A través de mis hermanos,
convoqué a la muchedumbre y les dije:
Si alguno quiere venir en pos de Mí,
que me siga.
Debe entonces imitarme,
renunciar a su ego,
asumir que su sangre y labios se extinguen
Ellos salvarán su vida
estarán en el oleaje del Amor
residirán en la Luz Eterna
y en la serena permanencia del Bien.
Los que no me sigan
los que que quieran salvar su aliento y su boca
todo lo perderán
porque no habitará en ellos
el destello y la presencia del Amor
¿De qué sirve al hombre ganar el mundo entero y perder su vida?
¿Qué cosa puede dar el hombre a cambio de su vida?
Si te averguenzas de mí y de mis palabras frente a los orfebres del mal
también el Hijo del Hombre se avergonzará de ti
cuando regrese en la gloria de su Padre,
escoltado por los santos ángeles
cuando retornen las aguas del cielo
y los cuerpos sutiles se eleven en Luz.
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