
Gracias caserita, dijo el sol de Haití.
Mientras lloraban las zanahorias
El machísimo ají verde.
Los dependientes de San Pancracio.
El alma tenue de Calle Pirámide.
La ciudad bebe su chuico de diversidad.
Celebra el Panteón de Dididentes.
Sus templos protestantes.
La escena de Pagano.
Nuestra sinagoga Sefardí.
Las columnas solsticiales
El espíritu del Winnipeg
La próxima Avenida Haití.
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