Casa de nuestros dulces inmigrantes, ahora iluminada por Guillermo Núñez |
Huir de Joseph Stalin hacia Recreo.
Llevar nocturnos hacia Guillermo Núñez.
Criar entre música y hornos.
Jamás regresar a Polonia.
Jamás olvidar
el perfecto sabor del éclair.
Persistir en el kuchen de frutas.
Caras llenas de manjar.
Rectitud de calle Independencia.
Herencia Bialoskorsky y Weglinski.
Notable dulzor de esta luz.
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