Catorce de agosto abuelito. Lo recordé. Así como recuerdo tus manos elevándome hasta el techo, tal como lo hacían nuestros ancestros al presentarnos a la Luna.
Lo recordé, abuelo minero, conductor de ferrocarriles, enamorado y pícaro, perfecto amigo de los niños y de la tierra.
Lo recordé, abuelito, te vi en mis sueños cultivando árboles de hierro, cuidando flores sobre el océano, siempre tan serio, tan copiapino, tan obrero.
Feliz cumpleaños tatita, abraza por mí a las estrellas.
La fotografía del paraje atacameño proviene de este sitio.
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