la mirada sobre el mundo
Y en en ella había lenguaje de amor
Llevo mi mano a tu alma
y la entibia tu luz
la plenitud de tu cariño
agua de espíritu
agua nacida en las estrellas
No pienses en la mañana que pasa
Concéntrate en el verano que miente
Aquella calma dulce de las chirimoyas
La hierba que cubre a la serpiente
*
Piensa, si quieres, en el camino de las almas
Aquellos recuerdos de los niños
La ira del silencio
Las naranjas que maduran en invierno
................................................................Para René, en agradecimiento por su compañía el 6 de julio
A René no lo hieren las piedras de la ruta
Camina descalzo entre ciudades y bosques
Lo anima la luz de Jesús
Escribe lo sencillo y lo dudoso
Yerra y acierta
Elige el abrazo y la oración
*
René llega hasta donde no alcanza la primavera
Comparte su fuego en jornadas de invierno
En su sangre recuerda a Siria
Patria Joven
Mano sobre mano, la unión
*
René elige el respeto
Comunión de diferencias
Honradez del iniciado
El libro en que todos escribimos
Nuestra Patria Universal de la paz
Isidora respira cerca
Opina sobre ejercicios de teatro
Cuenta las luces de los barcos
Es pilar de la noche
En mi alma defiende la paz
En mi vida los libros
Palabras cruzando hacia la luz
Saltando de una a otra conciencia
Provocándome con sus cadencias
Exigiendo nacer desde el silencio
Proclamando su ser
Prolongando los viajes del pensamiento
Las conclusiones te pedí
Y llegaste con una hoja de otoño
Un pañuelo bañado por tus lágrimas
Nuestro libro quemado sobre el altar
Las olas están respirando
Sus manos blancas aparecen entre las rocas
Acuden desnudas a las playas
El viento las empuja
Limpia sus nombres de guerra
Las deja preñadas de sol
Heredarás la tierra nos dijiste
Y yo te seguí hacia el altar
Pero allí sólo había aire y rocas
y el polvo
que ahora cubre nuestras tumbas
Te pedí agua y me enviaste la lluvia
El océano en un dedal de plata
Esta botella con leche
Tus manos llenas de sal
El Maestro dejó sus sandalias en el desierto
Perdió su libro de oraciones
Arrojó su báculo al Océano
Regaló su amor y su manto
Cruzó cien veces por el ojo de mi aguja
Mis manos duermen apretando tus pechos
Hundidas en el poder de tu sexo
Sintiendo tu luna y tu nombre
La humedad de tu lengua
El tiempo que cruza por tu ser
El invierno levantó su mano de barro
Y mintió sobre los límites del silencio
Habló en esperanto y en persa
En griego de Platón
En el hebreo antiguo de Sansón
*
Luego llegó la primavera
Con sus campanas de estrellas
Y su eterno amor por la verdad
No levantó su mano
Simplemente llevó su luz
Vida es un poema de piedra
Hechizo de la muerte
Pausa en medio de mil cielos
Hecatombe de la noche
Milagro parido por la luz
No estoy hecho de piedra
sino que de otoño
colecciono crepúsculos
guardo sus fragmentos en frascos
lloro antes de vaciarlos en mi alma
Hay ranuras en mi alma
Cruzan por allí estrellas y diccionarios
Plazos de muerte
Lecciones de sombra
Aceros empuñados por la luz.
Ella no está
Pero sigue allí su sonrisa