Quintero está muerto y sepultado.
Un ejército coronado lo destruyó,
eliminando sus reinas,
sus fecundos maestros,
ese rostro herido por el humo,
aquellas almas amadas por el mar
Ya no están los obreros en sus puestos,
faltan sus marineros danzantes,
ese fulgor en el Liceo,
aviadores fusilando los cielos,
tantas miradas hacia el azul de Loncura,
el lugar en que Chile cayó sobre el mar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario