Imagino a mi padre viajando en tren a Buenos Aires
en busca de su alegría.
Lo imagino bailando vals el día de su boda.
Cambiando discos de Máquinas Budlitzer
Hipnotizando muchachas en Recreo.
Mitigando el dolor de los marineros.
Hablando en los Claustros y los Consejos,
Viajando a Antofagasta en barco.
Quieto ante los ojos de su madre.
Muy serio ante su propio padre.
1 comentario:
Qué hermoso, Gonzalo...La mirada madura y amorosa de un hijo, admirador de su padre,sin duda.
Abrazos.
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