Viene el hombre a cambiar.
Perder el amor por su pueblo.
Borrar la urgencia de un cuerpo.
Dejar la maravilla del abrazo.
Y de pronto somos otro.
No el que llora esperando a la madre.
No el estudiante enamorado,
habitante de Macondo y de Combray.
¿ Y ese amor dónde quedó?
Seguro ligero en la foto de una boda.
Invisible en ruinas de un cine.
Grave en el rencor.
Casi real en la voz de un poema.
Este texto conversa con Armando Uribe en:
No te amo...
No te amo, amo los celos que te tengo,
son lo único tuyo que me queda,
los celos y la rabia que te tengo,
hidrófobo de ti me ahogo en vino.
No te amo, amo mis celos, esos celos
son lo único tuyo que me queda.
Cuando desaparezca en esos cielos
de odio te ladraré porque no vienes.
de No hay lugar. Editorial Universitaria.Santiago,1970.
La obra visual es de George Frederick Watts, nuestra a Orfeo en su rescate imposible de Eurídice,
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