Tras la demolición de obras pertenecientes a Francisca Núñez y Klaudio Vidal, la Curadora de "Muros que miran al Mar", Myriam Parra Vásquez, ha resuelto desinstalar todas las obras calle Balmaceda, ya que las nueve creaciones que compartían el mismo muro configuran una unidad estética indivisible e inseparable de su contexto barrial, actualmente subvertido en su esencia y en su forma por Salcobrand y las empresas que edifican un centro comercial tras los muros de nuestros sueños y nuestra alegría.
Esta decisión cuenta con todo el respaldo de la Fundación Tempestad, administradora del Museo al Aire Libre y la Junta de Vecinos del sector.
La desinstalación cobrará la forma de una acción de poética. Asistiremos trabajadores, niños, ancianos y todas las personas que aman la magia de las artes; llevaremos nuestras manos limpias para bendecir el significado de estos murales: espíritu, belleza e intuición como elementos hablantes del paisaje.
La idea es asiistir y emplear nuestras propias manos para regresar estas obras a su lugar de origen, la comunidad, su poesía, la elevada estatura del ser humano.
El Retorno
En calle Balmaceda
el espíritu nos habló
afloró desde su laberinto
nos miró desde Egipto
presentó su Unicornio
fue poema con rostro de vida.
Gigante frágil
ahora te esfumas
Salcobrand demolió tu ternura
rompió la hermandad de tu línea
amistad con los árboles
profunda unión con los niños.
Tarde llegamos a tu rescate
traeamos el color y las manos
perfume de sueños
humano océano
la poesía: el lugar al que vuelves.
La visión general de los murales de Calle Balmaceda corresponde a fotografía tomada para Víctor Calzadillas.
La escena de destrucción, nació de mi propia cámara.
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