El toro regresa alegre de su jornada
ha bebido poemas con su asesino
y ha tocado campanas en su tortura.
Mañana tras orar con su fe de gigante
regresará con espadas lavadas y brillantes
más puro y más sagrado que en la víspera
dispuesto a las heridas
y a empujar su rabia contra el acero.
Este texto conversa con el célebre poeta hebreo Yehuda Amijai en:
EL TORO
El toro volvió de su trabajo diario en la arena,
después de beber café con los toreros.
Les dejó en un pedazo de papel su dirección
exacta y el lugar de la capa roja.
La espada está clavada en su dura cerviz.
¿y cuándo llega él a casa?
Ahora está en cama
con sus pesados ojos judaicos.
Comprende que también al acero
le duele penetrar la carne.
En su reencarnación pedirá ser espada,
por lo menos le quedará el dolor.
("La puerta está abierta, si no,
la llave está debajo del umbral")
Conoce de la gracia nocturna
y de la gracia verdadera.
En la Biblia figura entre los animales puros.
Es muy puro, es rumiante
y su corazón está partido y dividido
como las pezuñas.
En su pecho estallan las tormentas,
secas y agrias
como si brotaran de un colchón reventado.
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