Antes del mar
chispazos
fulgor en la Sinfónica Juvenil
Paolo Bartolomeolli en su salsa
conversando con niños
invocando sus siete años
ese encuentro con la fuerza de Beethoven
Antes del mar
chispazos
fulgor en la Sinfónica Juvenil
Paolo Bartolomeolli en su salsa
conversando con niños
invocando sus siete años
ese encuentro con la fuerza de Beethoven
Juzgo al amor por sus silencios
Lo mido por sus verbos
Por su forma de tocar
Por la estrella que crea en mi conciencia
He escrito mi vida sobre olas de mar
Y llegué al fin de mis nombres
Frontera de mi pulso
Ribera oriental
Punto en que nace la luz
Volver a Chile
Regresar en primavera
Llegar a los ojos de mi hija
Su casa de regalos
Sus ganas de estar conmigo
Volver a Chile
Regresar a mi hogar sobre el Océano
Mi trabajo de hacer justicia
Crear belleza
iluminar la tierra
Volver a Chile
Saludar nieves y rocas eternas
Cruzar entre justos e injustos
Entregar mis piedras del Jordán
Mis fragmentos de la Academia
Un pedazo de Acrópolis que traigo para Pümpin, don Rodolfo.
Algo nos condujo a las ruinas de la Academia
El espíritu de aquel bosque
El pensamiento
Cierta alegría en sus higueras
El corazón griego de Marta
Nuestra luz cruzando laberintos de Atenas
Bendita Atenas porque soporta a sus taxistas
y rescata el tiempo en el Museo de la Acrópolis
tanto dedal y lámparas
frisos que luego fueron puzles
casas en que vivieron tantos
fuentes que antes visitó tu espíritu
música y danza
escena en que gané mil aplausos
Nuestro Asalto a Santorini fue tranquilo
Lo esperamos almorzando en la terraza de Proa
Aguardando nuestro número 12
Tres cruceros asediando un barranco
Cuando al fin llegamos
Decidimos evitar el cable y sus dos horas de espera
550 escalones
El viejo camino de las mulas
Subimos con calma y mucha agua
Los rostros rojos
Compañía mexicana
Café Freddo con vista al mar.
Cerca del funicular
El acierto de los choros
Su caldo con tomillo y aceite
Sabor de otro mundo
Vino rosado de Grecia
Antes de bajar
Terraza de atardecer
Carola fulgurante
El cielo en brebaje de piña
Sentir el sol en nuestro viaje
Descender amparados por Media Luna
Cielo de pocas estrellas
Imitar el zigzag de las mulas
Conversar con el tenor
Celebrar en el bar de cristal
Descansar de Israel disfrutando Patmos
Sus sillones para maridos
Mil cositas para Isidora
San Juan instalado en su Luz
Me gusta la luz de Chipre
Me gustas tú en Chipre
Tanto calor en la ribera
Helado en nuestras bocas
Vehículos bajo la regla inglesa
Un café con serbios
Un anillo en tu mano
Primer encuentro con las mulas
La jornada en que nos sumergimos en el Jordán
fue comenzada en Haifa y sus jardines colgantes
junto a Elías en el monte Carmel
belleza de todo lo Bahai
casita de María en Nazaret
En los ojos el Monte Tabor
Horizonte de Armagedón
Aguas que emergen en Galilea
y viajan a través de su río
allí donde mojamos nuestros cuerpos
extrajimos sus piedras
luchamos contra sus pequeños y hambrientos peces.
Por supuesto, hubo multiplicación de vino
La noticia del pan que a todos alcanza
Montaña de las Bienaventuranza
Hermandad entre Paz y Virtud
Excepcional aquella colina
se respira paz y belleza
el espacio aún vibra
las aguas aún destellan la Luz
Un aire celeste golpea con su belleza la ciudad de la paz
En Getsemaní y la meditación del Maestro
Un jardín sembrado por papas
Piedras blancas que recogieron mis manos.
En lo alto
El domo de la roca
El profeta se eleva a las estrellas
La ciudad lo mira en el espíritu
En el muro, las grietas
Los mensajes
Oraciones
Todo abierto a los hombres
Como tanto lo quiso Salomón
Pronto, el comercio
Justo en los costados de la vía del dolor
Espíritu vencido por la monedas
Me niego a comprar por respeto al Maestro
Pasos más allá : Monte Calvario
El lugar de las cruces
La preparación del Cadáver
La tumba
Todo demasiado cerca
Alguien manipula la fe
Enseguida Belén
Insignia de Palestino
La cueva del nacimiento
A tan pocos pasos de Jerusalén
Nuestro día sobre el mar
Suave alegría de reposeras
Ascenso a la Acrópolis profunda
Carola sigue a Jesús en miradas de Valtorta
Almuerzo en restaurant de Proa
Conocemos Biblioteca y Capilla Ecuménica
Hamburguesa Vegana
Jornada previa a Jerusalén
Isis, Atenea, es decir La Virgen
Se estableció en un jardín de Éfeso
Hasta allí nos condujo la flauta de Pan
y Pablo VI
cuando en blanco y negro visitó Turquía
Carola encontró una tejedora de alfombras
Estudió su trabajo
Reprochó a los que viven de ella
La abrazó como hermana en el arte
En los pasillos del barco
Trabajadoras de Chile
10 arsenaleras de Clínica Alemana
Guatón Loyola y Cuecas Bravas
Nuestra princesa oriental
Se luce en el salón de baile.
Antes de zarpar
Los zancudos de Platón
Fotografía esencial
Laberinto de llamadas y la tarjeta especial
Desayuno en mesas de Italia
México instalado en el Mediterráneo
Nuestro sol golpeando viajeros
Carola asusta por multitudes
Cantante Israelí en el teatro
Tanta luz en la piscina
Cena de Asia mientras cruzamos el mar-
El sol nos esperó en la Acrópolis
Nos bendijo peldaño tras peldaño
Nos cuidó entre olivos
Nos abrazó en la fuentes de agua
En los teatros
En la terraza que corrigió nuestra sed
Estambul pegado a mis zapatos está.
Camino sobre las nubes
Te vi dichosa en el Hogar de la Memoria
Corona brillante en otro Valparaíso
Ciudad de agua y quebradas
Pozo de imágenes
Sinfonía de labios
Homenaje al presente atado al lenguaje
Tras ello
Caminaste por otro San Enrique
y otro Montealegre
alegraste tu cuerpo con nuevos colores
Subiste a los ojos de Génova
Torre de Cristo
Residencia de miradas sobre el mar
Cumplimiento del sueño de la terraza
Suerte de Campeona
Comida casi francesa
Crepúsculo en las mezquitas
Descenso por Urriola
Mi triunfo en el tranvía
Un deseo llamado Kebab
Gracias Sultanhammet
Noche frente a la Mezquita Azul
El clic de una hija en apuros
Estambul no es bello ni azul
sino infinito
Lo habitan fantasmas de príncipes griegos
mujeres secretas
canes grandes y lentos
taxistas sacados de Dite
gatos de antiguas bodegas
Cardamomo, comino , canela
Cenas de fuego
Orham Pamuk
Herencia del yoghurt
El viento en el alma del Bósforo
Veo el Bósforo y la ciudad brillante
Te encuentro bailando en un yate
Leyendo en el Harem
Sumida en aromas del bazar
Descalza en el jardín del palacio
Mi esposa brilla entre delicias turcas
Es color y sonrisa junto a cien especias
Tiene rasgos de medusa en La Cisterna
Habita el suelo de Hagia Sophia
Tras cruzar las tres petras de aprendices
Aquellas cinco de lo viejos compañeros
Esas 9 que dominan los maestros
Los mismos que desayunan en Pera Palace
o examinan alfombras junto a magos de la venta
Mi espora degusta flores que construyen alcoholes
Cumbres gloriosas del espárragos
El mismo pan pita que probó Agata Christie
En Chile ni la tendalá ni el caos
Tan solo el aliento del mal
Crispación de la palabra
Una guerra sobre el recuerdo
Aquí el aire
Cristóbal vestido de Chile
Campiña francesa
Bordes de Inglaterra
La puerta es 9
Carola viste de rojo
En mi cuerpo, polera azul.
En Estambul
Espíritu en Torre de Control
La puerta es 14
Chilenos desde Líbano
Peruanas de Dinamarca
Sopa de mariscos
Berenjenas
Ibrahim y el arte de ganar
Hoy se fecunda el mediterráneo
Habrá un once sobre el Atlántico
Dos almas tan unidas
Buscando especias y cielos
La gruta de Belén
El lago en que enseñó el Maestro.
Las negociaciones han fracasado
No habrá nueva Constitución
No volverán nuestros ojos
Pero nos espera La Casa de María
Calles de Jerusalem
El museo que refleja un libro
Es viernes antes del domingo
Los pulsos de mi alma están enfocados
Ya canino sobre las olas
Vuelo en mis zapatos
Buceo en grietas y cisternas
Lo que no olvido es el poder de tu alegría
La temporada de risas
Licores rosados en tu alma
El cielo brincando en tu sonrisa.
Caminé bajo la lluvia
Antes del amanecer el cielo se caía
Soplaba húmedo sobre Recreo
Rozaba mi rostro
Elegía vivir en mi cuerpo
Querido Hermano Juan, la primavera ha estado haciendo su trabajo
El viento ha raído las banderas
La tierra ha sancionado a tus huesos
Pero vienes creciendo desde el silencio
Regresas tronando y silbando
Un hombre con sus piernas sobre el cielo
Le expliqué a la muerte sus opciones
-Prefiero esperar, me contestó
Y mi alma regresó desde lo alto
Con una carta de Elías para los juanes
.
La carta decía:
"El cielo reside en construir la justicia"
No entiendo lo que dice la primavera
Pero escucho el rumor de su canción en el bosque
La siento nacer en mi carne
Percibo las raíces agrietando la tierra
y empujando mil colores hacia la patria que sueña