Mané despierta iluminada,
registra su sonrisa en el viento,
lava los ojos de Isidora,
corrige sus palabras,
enseña música,
trasunta rayos de sol.
Amiga del pan crujiente,
ajena a todo rango o prejuicio,
férrea difusora de copuchas,
rubia habitante del rocío,
certera accionista del futuro,
madre entre cocinas y guarderías,
enfermera de su propia hermana,
alegría visitando nuestra tierra.
Poema dedicado a Julia María Inés Sotomayor Miranda, tía abuela y protectora de Isidora.
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