10 de agosto de 2014

Ismael Cortez Zepeda

He visto a Ismael Cortez reparando pianos.
Lo vi elevarse en el orgullo de su hija.
En el himno regalado al horizonte.
En la llamada del destino a nuestra puerta.

En Alameda de Banderas,
lo vi erguido y hecho pueblo.
Lo vi equivorcarse como un hombre.
Levantarse de su tumba
Ganar en su interior el nombre de Maestro.

Lo vi abrazado a su esposa.
Lo sentí cruzar sombras y matanzas.
Forjar maderas y cuerdas de sus hijos.
Reírse en medio de la noche.
Enseñar con su sola presencia.



No hay comentarios.:

Powered By Blogger

años y años de blog!!!!