Julio González añade alegría a su café.
Rescata ternura y asombro,
seduce penas y enfados,
comparte nueces y azúcares,
conversa, escucha, sonríe.
Niños y ancianos son bienvenidos,
gesto y presencia del teatro,
extensas veladas de cine,
delicias de oriente,
música
porfiadas hembras que sueñan,
mujeres que besan y ríen,
aristelof, mamul, baklawa.
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