A Juan Micelli
Muy cerca ha muerto el invierno
su tasa de café está rota
y los cristales de su casa
son un extenso silencio.
Nietas y bisnietos cargan su cielo
su horizonte de arquitecto
su amor igualitario
las mañanas benditas por su pan.
¿Quién podrá sonreir como él?
encumbrar a los niños
seducir a una sabia
abrazar al pescador
levantar la ciudad con sus manos.
En la fotografía, el interior de la casa de Juan.
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