En el espacio, muy lejos de la última estrella,
se intuye el fluir de primaveras,
ballenas durmiendo en el oleaje,
campanas, soles, grillos,
mi alta ventana hacia el mar.
Giran allá pensamientos.
Emoción del sabor a chocolate.
Fresas y Guindas estelares.
Viento sobre el campo de alfalfa.
Chirimoyas con hielo y vino blanco.
En el espacio, muy lejos de la última estrella,
el sol no castiga al invierno,
no caen piedras sobre la tierra
no llueve,
allí no habla la rosa,
allí no rige el silencio.
Este texto, conversa con René Char en:
Temor, detonación, silencio.
El molino de Calavon. Durante dos años,
una granja de cigarras, un castillo de vencejos. Aquí todo hablaba de torrente,
tanto por la risa, como por los puños de la juventud. Hoy, el viejo refractario
se debilita en medio de sus piedras, la mayoría muertas de hielo, de soledad y
de calor. A su vez los presagios se han adormecido en el silencio de las
flores.
Roger Bernard: el horizonte de los
monstruos estaba demasiado próximo a su tierra.
No busques en la montaña; pero si, a
algunos kilómetros de allí, en las gargantas de Oppedette, te encuentras con el
rayo con rostro de escolar, ve hacia él, oh, ve hacia él y sonríele porque debe
tener hambre, hambre de amistad.
(Le Poème pulvérisé, 1947.)
La imagen del campo de alfalfa proviene de este sitio.
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