21 de septiembre de 2015

Nuestra maldición



4 de octubre de 1917: nace Violeta Parra, cantante chilena


Quiero deshacer el hechizo
Salvar el fuego del horno
Regresar la ola a su centro.
Herir la estrella que turba.
Lavar la aurora que nombra.
Reformar el tiempo
Llenar de sol tu dolor.

Habrá que sanar  nuestra luna.
Remendar el quebranto.
Liberar el otoño,
Perdonar las espinas.
Elegir la premura
Prescindir del paje
Castigar la traición.

Todo podré rescatarlo,
salvo la primavera.
Ella dormirá sobre las piedras.
Perderá su perfume.
Será tierra su flor.



Este exto conversa con Violeta Parra en:









Maldigo del Alto Celo







Maldigo del alto cielo

la estrella con su reflejo,

maldigo los azulejos

destellos del arroyuelo,

maldigo del bajo suelo

la piedra con su contorno,

maldigo el fuego del horno

porque mi alma está de luto,

maldigo los estatutos del tiempo

con sus bochornos,

cuánto será mi dolor.




Maldigo la cordillera

de los Andes y La Costa,

maldigo, señor, la angosta

y larga faja de tierra,

también la paz y la guerra,

lo franco y lo veleidoso,

maldigo lo perfumoso

porque mi anhelo está muerto,

maldigo todo lo cierto

y lo falso con lo dudoso,

cuánto será mi dolor.




Maldigo la primavera

con sus jardines en flor

y del otoño el color

yo lo maldigo de veras;

a la nube pasajera

la maldigo tanto y tanto

porque me asiste un quebranto.

Maldigo el invierno entero

con el verano embustero,

maldigo profano y santo,

cuánto será mi dolor.




Maldigo a la solitaria

figura de la bandera,

maldigo cualquier emblema,

la Venus y la Araucaria,

el trino de la canaria,

el cosmos y sus planetas,

la tierra y todas sus grietas

porque me aqueja un pesar,

maldigo del ancho mar

sus puertos y sus caletas,

cuánto será mi dolor.




Maldigo luna y paisaje,

los valles y los desiertos,

maldigo muerto por muerto

y el vivo de rey a paje,

el ave con su plumaje

yo la maldigo a porfía,

las aulas, las sacristías

porque me aflige un dolor,

maldigo el vocablo amor

con toda su porquería,

cuánto será mi dolor.




Maldigo por fin lo blanco,

lo negro con lo amarillo,

obispos y monaguillos,

ministros y predicandos

yo los maldigo llorando;

lo libre y lo prisionero,

lo dulce y lo pendenciero

le pongo mi maldición

en griego y en español

por culpa de un traicionero,

cuánto será mi dolor.



La canción en la voz de Violeta




La canción en la voz de Nicole, Javiera Parra, Denisse, Monik





La canción en voz de Pascuala Ilabaca






















La fotografía proviene de este sitio.

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