No estuvimos, simplemente no estuvimos.
No bastó con un "hola", un "toma" o un "cuídate".
No salimos esa tarde a la piscina.
No detuvimos el balón ahora quieto en la calle.
No amanecimos ebrios en el bosque.
No los vimos llorar.
No fuimos miedo, ni alegría, ni pena.
Fuimos simplemente ausencia.
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