Un lugar para encontrar el océano.
Espacio para ser niños.
Mirar la casa desde mesas bajitas.
O quedar con el pies en el aire.
Embriagados por algas y sales.
Vinos blancos.
Postres de rubia cabellera.
Carnes de mar exudan sobre latas.
La huerta acompaña.
Cantan los rojos pimentones.
Cede su aroma el cilantro.
Queda el rumor de los ajos.
Se respiran también la equidad.
Alegría de pescadores.
Ostiones con un viento de queso.
Mirada de los buzos
en el noble hervor de los choros.
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