Al salir del Templo, uno de mis discípulos dijo: 'Maestro, mira qué inmensas piedras y qué construcciones" y , como todo gira en nuestro espíritu, le respondí:
¿Ves esas grandiosas construcciones? Pues no quedará de ellas piedra sobre piedra. Todo será destruido.
Y volvieron a mí las imágenes de la guerra, la crucifixión de Santiago, las legiones de Tito, águilas derribando el Santuario.
Y cruzando ese umbral de fuego, me vi agonizando en la cruz, asediado por los jerarcas del templo.
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