Hoy maté a un ángel
espíritu del rocío
primera humedad del árbol
perfume de un niño
campana gestando el destino.
El niño murió en mis brazos
lo borró un intenso deseo
el labio enfermo del día
la torpe ausencia de sueños
el grave temblor de la envidia.
Hoy maté un ángel
se tornó frío en mi alma
dividió su risa en la lluvia
proclamó banderas de piedra
ocultó su luz en mis ojos.
Poema dedicado a mi amiga Edelmira.
La imagen es de Gilbert Garcin y proviene de http://antoncastro.blogia.com
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