El hombre emergió de sus cenizas.
Desnudo y casi sano.
Armado apenas con su flauta.
Sombra de un día suyo.
Retazos de su memoria.
Su herida en el costado izquierdo.
Alegría que un día tuvo.
Un pequeño cinerario en la cabeza.
Este texto conversa con Armando Uribe en:
Inscripción sobre el vaso cinerario.
Lo que hay aquí fue un hombre,
hoy es cenizas, talvez suyas.
No cantéis aleluyas,
porque es menos que sombra,
menos que la ceniza de un cigarro.
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