No lloverá
cuando sea octubre en tu patio
y yo quiebre el aire
igual que un espíritu
al volcarse en la mente.
Sólo las rosas sentirán mi presencia.
Ligeramente
vibrarán las copas de vino
y una lágrima caerá de tus ojos
mientras observas azahares fallidos
mientras me encuentras
sin verme
mientras abrazas el aire.
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