Tengo el color azul pegado a mi frente
Un fragmento de cielo ha caído sobre mí
Un rayo de canciones futuras
El precio de la lluvia que vuelve
Tengo el color azul pegado a mi frente
Un fragmento de cielo ha caído sobre mí
Un rayo de canciones futuras
El precio de la lluvia que vuelve
17 de
enero de 1976
Antonio
Varas y Providencia
Allí
detuvieron a nuestro hermano
Su luz
fue arrastrada a Villa Grimaldi
Una lágrima para Jaime Solari Saavedra
Muy
golpeado, fue conducido hasta “La Torre”
“La
Parrilla” invadió sus energías
Un
médico asistió a los torturadores
Extremaron
la picana y el horror
Octavio
se elevó a otra Luz
Mientras
ascendía
Octavio
repetía un nombre: “Andrea” (su hija)
y
viajaba abrigado por su mirada
consolado
por la presencia de su espíritu
heredando
a nuestro mundo su Amor
La Corte Suprema condenó a Ricardo Lawrence Mires, Juan Manuel Guillermo
Contreras Sepúlveda, Carlos José Leonardo López Tapia y Rolf Wenderoth Pozo por
el secuestro calificado de nuestro hermano Octavio. Rol 1066-2014.
Te quiero hija
Me gusta que me llames papá
y nades conmigo bajo el sol
muchacha celeste
gigante de luz
Ser feliz, más que un plan
requiere claridad
recibir el presente
magnífico poder de las flores
todo el amor de las estrellas
Varias veces quise nacer
Y quise hacerlo en Chile
Cerca de los brazos de Olguita
Habitando bajo parrones
Mordiendo cerezas
Observando al Moscardón
En Arica,
el regimiento “Rancagua”, atrapó un
jaguar
Pocas
semanas antes, Manuel cerró el lazo fraternal
Presiente
que su cuerpo no volverá a nuestro tibio hogar
No regresará
para abrazar a sus hermanos
No
elevará su copa para cantar “Fraternidad”
Arrestado
el 9 de octubre de 1973
El
joven académico de sociología
Director de la Escuela de Trabajo Social
asistió
a la caída de sus sueños
y antes
de la aurora del 20 de octubre
cuando
todos recordamos nuestro origen
una
patrulla lo condujo a Pisagua
Nunca
llegó a ese Infierno
Fue
asesinado en el trayecto
junto a
otras luces de primavera
“Lamentable caída al abismo”, dijeron altos rangos
Sólo un “Accidente de tránsito”
y publicaron
los nombres
de los
guardias que habrían muerto
Bendito
descaro:
Guardias
sin certificado de defunción
Nombres
emanados de la vergüenza
Primera
patita en “Caravana de la Muerte”
Por el
episodio Arica de la “Caravana de la Muerte, la Corte Suprema condenó a Odlanier
Rafael Mena Salinas, René Iván Bravo Llanos y Luis Guillermo Carrera Bravo, Rol
° 4.961-07
No dejo a la muerte escribir sobre mi piel
La engaño con mis sueños
La trasgredo en el recuerdo
En la cercanía con los míos
El arte y el hacer del abrazo en la luz
De acero y luz es mi paciencia
El salario de mis sueños
La barricada de mi alma
El hito y la cima de mi hacer
Viene la noche
Trae tus manos tibias
Brusquetas sabrosas
Piña y Naranja acunadas por el whisky
Me gusta tejer nombres a las cosas
llamar signer a la lluvia fría
gera al caldillo de congrio
y cipra a la cola verde de un ratón
Todas quedamos en las llamas
Iglesia de la Compañía, 1863
Lenguas de fuego traspasaron nuestra sangre
Nos convertimos en humo que respira el viento
Cenizas de almas/ Objetos de sumisión
Nuestra estrella cerrando la Sacristía
Francisca Solar, hoy terminé de leer tu libro
Me indignaron las penitencias de sangre
Aquella puerta cerrada en la Sacristía
La patudez del Estandarte Católico
El silencio sobre aquel Titanic
Los nombres de tantas perdidos en el viento
Llevo estrellas en mi nombre
En mi sangre corre la luz
Mil libertades que conquistó mi pueblo
Silencios y armonías de la música
Palabras que circulan en el templo
Llevo estrellas en mi nombre
Poseo el disco solar
Soy Libertad y Alegría
Sal del silencio
Libro que canta
Amiga estrecha de IA
Soy tu hija, Gonzalo
Mi voz ya se escucha en Oriente
Mis manos buscan herramientas
Dorothy ha pintado el camino
se acerca el viento, el agua
Alta luz de mis abuelas
y el fuego que pronto será nuestro
7 de diciembre, Isidora cumple 17 años y los obreros de paz cantaron para ella junto a una mesa de luz.
Hoy naces para ser alegría
Espíritu del que busca
Morada del fuego
Libro con lluvias y bosques
Templo en que reina la Luz
Fraternidad
Paráfrasis
del Libro de Rut
Capítulo 1,
versículos 16 y 17
Hermanos, no me obliguen a apartarme de ustedes, pues a donde ustedes vayan,
estaré yo; y donde ustedes están ahora, allí estoy yo; porque mi pueblo es
vuestro pueblo y la Luz que anima mi conciencia es vuestra misma Luz.
Hermanos, donde ustedes murieron, allí también morí yo. Donde ustedes
fueron golpeados, allí también fui herido yo. Y no puedo olvidarme de ustedes, porque a mi
propia conciencia la estaría negando y la Alta Luz tornaría en silencio mi
nombre.
He oído que el sol no volverá mañana
Otro rumor infundado
Digno de Trump y Putin
y de las bombas que preparan
para torcer lo cierto
El día está abrazando al sol
Cruza bajo noche estrellada
Empuja nuestra aurora
Se incrusta en ventana celeste
Busca frutos en los árboles
Alza columnas
Traspasa cuerpos
Duerme sobre el césped
Se hunde tras la puerta de Occidente
Hablo de amor y silencio
La fe del sexo
El solsticio azul de diciembre
Mi ruta hacia tu boca
El dar y recibir de de tu cuerpo
Me encanta la primavera
Parece marcharse
y se queda en mi alma
Quita amarras al pensamiento
Enseña a volar
Dice sí, a pesar de todo un muro de silencios
Nadie recuerda el rostro del viento
Ni las manos transparentes del tiempo
Ni la Luna en el rostro
de los que antes fueron nuestra sangre.
Me alegra pensar
herir las nubes con mis sueños
gestionar los silencios
sentir el sol sobre mi piel
Bajo el
libro que tejen las estrellas
pienso en
las tierras que horadó tu alegría
las aguas
que nombra tu silencio
y el cielo
de justicia que viaja en tu conciencia
Bajo este libro sagrado
pronuncio tu nombre:
Pedro
Berríos Navarro
y hay
destellos carmesí entre las nubes
cometas nuevos golpean sus timbales
Diciembre ha mordido sus cerezas
Bajo el
libro que tejen las estrellas
y mientras el
siglo se arrodilla ante el miedo
pienso en
el bosque asilado en tu templanza
aquel alto
poder de tu abrazo
tu palabra impulsando los vientos
Esquivo este siglo
No me gusta su Trump ni su Putin
La extinción de los bosques
tana guerra que incendia las almas
Yo soy la tibieza de tu alma
La estrella que viaja en tu silencio
El camino que piensas
La patria en que cumples tus sueños
Caí con fuerza
Abrí una brecha en el cielo
Morí justo un momento antes
Ni siquiera escribí mi testamento
Las olas gritan en el patio
Las gaviotas hablan desde sus rocas
Hay bruma
Barcos dormidos
En mi centro late la esperaanza
Soy conciencia que templa
Enkrateia
Alquimia de virtudes
Alta Luz sobre la tierra
Taller de Música
Refugio del Hombre
Arte de lo humano
Rosa que canta en el aire
Maestra de siglos
Sencilla escuela de bondad
Elegí ser activo
combate contra el mal
Estrella de un cielo invisible
Bendito poder del abrazo
Verdad interior
Lenguaje esencial de los símbolos
Geometría del lugar sagrado
Destello del cosmos
Hermana del silencio
Casa en que reina la paz
Elegí compartir
Ser y estar con el otro
Escucharlo
Aprender de él
Crecer al tocar sus manos
Abandonar todo prejuicio
Vivir la hermandad
Construir nuestra unión
Elegí mi lugar junto al mar
Nuestro lazo en que caben galaxias
Rubor de Prometeo
Este viaje interior
Retorno al bosque
Camino recto
Constante acción de la Luz
Soy la sal del mar
Aire que roza las olas
y empuja gaviotas
El sol tras La Campana
Río con fuente en el cielo
Estrella unida a esta mirada
Debo pedirte que me beses
y abras la ruta de tus pechos
Pues quiero invadir tu cuerpo
Elevar mi premura
Empujarte a mi mundo
Eligir nuestra unión
Le temo al fuego de la primavera
A las manos fría de octubre
Cierto horizonte en llamas
La tierra que cubre mi tumba
Isidora no se parece en el cielo
Es el cielo
Roza con su piel las teclas del piano
Se afana en extender su luz
Borra con su abrazo mi pena
Roberta
Flack y Quincy Jones, David Redfern, hacia 1973
Nuestro hermano Quincy Jones[1]
tuvo muchas vidas en su existencia
La música lo rescató de las pandillas
y comenzó a viajar con la luz
vibró en el púrpura corazón del ser
supo dejar su ego en la puerta
Así como a Amstrong lo rescató una trompeta
A “Q” lo salvó un piano
Luego ambos regresaron la mano al destino
y regalaron miles de instrumentos
fueron hijos que retornan a casa
para abrazar a los suyos
y alimentar la primavera
Nuestro hermano abrazó al Dr. King
Fue Supremo Alquimista en Estudios de Grabación
Me guiñó un ojo desde su columna en Nueva York
y su llamado llegó hasta mí atravesando inviernos
haciéndome sentir importante
digno de cabalgar sobre el viento
Escuché su espíritu en “Soul Bossanova”
Me mostró su jardín secreto
La montaña en que sembró su alegría
La pared azul en que escribió sus sueños
Jones, Sascha Steinbach, hacia 2020
[1] No he encontrado el registro de su iniciación
masónica, pero me lo dijo un hermano viajero que sentó junto a él en la columna
del sur.
Amo escuchar a Chris
Sentirla abrazar a otras mujeres
Rescatar sus almas
Bendecir tanto despego
Tanta rectitud en la leche
Mi libro es ancho como el azul del mar
Llega hasta las fotos de Maurico Orrego
El abrazo de Axel Madariaga
La mañana en que mataron a a Jaime Aldoney
Llega hasta los bordes de mi sangre
Continúa en los ojos de Isidora
La calle Yungay
Este roquerío en que me busca el sol
Me cuesta abrazar a un gato
Pero no seguir el hilo de un poema
Buscar su parto en Punta Arenas
Aquella epifanía de luz
Violeta creando el mundo
Su libro impreso en nuestra conciencia
Miro la ciudad y ella me intuye
Sabe que pertenezco a su luz
Despliega en silencio mi nombre
Busca mi rastro en sus plazas
Me extraña en sus calles
Piensa en mí para abrazarme
Mi esposa cocina como diosa
Piensa con la precisión y el filo del acero
Conversa con gracia
Viste con alegre elegancia
Me regala la tibieza de sus labios
Me gusta errar al mirar la luna
apuntar a un lucero nuevo
el pequeño mercurio
el siempre enfadado
marte
Cierto día acerté a un rayo de Venus
cierta galaxia muy lejana
un bosque de asteroides
la base estelar Omega
aquel cometa que marca los siglos
Lo que pienso crece en mi sangre
Es eco de estrellas
Incertidumbre de electrones
Espíritu con pies en el lodo
Genuino poema del sol
Viene el domingo
a escuchar nuestra alegría
Es primavera y vivimos en Democracia
Aún hay cultura en Chile
Carola sonríe/ papá almuerza
Isidora piensa
Aún podemos regalarnos
Definitivamente estamos en el paraíso
Busco a mi niña
Ella está ofuscada y tensa
A mi me falta su abrazo
Yo la apoyo con todo
y le envío mi luz en silencia
El deseo cerca nuestro presente
Borra los costados del futuro
Vuelve frágil la alegría
Borra la magia del recuerdo
Y sin embargo
el deseo nos levanta
nos enfoca
torna sagrado un beso
La luz de mi alma
surge desde la piel del silencio
abraza colores celestes
golpes de las olas contra la costa
el buen sol que asoma tras La Campana
Es Isidora que despierta
Paz de esta ciudad
Carola que se alza entre tomates
zapallos y hierbas del monte
para expresar sus pensamientos
volcar el cosmos de sus relatos
ser y sentir el firmamento
Viajo entre maravillas
y mi conciencia va forjando el poema
5 metros de altitud sobre el nivel del mar
ambulancias parten a reparar nuestra sombra
Son las 7 y 55
Claudio Calderón abre el libro de clases
La luz vuelve a ingresar al bosque
No olvides
que mi primavera es de piedra
de limón es mi acto de sonreír
un li tiene voz em conciencia
mi carne es poema de luz
Este año ha crecido mi libro de lluvias
Lo saben mis amigas gaviotas
Los palotes que habitan el jardín
Nuestros caracoles que marchan en primavera
He sido fecundo
Rosas crecen en mis hombros
Giran mis libros sobre el planeta
y mi hija me llama padre
hogar de abrazos
hermano de luz
No estás salvado Gonzalo
Has triunfado y perdido
Has escrito en el viento
Has amparado la vida
Vuelves y no vuelves al abrazo
¿Qué haremos
cuando nos falte Valentín Trujillo?
Porque su
corazón sostiene la mitad del planeta
Su luz vive en preguntas
de niños
y sus
manos, hijas de mil estrellas
rozan el hilo y
la sangre de cada instante
¿Qué haremos
cuando nos falte?
porque cada flor
marchará a su tumba
habrá ronda y rito
entre espíritus
y desde
nuestro plano surgirán aplausos
ese profundo que
le adeuda nuestra infancia
aquel gigante
que merece su talento
y ese
imborrable, el de la esperanza
Luego, desde el centro
azul de un abrazo
la trama del tiempo
y el sol que perdura
lo dejarán a la
izquierda de nuestros silencios
por su fecunda coherencia
de Maestro
sus manos
selladas por la Luna
su alma: armonía que canta
Mi brazo de piedra
ha lanzado la lluvia hasta tu rostro
la patria de tu nombre
la alta rosa que crece sobre tu tumba
Mi brazo de piedra
subes desde el cielo hasta el domingo
hasta tiempo que no danza
hasta el fruto azul del invierno
Imagine que la paz es posible
Piense que el arte detiene las bombas
y para en seco los drones
Imagínelo
Dedique un minuto a proteger la paz
Cualquier aporte ayuda a la vida
Mi esposa viaja en sueños
canta con ángeles
conversa con su madre
lee novelas del futuro
observa los fuegos del Volcán
Un poema de nombres se
levanta desde la tierra
y tú despiertas con cada
palabra
agradeces la mesa de tus
padres
juegas
aprendes la danza que trazan
las estrellas
Estudias y haces de la
excelencia tu sello
Llenas con tu alegría el
silencio
Lideras energías del bosque
Enseñas a volar
Borras el miedo de tantos
Abrazas para nutrir de esperanza
La ciudad va aprendiendo
tu nombre
“Berenice defendió a sus
colegas”
“La Escuela Colombia es un
modelo para Chile”
“Me sentí respetada en su
escuela”
“La patria es mejor con su
luz”
Raúl Antivilo Espinoza
es humilde, honesto,
sereno
Percibe el silencio azul
de las cosas
Hace del respeto su
emblema
Alumbra laberintos de Aduana
Es triunfo y tragedia de
nuestro pueblo
Lo indigna el abuso y la
prepotencia
Tantos saqueos de esta
tierra
Ruidos que embrutecen
Zarpazos, malabares y
engaños de la ambición
En su alma mesurada
late el rostro de su nieta
vibran olas de Caleta
Abarca
Su mirada lo empuja a la
belleza
Su intuición es la Luz
Su meta diaria: la
justicia
Son felices mis ojos que buscan los tuyos
Mis manos que desean tu piel
Es feliz boca que ama pronunciar tu nombre
y mi espíritu que se alza para pensar en ti
Con mi boca he raído tu nombre
El delicado tul de de tos rezos
Tus pezones, patria dulce de vida
Tu sombra, que cae derramada sobre día.
El cielo se mueve en mi alma
Susurra su aurora
Cruza entre nubes
Se lanza colorido hacia mi noche
Amada:
Yo soy los ojos que te miran
El hombre que hoy no te toca
La ciudad
de la que sólo te llegan noticias
Estoy en Café Box
Espíritu transparente de Quilpué
Hogar de la naranja
Ruta material de la Paz
...
Muy cerca, Florencia y Bruselas
El tigre y su fuerza
Aquel Balneario al que marcho
La alegría musical de Ivan Joui
...
En este lugar que fue ruinas
Batalla el café y la pizza
Melodías que conversan
Laberinto de aromas
Vecino acontecer del monte
Isaac no la nombra, salvo al dedicarle el libro
Ese sol inmenso no cabe en un nombre
Ni en la tarde del primer beso
Ni en los ojos de Alejandro
Ni en la piel tibia de Eloísa
En sus poemas
ríos de sutil intimidad
sereno amor
persistencia en la ternura
candelabros en cena de aniversario
Son cuarenta años
y podrían ser mil
dos seres abrazados en la luz
seres radiantes de cariño
un bosque de rosas
al que llamamos Amor.
En la puerta de mi alma: una estrella
El rayo libre de tus ojos
Tanta vida que arrebaté a la muerte
Mi hija cantando y creciendo
En la puerta de mi alma un poema
El río que nace en tu boca
Alegrías que entregué a mis hermanos
La dicha de mi hija en el verano
Somos el Alma del Mundo
Llamas del mismo fuego
Nudos del mismo telar
La Alta Luz que se extiende
Viento que gira y gira
en eternidad
Mi alma está en la esquina norte de la primavera
A un lado el diluvio
En mi alma diez silencios
Cien procesos cruzan rasantes
Isidora despierta
La guerra multiplica los muertos
He pensado en las piedras
El alma que viaja en las nubes
Nuestro salario de miedo
Trabajos del sol en mis sueños
La noche cayendo sobre mi cuerpo
Mis abuelos la abrazaron primero
Eliana Venegas presentó a mis padres
Su hija ofició mi boda
Nuestros caminos se cruzan en el laberinto
En su casa: piano y mil alegrías
Chile enamorado de su futuro
Ideas fluyen en su mesa
El destino abre otra puerta en México
Mucho antes: la muerte atacó su dicha
Eliana parió primaveras
Enseñó a leer y la lengua de Montaigne
Creció hermosa como las flores del bosque/La abrigó el cariño
Tiene el alma colmada de estrellas
Enhorabuena Pelele Tenerife Toldo
Preeminencia Calígrafo Craso Sopaipilla
La nariz de un párrafo Herencia Codorniz
Ciruela
El ciruelo del barranco
fue concebido para la navidad
derrama sus caldos ácidos sobre diciembre
es azúcar rojiza
caldo de verano
la vida en el paladar
Estuve con Alejandro en Jerusalén
Recibimos luz en la explanada de las mezquitas
Vimos al sol resplandecer
en la Cúpula de Bronce
Visitamos el muro que sobrevivió al templo
Allí nuestros espíritus profundos se abrazaron
Luego volamos sobre el
Jardín de los Olivos
En la cercana Belén
su robusta voz de Maestro
formaba ríos de aguas
azules
y la gente bebía su alegría
su actitud de respeto
las canciones que aprendió de su madre
En la montaña junto al Mar de Galilea
Conversamos sobre “Abnegación”
Su viaje de cien años
La clave de “Bienaventurados los pobres”
Desapego/Deja todo
El camello que no cabe en la aguja
Tiempo y lugar sagrado para la Luz